¿Deben visitar los escolares cualquier tipo de empresa?
Es un debate abierto. Genera opiniones disparejas incluso entre el colectivo de profesores que son, en última instancia, los que deben tomar la decisión. La entrada de las empresas en los centros escolares es un hecho. No es algo nuevo y generalmente es positivo. Despierta, empero, visiones muy distintas dentro del sector educativo. Aunque nadie duda de que los niños y niñas, por regla general, se lo pasan bien.
En Zaragoza hay varios casos: colegios como El Buen Pastor o San Agustín, los dos en la capital aragonesa, organizaron excursiones a Telepizza. Fueron alumnos de 2º de Primaria los que conocieron el proceso de elaboración de una pizza y el funcionamiento de la empresa. A la fábrica de cervezas La Zaragozana se desplazaron, en 2011, los estudiantes de 2º de Bachillerato del IES Pablo Gargallo. Son solo dos ejemplos, pero existen muchos más.
En otras ocasiones se anima a los alumnos a participar en concursos que ponen en marcha algunas superficies comerciales. Un caso destacable es el de la empresa sueca Ikea. En 2014 organizó la competición El cole unido decora con estilo. En él podían participar todos los colegios públicos o concertados de Aragón y, el centro con más votos, se llevaría un premio de 6.000 euros. La única exigencia para votar era hacerse el carnet de la tienda. Desde el blog del AMPA del CEIP Lucien Briet se animaba a participar. También Repsol organiza actividades dentro del concurso Repsol Racing Tour.
En todos los casos son iniciativas que, presumiblemente, harán pasar un buen rato a los niños y niñas, pero… ¿es lo más oportuno?
“Hay un interés puramente empresarial y de ganar consumidores”
El sindicato CGT, segundo con más representación en la educación aragonesa, se muestra beligerante con este asunto. No niegan que los alumnos se diviertan, pero estiman que también hay que cuidar las formas. No todo vale.
Fuentes del sindicato aseguran a eldiario.es Aragón que “a las empresas las empuja un interés puramente comercial” y el hecho de poder ganar consumidores. Por añadidura, argumentan, algunas de ellas tienen denuncias por violaciones de los Derechos Humanos, nula política medioambiental o actitudes antisindicales.
En el caso de La Zaragozana ponen en duda que sea conveniente llevar a los niños a un lugar donde se fabrican bebidas alcohólicas. Y cuando hablan de El Corte Inglés basan sus dudas en la precariedad laboral que sufren sus empleados.
El hecho de que muchos centros escolares tengan una mala situación económica, dicen desde CGT, puede ser, indirectamente, uno de los motivos por los que los profesores acaban aceptando las propuestas que realizan las empresas.
“Confiamos en que todas las actividades sean educativas”
Nieves Burón es la secretaria técnica de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de alumn@s de la Escuela Pública de Aragón (Fapar). Recuerda que hace ya muchos años sus hijos también visitaron Telepizza. Su opinión se basa en dar por bueno el criterio de cada profesor.
“Es cada claustro quien ha de valorar la conveniencia, nosotros confiamos en que el planteamiento de todas las actividades complementarias sea educativo y redunde en beneficio de la formación de los niños”, señala.