Teruel planta semillas para ser un “Silicon Valley” frente a la despoblación
Si Zuckerberg creó Facebook en la habitación de su residencia, y Steve Jobs y Steve Wozniak alumbraron la idea de Apple en un garaje, ¿quién dice que los próximos grandes negocios tecnológicos no pueden salir de una provincia como Teruel? Están las ideas, y las administraciones, universidad y sector empresarial han puesto los medios con un concurso que busca eso: apoyar el talento para que, por qué no, Teruel pueda hacer frente a la despoblación convirtiéndose en sede de negocios que pueden alcanzar un nivel internacional. Un Silicon Valley de la “España vaciada”, que echa mano de imaginación para suplir las carencias del endémico olvido institucional de las provincias de interior.
La experiencia de las grandes tecnológicas que ahora mandan en el mercado es el ejemplo al que apela Inmaculada Plaza, directora de la Escuela Politécnica de Teruel, la parte universitaria de la “triple hélice” que ha impulsado este I Concurso de Ideas y Aplicaciones Tecnológicas de Teruel, junto a CEOE – Cepyme Teruel y el CEEI Aragón, dependiente del Gobierno de Aragón. “Se trata de dar visibilidad al talento que tenemos, dar la oportunidad de que tengan patrocinadores y sobre todo trazar el camino”, apunta, el camino para “fomentar la creación de puestos de trabajo tecnológico”.
Defiende la calidad de los cinco proyectos ganadores de la primera edición de este concurso, del que ya se ha comprometido una segunda, y que premia a las mejores ideas, no con dinero, sino asegurando la ayuda en el desarrollo de los proyectos y darlos a conocer para conseguir financiación privada.
Los cinco proyectos ganadores tienen en común la tecnología, y encontramos detrás ingenieros informáticos, pero también maestros o gente del ámbito empresarial, porque la convocatoria no estaba dirigida solo a estudiantes sino también a empresas, como una manera de plantear ideas de mejora, y abierta a otras que necesitan un soporte para desarrollarse.
Buscan “poner en valor lo más importante que tenemos en la provincia, las personas, el talento, las ideas”, explica el director del CEEI Aragón en Teruel, Antonio Martínez y, de este modo, añade Ángel Muela, de CEOE, “no exportar recursos humanos sino talento”.
A través del móvil
Cristóbal, Marcos, Antonio, Luis y Enrique están detrás de las iniciativas ganadoras. Un proyecto está relacionado con el internet de las cosas y otros cuatro con las posibilidades de los móviles inteligentes porque, como preguntaba uno de ellos en la presentación ante el público, al estilo de los actos de los grandes oradores tecnológicos americanos, con 5 minutos de tiempo para 'venderse' ante la audiencia: “¿Cuántos de aquí llevan bolígrafo? La mitad más o menos, pero seguro que todos llevan, al menos, un teléfono inteligente”. Cristóbal Romero, diplomado en Magisterio y a punto de acabar Administración y Dirección de Empresas, presentó su proyecto MyEducApp, que contempla el desarrollo de cuatro aplicaciones para cuatro tipos de centros: academias de formación, de idiomas, guarderías y escuelas de música. ¿Las ventajas? permiten ahorrar tiempo, mejorar la comunicación entre docentes y familias, aprovechando además que se profesionaliza la imagen de marca.
Antonio García explicó de su aplicación GestApp, planteada como una idea de mejora en su empresa y que ya se está implantando, que permite el control de horarios, la duración y localización del personal de las empresas de ayuda a domicilio que trabajan fuera de las instalaciones de la propia empresa.
Marcos Martínez ofreció detalles de la aplicación Nature Collection, basada en inteligencia artificial y redes neuronales, que ofrece la posibilidad al usuario de realizar colecciones virtuales a través de fotografías, y lo combina con juegos y ciencia.
Luis Guillén habló de una manera muy amena, echando mano de Terminator, Rambo y el mundo de los coches, de su propuesta sobre ciberseguridad, con un sistema para hallar intrusos en la red a través de dos patrones creados por él que son capaces de detectar tanto 'malware' como fraudes.
Y el quinto proyecto premiado es de Enrique Royuela, un “tester del siglo XXI”, según él mismo lo define o “la navaja suiza de las medidas”.
Su propuesta es un aparato de medición, de bajo coste y con mucha autonomía, muy versátil con solo cambiar los sensores, y con gran conectividad.
Tiene aplicaciones, según su ideólogo, en muchos campos: desde el agrícola, hasta la domótica, la salud, el sector forestal o las energías renovables. Y concluía apelando a un genio famoso por sus ideas, un tal Albert Einstein: “La mente es como un paracaídas... solo funciona si la tenemos abierta”.
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