¿Exámenes presenciales o exámenes online? Esa es la cuestión. La pandemia y el aumento de las restricciones en Aragón, han derivado en muchas quejas de los alumnos de la Universidad de Zaragoza por presencialidad de las evaluaciones. El miedo a contagiarse, compartir mesa con personas que no conocen o el incumplimiento de las medidas sanitarias son algunos motivos que alegan para examinarse de forma telemática. Los datos de contagios por covid-19 no son nada esperanzadores. Desde Unizar muestran tranquilidad dentro de su planificación “coherente”, salvo alguna “incidencia puntual”, aseguran que la normativa sanitaria se cumple y anuncian un refuerzo del control para evitar aglomeraciones en los pasillos.
La celebración de los exámenes presenciales se aprobó en el Consejo de Gobierno de la Universidad de Zaragoza, órgano donde hay representación de los estudiantes. Fuentes de la institución indican que el porcentaje de alumnos que piden exámenes online no es mayoritario aunque sí significativo. Respecto a las quejas sobre los riesgos que pueden existir, señalan que solamente se han producido problemas puntuales en los accesos a algunos centros. Por otro lado, destacan la posición de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que apuntó en un comunicado mientras se cumplan las medidas sanitarias, no afectará “al desarrollo de nuestra actividad, incluidos los exámenes presenciales”.
Daniel Cargol estudia periodismo en Unizar. No entiende la presencialidad coincidiendo además con confinamientos perimetrales y duras restricciones de aforo tanto en sitios públicos como privados. “Me parece un sinsentido. Hay carreras que no han tenido una clase presencial en todo el curso y ahora tienen que ir a la universidad para hacer los exámenes. Yo tengo miedo de contagiarme ahí por eso llevo siempre dos mascarillas”, explica. Desde el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza han elaborado una encuesta de carácter oficial para solicitar y conocer la postura de los estudiantes sobre el formato de realización de los exámenes. Teniendo un mejor conocimiento de la opinión general pueden hacer algo al respecto.
Tampoco está conforme Raúl Bailo, estudiante de tercero de magisterio primaria en el campus de Huesca. “No puedes estar en un bar más de cuatro personas o ir a ver un partido de fútbol al aire libre pero sí estar en clase con 20 personas que ni conozco a menos de un metro durante dos horas seguidas. En muchas no hay ni ventilación, hace mucho frío para ventilar. Después no se pueden hacer un montón de cosas posiblemente más importantes. Cuando vas a clase hay quien se pone pegado con los conocidos y amigos, al final se trabaja de manera conjunta y en esta época eso no es bueno”, expone el oscense. Aclara que la distancia entre estudiantes durante las pruebas “es el mismo de antes pero para no copiar” y la única novedad es un código QR para poner el DNI por si hay algún contagio así se sabe quién ha estado.
Pérdida de calidad docente
Algunos sindicatos como el CSIF también creen que deben suspenderse las evaluaciones y dar la docencia mediante videoconferencias hasta que la situación epidemiológica lo permita. El estudiantado denuncia que tampoco se respetan los grupos burbuja y destacan el apuro que supone para algunos profesores, también expuestos al virus y piden más formación para realizar clases online de calidad. “En una asignatura optativa estábamos los tres grupos, unas 70 personas de la A hasta la Z. Realmente no estamos a dos metros porque no cabemos tantas personas en los pasillos de la facultad ni en las aulas. Si tienes una duda los profesores ya no se acercan tanto para solucionártela, eso lo tendrían que seguir haciendo”, explican Lucía y Alicia, dos alumnas de cuarto de economía y medicina respectivamente.
El contacto con el profesor es importante para estas estudiantes que han visto cómo lo perdían con las clases telemáticas, ámbito en el que el centro no está preparado para responder las necesidades educativas. “No me gustan porque pierden calidad de docencia. Es difícil porque para ellos es nuevo. Muchos han tenido que espabilar y con asignaturas difíciles se han comprado iPads con su propio dinero para hacer de pizarra y proyectarlo. Van mejorando conforme pasa el tiempo pero no se puede sustituir. Pediría más formación porque a los más mayores se ve que les cuesta”, opina Lucía. Alicia indica que la gente las prefiere “por comodidad” aunque “aprendes mucho menos y te distraes más”, pero la situación de la pandemia hace que sean necesarias.
Guiados por la coherencia
Dentro de un contexto extraordinario, la Universidad de Zaragoza ha optado decididamente por la presencialidad “en la medida de lo posible”. “Están surgiendo algunos pequeños problema, alguna aglomeración puntual en las entradas al examen. La planificación se hizo desde la presencialidad pero dentro de todas las medidas posibles incluidas establecer los horarios de manera escalonada para que no coincidieran. Es inevitable que con 21 titulaciones, se diese alguna circunstancia pero sin que nada fuese reseñable”, recalca Jesús Gascón, vicedecano de infraestructuras y organización docente de la Facultad de Filosofía y Letras.
Señala que si la mayor parte de las clases se han desarrollado presencialmente, lo que se ha pretendido es seguir con esa dinámica, siempre que las autoridades sanitarias lo permitan. “Nos ha guiado un principio de coherencia interna aunque de los contagios que se nos ha comunicado todos han surgido fuera de las aulas. Para los casos excepcionales se han buscado alternativas. Se ofrecen posibilidades de posponerlo o se diseña una prueba online con características distintas a la presencial. El objetivo es tener una alternativa y adaptarla a la necesidad de la carrera, de la asignatura, a la disponibilidad del profesor y al caso concreto de cada estudiante. Está previsto que se expidan salvoconductos por los confinamientos perimetrales y usar correctamente las herramientas que llevamos usando desde marzo”, concluye Gascón.