Víctor Marcén, jugador de pádel adaptado: “Es uno de los deportes más inclusivos, ayuda a normalizar, sobre todo, al que lo ve”

Los deportes de raqueta en general, y el tenis y el pádel en particular, son dos de los deportes más inclusivos en su práctica. En Aragón, como en el resto de España, la práctica de pádel ha crecido exponencialmente desde 2012. Y también va en aumento la práctica de este deporte en modalidad adaptada. Muchos de quienes lo practican proceden del tenis. Es el caso de Víctor Marcén, extenista a pie, y jugador de tenis y pádel adaptado desde su lesión medular. Este zaragozano de 41 años ha cumplido su primer propósito, poner en marcha la Asociación Doble Bote. Ahora quiere abrir la primera Escuela de Pádel adaptado de Aragón, para todas las edades y niveles porque para él, el deporte ayuda a normalizar; tanto al que lo practica como al que lo ve. 

¿Cómo llegó a ser jugador de pádel adaptado?

Tanto Carlos Pina, que es el otro compañero, como yo, hemos sido siempre jugadores de tenis. En 2008 tuve la lesión medular, a causa de una inflamación, que me dejó en silla de ruedas. Estuve un tiempo en Barcelona, en un hospital especializado en este tipo de lesiones, allí probé todos los deportes adaptados que había, y como ya jugaba tenis a pie, decidí seguir practicándolo, pero adaptado. Cuando volví a Zaragoza pusieron en contacto con Carlos Pina. En 2012 empecé a entrenar pádel, y en el 2013 a competir, tanto torneos de tenis como alguno también de pádel.

¿Cuál es la principal diferencia entre el pádel y el tenis?

La principal ventaja que tiene el pádel es que tienes que cubrir menos terreno, y si coges el tema del rebote en la pared, enseguida puedes empezar a competir. El tenis es más exigente físicamente, la pista es más grande y además requiere de una técnica más compleja. 

El hecho de que sea un deporte adaptado ¿Requiere de alguna necesidad especial tanto en las instalaciones como en las reglas del juego?

Lo fundamental es que las instalaciones no tengan problemas de acceso; que no haya bordillos o resaltos. Las pistas de pádel por dentro son iguales, no necesitamos nada diferente, aunque las puertas de entrada más anchas nos ayudan, porque así podemos acceder con la silla de competición, sin tener que acceder con la de calle y luego cambiarnos a la deportiva. A la hora de jugar, la única diferencia que contempla el reglamento es que la bola puede botar en el suelo dos veces para las personas que juegan en silla.

En este momento sois pocas las personas que practican pádel en esta modalidad en Aragón ¿Cómo lo hacen?

Hay varias personas jugando en clubes de Aragón. En mi caso juego mucho con Carlos, pero también juego con otras personas que practican pádel a pie. Junto con el tenis, este es uno de los deportes más inclusivos en ese sentido; las normas son las mismas, exceptuando los dos botes. Al principio, si es la primera vez que juegan con alguien en silla de ruedas, sí que les surgen dudas de si podremos jugar al mismo nivel, pero sí que podemos, y de hecho he jugado varios torneos en los que yo era la única persona en silla de ruedas, y sin problemas.

Y, ¿En cuando a la competición?

Hay pocas comunidades que puedan hacer su propia liga, porque no hay tantas personas que practiquen pádel adaptado, pero sí que existe una liga nacional, que depende de la Federación en la que competimos todos. Yo en este momento compito en la liga nacional de tenis, tengo 17 torneos al año y ahora me es imposible jugar también en la de pádel, pero lo he hecho en otro tiempo. 

Ha conseguido poner en marcha una asociación ¿Cuál es el objetivo?

Desde el mes de abril estoy trabajando para poner en marcha la asociación que, por fin, puedo decir que está en activo. Mi idea es crear una escuela de pádel adaptado para jugar a nivel regional y nacional si se diera el caso. Un centro para todas las edades y niveles, para que la gente conozca este deporte y se anima a practicarlo. Actualmente, no hay ninguna escuela exclusiva de pádel adaptado en Aragón, sería la primera, y estoy ilusionado. 

Para aquellas personas que están pensando que este deporte no es para ellos o ellas ¿Qué les diría?

Les diría que lo prueben, que de primeras no digan que no. La gente se engancha muy rápido al pádel, es un deporte muy social y divertido. Y, sobre todo les diría que si no es el pádel que practiquen otro deporte. La actividad deportiva ha sido muy importante para aceptar y normalizar mi nueva situación, y también para la gente que lo ve.

En su caso, es una persona con movilidad reducida que vive su día a día en una silla de ruedas ¿Es Aragón un lugar concienciado con las personas con realidades como la suya?

Desde hace dos o tres años estamos más equiparados respecto a otras comunidades que recibían antes más dinero que nosotros en concepto de ayuda para los elementos que necesitamos, por ejemplo, para comprar una silla de ruedas. Yo vivo en Zaragoza capital, las aceras son anchas y los cruces están por lo general adaptados, puedo decir que es una ciudad bastante cómoda. Con el deporte viajo mucho y veo ciudades que tienen peores accesos, hay más cuestas, menos rampas, resulta complicado entrar en los establecimientos… Y sorprendentemente una de las ciudades menos adaptadas en este sentido es Madrid. 

¿Cuál es la mayor barrera que sigue encontrando en estos momentos en su entorno para desarrollar una vida con menos obstáculos?

A mi alrededor he ido normalizando y adaptando todo a las necesidades del día a día, pero el aeropuerto sigue siendo un territorio lleno de escollos. En el tren puedes entrar en tu silla, sentarte en el asiento, dejar la silla al lado y controlarla. En el avión no controlas tu silla, no sabes si va a llegar ni en qué condiciones, y es un elemento vital para nosotros, son nuestras piernas. Muchas personas no viajan por la incertidumbre de qué pasará cuando llegues a destino. Y en el caso de los deportistas, que viajamos con dos sillas, a la de competición, en general, se le tratan muy mal, muchos operarios no tienen consideración ni especial cuidado a la hora de cargarlas y descargarlas, y son sillas que valen entre 8.000 y 10.000 euros, están hechas a medida y si la doblan o se rompe, te deja fuera de competición al menos cinco meses. 

El resto de la sociedad ¿Qué podemos hacer para cambiar esa parte de vuestra realidad que todavía sigue sin estar adaptada?

Lo más importante es normalizar, las personas con alguna discapacidad somos iguales si nos dan las herramientas adecuadas, y las oportunidades. No hay que tratarnos de una manera diferente. Cambiando la mirada, se puede conseguir mucho.