Roberto Asensio (Madrid, 1970) nos propone reunirnos en la cafetería que se quedó pequeña para acoger al casi centenar de personas que acudieron a la primera reunión del grupo de Facebook “Ayuda a refugiados en Zaragoza”. Al otro lado de la barra, está otra de las impulsoras de ese colectivo, Cristina Pemán, que fue compañera de Asensio en Aragón TV.
Agustín Gavín (Huesca, 1951) llega muy puntual, con su ejemplar de La Vanguardia bajo el brazo, comentando los últimos movimientos en política internacional. Siempre ha seguido al detalle las noticias del mundo y ahora lo hace con más calma porque acaba de jubilarse. Es el presidente de ARAPAZ - MPDL Aragón y, aunque no fue uno de los fundadores del grupo, les ayuda en todo lo que puede.
A Roberto Asensio, sin embargo, unas llamadas de trabajo de última hora le obligan a llegar con unos minutos de retraso. A él no le sobra el tiempo, pero no tiene dudas: merece la pena dedicarlo a preparar la llegada de los refugiados.
¿Por qué os decidisteis a crear un grupo en Facebook para ayudar a los refugiados?
Roberto: Surgió hablando con varios compañeros de trabajo de Aragón TV, en medio de una vorágine de imágenes salvajes; teníamos ganas de hacer algo. No valía con quejarnos en redes sociales o hablar entre amigos. Queríamos ponernos en contacto con más gente y crear un listado de voluntarios, apuntando qué podía ofrecer cada uno, para facilitarlo a quienes van a gestionar este asunto de forma profesional. Esa idea inicial ha evolucionado, como suele ocurrir con este tipo de movimientos sociales y populares. La gente tiene ganas de hacer muchas cosas. Lo que más ofrecen es alojamiento, con una casa o una habitación, aunque quizá no siempre podamos utilizarlas porque hemos decidido que habrá que acoger a núcleos familiares completos. Otras personas ofrecen su tiempo, para tareas de acompañamiento, por ejemplo. Hay gente árabe en el grupo que aporta su cultura y su idioma. Y también se han ofrecido médicos, pediatras, psicólogos infantiles… Evidentemente, para las inspecciones médicas estará la DGA, pero es bueno saber que los voluntarios están ahí, por ejemplo, para acompañar a los refugiados a esas revisiones. Nosotros vamos a dedicarnos más al lado humano de las personas, a la ayuda más cercana.
¿Por qué no colaborar a través de organizaciones que ya existían, como Cruz Roja o el propio MPDL?
R: Sé que tanto a Cruz Roja como al MPDL les están llamando también para ofrecerse a aportar ayuda. En nuestro caso, el grupo muestra las ganas de hacer algo más que entregar una caja con zapatos a una ONG y desentenderse. Yo creo que el movimiento ha conseguido movilizar a gente con muchas ganas de ayudar.
Agustín: Es un trabajo complementario.
R: Eso es. Desde luego, en las bases de nuestro grupo tenemos claro que no pretendemos ser una ONG. Conlleva una responsabilidad que ni queremos ni podemos asumir.
A: A nosotros, el grupo de Facebook nos parece ejemplar. Me recuerda lo que ocurrió cuando llegaron los refugiados de la guerra de los Balcanes. Entonces no había redes sociales, solo era boca a boca, pero no os imagináis la cantidad de gente que llegaba al Hospital Provincial con mantas, comida... A partir de ahí, nos cambió a todos la forma de ver el mundo. Para nuestra organización, ése fue un punto de inflexión porque empezamos a enviar ayuda humanitaria a otros países. También nos asustamos por primera vez con los nacionalismos excluyentes. Aquí al lado, solo a tres horas de vuelo, gente como tú y como yo estaban escuchando a Vivaldi en las trincheras y matando a otras personas que habían sido sus amigos en sus puestos de trabajo.
¿Esta crisis os está volviendo a cambiar la visión del mundo a las ONG's, en cuanto a que deberíais sacar más partido a las redes sociales?
A: Está claro. Esto ha sido genial. Me he quedado alucinado, no me lo esperaba. El esfuerzo que ya han hecho de recoger material me parece un poco precipitado; aun así, supone que se ha dinamizado a la sociedad. La ayuda humanitaria tiene un componente altísimo de sensibilización de la opinión pública, con lo que desde este grupo están completando nuestro trabajo. Nosotros no queremos ningún protagonismo. Solo puedo aportar la experiencia de cómo se atendió a los refugiados que vinieron con la guerra de los Balcanes.
R: Evidentemente, el gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza tienen que escuchar a gente como vosotros. Sois los técnicos, los que tenéis experiencia.
A: Queda mucha gente todavía en activo que colaboró con los refugiados de los Balcanes. Una persona clave es un psiquiatra del Hospital Provincial, Vicente Rubio, que tiene un archivo guardado con documentación de aquella época que no quiere hacer público hasta que mueran todos los protagonistas, porque hay testimonios durísimos. También hay pediatras, otros técnicos de la administración...
¿En el grupo de Facebook, por supuesto, valoráis esa experiencia?
R: Sí, me puse en contacto con Agustín para pedirle que nos ayudara a organizar el movimiento social que se ha creado dentro del grupo. Nos dijo que era muy importante crear mesas de trabajo y en la última reunión ya las empezamos a constituir: de asesoría legal, de acompañamiento, de idiomas... No queremos suplantar al gobierno autonómico, sino trasladarles que nosotros tenemos la posibilidad de echar una mano. Yo creo que nuestro valor es el factor humano.
A: Está claro.
R: El hecho de que dentro del grupo haya sirios, que han tenido que venir durante la guerra o antes, nos da un valor humano que no tiene ninguna institución. Nosotros queremos acercarnos a los refugiados de tú a tú.
A: Sí, pero ¿te acuerdas de que en la reunión del otro día casi provoqué una situación incómoda con un chico sirio, al comentar lo que ha dicho Arturo Pérez Reverte? Lo digo porque cuando vinieron los refugiados bosnios, en Zaragoza solo había una traductora croata; el resto eran todos serbios. Como el árabe es un idioma que se habla en muchas zonas del mundo, tendríamos que buscar como traductores gente que sea neutral.
R: Para que no haya disputas políticas.
A: Claro, porque los refugiados llegan desesperados. Los que venían de los Balcanes, cuando escuchaban acento serbio, se escondían.
R: Les daba pánico.
A: Sí, por lo que les habían hecho los serbios.
¿Habéis descubierto algún otro detalle de este tipo en los primeros pasos del grupo de Facebook?
R: Sí. Nos hemos encontrado gente, con muchas ganas, que plantean peticiones fuera de lugar, quieren organizar cosas que no están a nuestro alcance. Intentamos moderar ese tipo de situaciones. Una de las bases del grupo es la no politización y el no uso de la religión en ningún caso. Otro tema importante es que no queremos usar dinero de nadie, ni de instituciones ni de personas físicas. Lo teníamos muy claro desde el principio, porque hemos detectado que había gente que quería beneficiarse tanto del grupo como de las desgracias ajenas.
A: Eso pasa siempre.
R: Siempre hay buitres que ven carnaza y que intentan aprovecharse.
A: Alquílame este piso que lo tengo vacío, ¿no?
R: Sí. O que me han dicho: “Yo puedo hacer que ganemos dinero de todos los participantes del grupo y de las instituciones”. Tenemos claro que no queremos saber nada de eso.
A: Muy bien. Precisamente, nosotros hemos cambiado nuestra forma de actuar porque normalmente, cuando se hacían recogidas solidarias, pedíamos el producto y dinero para mandarlo. Esta vez, no. Tenemos dinero para pagar el furgón que trasladará la ayuda y preferimos no pedir más para evitar problemas.
Otra de las normas del grupo de Facebook es que no queréis que se publiquen imágenes de ningún fallecido. Entiendo que, entonces, no os gustó que se publicara la imagen de Aylan, el niño sirio ahogado en una playa de Turquíaniño sirio ahogado en una playa de Turquía…
R: A mí, personalmente, fue la imagen que me hizo movilizarme. Fue el bofetón de realidad, aunque no sé explicar por qué. Posiblemente, porque yo tengo una hija de la misma edad; esa imagen me hizo llorar. Yo no podía ver a ese niño muerto en la playa y seguir con los brazos cruzados, terminarme el café y fumarme un cigarro. Ese fue mi punto de inflexión personal. Aun así, hubo un momento en el que algunas personas, sobre todo, sirios que tenían acceso a imágenes más duras, las introducían en nuestro Facebook para mostrar la cruda realidad que se vive en su país. Entiendo que su intención era buena, pero no queríamos que el grupo se convirtiera en un conjunto de imágenes desagradables de guerra, con niños desmembrados y bombardeos salvajes. Quien quiera ver ese tipo de imágenes, puede encontrarlas en otros sitios. Nosotros no somos un foro de imágenes desagradables, como tampoco somos un foro de discusión ni un foro político.
A: A mí también me impactó la imagen de Aylan, porque yo tengo nietas; aunque a mí la imagen que más me impresionó fue la de los refugiados que murieron asfixiados en un camión. Yo venía el otro día en barco desde Cerdeña y me preguntaba cuántos inmigrantes se habrán ahogado. Y recordaba las barbaridades que dice a veces la comunidad internacional, como lo de bombardear los barcos de las mafias que trasladan inmigrantes. Pero sí, hay que evitar las imágenes porque si no, se roza el amarillismo.
R: Como administrador del grupo, he tenido que borrar muchas imágenes que intentaban concienciar, pero que eran muy desagradables. No creo que fueran necesarias.
A: No hace falta, la gente es sensible.