La Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural del Alto Aragón (Afammer) no ha echado el freno a pesar de la pandemia por coronavirus. Esta entidad se ha reinventado en sus actividades sin dejar de prestar apoyo y ayuda a las víctimas de violencia machista en los pueblos. Durante el confinamiento abrieron una red de mascarillas solidarias que iban enviando a residencias u organismos sociales. También han desarrollado diferentes charlas y coloquios de forma online un poco descafeinados ya que el contacto presencial con las mujeres para este tipo de terapias es esencial.
Por esa rama, aunque sin olvidar la exclusión que sufren, es como quiere seguir de cara al año que viene la asociación, con un proyecto llamado: ‘El sentido de la mujer’. “Hemos decidido trabajar el sentir de la mujer llevándolo por lo psicológico. Nos hemos querido vincular a esa fuerza interior que ellas transmiten sin dejar de lado la violencia machista. Su esencia, su fuerza y su naturaleza”, indican desde Afammer Alto Aragón. Es decir, a partir de estos talleres se busca que las mujeres cuenten experiencias de su juventud. Explicando esas vivencias, emociones y recuerdos de esta generación “se ha creado un vínculo y una atmósfera muy especial”.
Esta agrupación defiende a las mujeres trabajando por la equidad y con el objetivo de evitar la gran discriminación que sufren en el mundo rural. Fue la primera organización de mujeres rurales creada en España (1982) y en Aragón (1989). Tiene una cobertura en casi 200 núcleos de población de la provincia de Huesca y cuenta con más de 4.000 asociadas. Desde Afammer Alto Aragón se pretende suscitar una mayor comprensión y solidaridad hacia las mujeres que viven en el campo, donde hay una menor percepción de la violencia machista y formas discriminatorias al ser una sociedad con roles más tradicionales y donde se denuncia menos.
Un enfoque distinto
Por culpa de la covid-19, este año Afammer Alto Aragón no va a realizar ningún acto ni manifestación. Pero desde la entidad nacional lanzan un manifiesto por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. A raíz de este problema se ha decidido optar por otro enfoque, teniendo en cuenta que la discriminación de la mujer en el mundo rural es un hecho, con una gran acogida. “Hacemos un trabajo de conexión con nuestro cuerpo. Focalizamos puntos de energía en la mujer y empezamos a dibujar, escribir, a recordar o a tratar cosas. Se crea un ambiente bonito”, señalan.
Hasta marzo pudieron convocar tres de estos talleres en Huesca, Monzón y Barbastro pero el intento de retomarlo en octubre se vio truncado con nuevas restricciones. “Trabajamos con un público mayor y no lo podemos hacer online porque hay que estar con ellas y cultivarlo, desde luego que no es lo mismo y a día de hoy es complicado hacer actividades así”, aseguran. No obstante la intención de proseguir el año que viene está en mente “para conectar más a fondo y a raíz de esa conexión puedan salir vivencias de otro tipo”.
“Somos una asociación que quiere trabajar lo que ellas nos cuentan de cuando eran jóvenes. Los cambios que han vivido, por ejemplo, porque esta generación ha vivido muchas emociones y tienen grandes recuerdos. Nos enfocamos por ahí este año, en trabajar en nuestro público y darle importancia a la mujer de entonces. A raíz de esas reuniones pueden salir otras cosas más dirigidas a la violencia machista, pero todavía no se ha dado el caso”, declaran desde Afammer Alto Aragón.
Disposición total
La entidad oscense realiza muchos talleres y actividades durante todo el año con el objetivo de reivindicar el protagonismo de la mujer en el desarrollo rural, propiciando su formación y facilitando su incorporación al mercado laboral. Sobre jabones, autoestima, excursiones y una amplia retahíla de convocatorias que se han visto truncadas por el coronavirus. Sin embargo, con ‘El sentido de la mujer’ “queríamos que fuese más profundo a nivel psicológico y con más conexión” para concienciar al resto de mujeres que todavía no han dado el paso.
Desde Afammer Alto Aragón están abiertos a todo tipo de solicitudes “y al cien por cien para ellas”. “Abrimos una red de mascarillas solidarias. Con telas homologadas se pusieron las señoras a coser y las hemos donado a residencias, Cruz Roja y otras asociaciones que lo necesitan. También hemos dado apoyo telefónico durante el confinamiento. Tenemos delegadas en todos los pueblos de Huesca. Les íbamos llamando y estando en contacto con ellas. A través de mails y cartas les mandábamos lecturas reflexivas o talleres para tenerlas entretenidas y no se sintieran solas. No hemos parado”, concluyen.