Trabajadoras del hogar en Zaragoza: “Nada podría existir sin los cuidados, así que pedimos unas condiciones dignas”

“Nosotras hacemos un trabajo muy importante para esta sociedad, que son los cuidados. Es un trabajo que ha estado invisibilizado durante mucho tiempo y no es reconocido a pesar de que, sin él, la economía no se movería. Nada podría existir sin los cuidados, así que pedimos unas condiciones dignas en cualquiera de los casos”, explica Brenda Carolina García, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del hogar y cuidados de Zaragoza que ejerce en esta profesión desde hace once años cuando llegó desde El Salvador a la ciudad.

Según comparte Brenda, este trabajo está encabezado por mujeres, que suponen un 90% de los 70 millones de trabajadores del hogar y de los cuidados de todo el mundo. Sin embargo, “realmente lo podemos hacer todas las personas”. “Se debe saber porque no es necesario ser mujer para trabajar en esto. En cambio, es una realidad”, señala. 

El trabajo doméstico es uno de los factores que más contribuye a la desigualdad de género, así se comparte en un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Desde allí, definen el trabajo de cuidados como todas las tareas que se realizan en el hogar, ya sean de forma personal y relacional, como dar de comer a un niño o cuidar de una persona mayor; o indirectas, como cocinar, planchar o hacer la compra. Todo ello se realiza a cambio de una prestación económica o, en muchas ocasiones, sin remunerar.

Esta situación se ha visto influenciada por el sesgo de género, las condiciones laborales tradicionales y a la unión del cuidado a la mujer, que solía y suele ser la que se encarga de los familiares dependientes y de los hijos. “Aún así, gracias a nuestro trabajo, damos la oportunidad a otras mujeres a que se puedan incorporar laboralmente en otras profesiones”, sostiene García.

Del mismo modo, esta profesional siente la necesidad de insistir en que es un trabajo que se debe valorar en mayor medida y en que “la sociedad tiene que concienciarse y saber que los cuidados están en el centro y nuestras vidas giran en torno a ellos”. 

Por este motivo, desde la Asociación de Trabajadoras del hogar y cuidados de Zaragoza, en la que se aúnan alrededor de 250 mujeres en la capital aragonesa, solicitan “justicia social” en esta lucha “que no es nueva, sino que viene de hace muchos años donde, en su mayoría, eran las mujeres autóctonas las que realizaban sus trabajos en esas condiciones”. Ahora, muchas de ellas, no tienen pensiones “dignas” porque no se les permitía cotizar a la Seguridad Social “cuando sí trabajaban y mucho”, así apunta su presidenta.

“En este tipo de trabajos influye también nuestra procedencia. La mayoría de las mujeres que llegamos a España no tenemos otras oportunidades laborales, así que somos empleadas de hogar que también es un trabajo digno”, asegura García, que denuncia la economía sumergida que se da en este ámbito debido a que “la gente se aprovecha de que somos de fuera”.

En su caso, Brenda Carolina llegó a Zaragoza hace más de una década y comenzó a trabajar de empleada de hogar interna. “No tenía vocación, pero no tenía otro trabajo”, explica, por lo que aceptó esta oportunidad en la que ganaba únicamente 600 euros y en donde “lo difícil era no dormir y no tener días festivos”.

Ante esta situación, agradece haber tenido apoyo para “sobrevivir”, ya que muchas compañeras admiten no tener los descansos suficientes y no salir “ni una vez al mes”. “Es trabajo agotador y estar encerrada, no tener vida social ni vida propia… acaba afectando”, comparte García.

“Las trabajadoras domésticas tenemos un régimen especial con respecto al de otros empleos. No tenemos derecho a paro, no cotizamos por el salario que percibimos y nuestro empleador puede despedirnos sin ningún motivo justificado, porque existe el derecho al desestimiento”, explica.

Es por ello, por lo que Brenda, que ahora está asegurada y asiente orgullosa que la “cuidan” en su actual empleo, también insiste en la regularización de contratos de sus compañeras, que en la actualidad no tienen derecho a paro y “son invisibilizadas” incluso en sus propios puestos laborales.

En esta línea, desde Zaragoza todas ellas siguen luchando por el reconocimiento laboral correcto y “dar voz a todas las compañeras de la Comunidad”. Para ello, en 2021, llevaron a cabo una exposición de fotografías con historias de vida mediante un proyecto financiado por el Ayuntamiento. Mientras, este año, desde la Casa de la Mujer están concienciando de los cuidados y de la importancia que tiene determinar y dar de alta las horas reales que se trabajan para frenar la realidad actual “todavía no valorada”.

“Vivir como en una pandemia constante” a la que le ha afectado la COVID-19

Según recoge Oxfam en su estudio realizado en Aragón “Cuidados esenciales, cuidados invisibles. Los trabajadores del hogar y cuidados tras la pandemia”, este sector laboral condensa los efectos de la crisis sanitaria.

La llegada de la COVID-19 agudizó un empeoramiento de las condiciones laborales y sociales de las trabajadoras de hogar y cuidados, que vieron mermados sus ingresos, descansos, derechos y jornadas laborales, junto a su bienestar físico, emocional y mental. Todo ello las ha llevado al aislamiento, la soledad, el encierro, el agotamiento y a la falta de ingresos para cubrir sus necesidades.

Además, esto se ve reflejado en el estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad en 2020, en el que se reveló que entre los colectivos con mayor prevalencia estaban las mujeres que cuidaban a personas dependientes en el domicilio (16,3%), solo por detrás del personal sanitario (16,8%).

La reivindicación de quien nos cuida en el Día Internacional del Empleo del Hogar

Este miércoles, día 30 de marzo, se celebra el Día Internacional del Empleo del Hogar y desde la Asociación de Trabajadoras del hogar y cuidados de Zaragoza quieren aprovechar esta fecha para recordar a las autoridades y a la sociedad la solicitud, desde hace más de 11 años, de la ratificación del convenio 189 de la OIT y la inclusión del colectivo dentro del Régimen General de la Seguridad Social.

“El trabajo de hogar y de cuidados es vital para la organización y el sostenimiento de la vida en sociedad, y este hecho fue puesto en evidencia durante la crisis sanitaria por la COVID-19. Pese a ello, sigue siendo un sector infravalorado e invisibilizado para la agenda política, económica y social”, aseguran en una nota de prensa desde la Asociación.

En ese sentido, explican que la discriminación de este sector laboral, fuertemente feminizado, racializado y precarizado, ha sido reconocida en fechas recientes por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que ha dictaminado que el no reconocimiento de la prestación por desempleo para las casi 400.000 mujeres afiliadas en todo el territorio nacional es contrario a la Directiva Europea de Igualdad de Trato entre Hombres y Mujeres y discriminatoria según la norma en materia de desempleo en España.

Por este motivo, el colectivo de trabajadoras del hogar y cuidados de Zaragoza quiere recordar que, pese a la importancia de la labor que realizan, siguen sin tener derechos tan básicos como la prestación por desempleo, una ley de prevención de riesgos laborales, la equiparación en el cálculo de las pensiones, la protección frente al despido o la conciliación de la vida laboral y familiar.

“No queremos olvidarnos de las compañeras que realizan su trabajo en la modalidad de interna y cuyas condiciones laborales en la mayoría de los casos rozan la esclavitud”, añaden desde la Asociación, quienes también mencionan a las 200.000 mujeres que se ven obligadas por la legislación de extranjería a realizar este trabajo de manera informal.