“Aportar otro granito de arena a la sociedad, en forma de un recurso para la prevención y concienciación sobre el acoso escolar”. Esta es la idea de la que nace Vabisel, un cuento infantil editado por la comarca del Aranda, a iniciativa del área de Servicios Sociales. En el proyecto llevan meses trabajando varios profesionales, todos ellos, vecinos “comprometidos con la causa”. Isabel Ceamanos y Eva Angulo, fundadoras de la Barca Emocional, son las autoras de los textos en los que han aportado su visión y experiencia en el ámbito de la educación emocional. Rubén Lozano, ilustrador del cuento, es la persona de la nace la idea que dio origen a este cuento; Lozano se acercó a los Servicios Sociales de la comarca para proponer un proyecto que fomentara la empatía y el respeto entre los jóvenes. Gloria Gómez, es directora de los Servicios Sociales de la Comarca del Aranda y coordinadora de la iniciativa.
El cuento Vabisel ha sido financiado por la institución comarcal y no estará a la venta ya que es un material que se repartirá de manera gratuita entre los niños y niñas escolarizados en los centros educativos de todos los pueblos de la comarca del Aranda. Pero el proyecto va más allá, y se sumará la organización de talleres en colegios e institutos con los que se complementará la enseñanza sobre la temática del acoso escolar que aporta el libro.
El objetivo de esta iniciativa de la comarca es incidir en la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional como herramienta fundamental para prevenir el bullying y fomentar relaciones interpersonales saludables, promoviendo un ambiente de respeto y empatía entre los estudiantes. Los talleres, en los que colaboran las autoras de los textos de los libros se llevarán a cabo en un “ambiente seguro y de apoyo” en el que los jóvenes podrán compartir sus experiencias, hablar sobre ellas y recibir herramientas necesarias para enfrentar situaciones difíciles y sus propias emociones a futuro.
Aragón registra 71 menos posibles de acoso escolar
Durante el curso 2023-24 en los colegios de Aragón se tramitaron 416 protocolos por posibles situaciones de acoso. Los datos indican que es a partir de 4º de Primaria cuando el número de casos empieza a dispararse. En la educación secundaria, que registra más de 50% de los protocolos abiertos en la comunidad, es especialmente en el segundo curso cuando se produce un mayor volumen de situaciones compatibles con acoso.
La distribución territorial de los casos responde a la foto fija de la comunidad aragonesa; el 70% de los protocolos se han puesto en marcha entre el alumnado de la provincia de Zaragoza, un 22% corresponden a la provincia de Huesca y un 8% a Teruel. En cuanto al género, los datos del último informe actualizado, refleja que un 53% de los casos son chicas y el 47% son chicos.
Las cifras globales de casos de bullying en Aragón son alarmantes si se tiene en cuenta que el curso pasado se abrieron por primera vez tres protocolos en educación infantil, y que respecto al curso 18-19 los casos han aumentado cerca del 120%, pasando de 189 hace cinco años a 416 el pasado curso. Una tendencia de crecimiento que se ha roto este año, ya que los últimos datos ofrecidos por el Gobierno de Aragón apuntan a que del curso 22-23 al 23-24 se han notificado 71 casos menos, lo que supone un descenso del 14% en el número de protocolos abiertos por posibles situaciones de acoso en el ámbito escolar. Desde la Asociación para la Prevención del Acoso Escolar en Zaragoza (AEPAE) recuerdan que “el número de casos es mayor al que se estima” porque son todavía muchos los niños y niñas “que no se atreven a confesar su situación por el qué dirán”, explica el presidente de esta entidad, Víctor Fernández.
Hace seis años que Aragón implantó el protocolo contra el acoso en los centros educativos de toda la comunidad. En la comunidad se requieren tres aspectos para abrir un protocolo de acoso escolar: desequilibrio de poder, reiteración en el tiempo e intencionalidad de hacer daño. Unos protocolos que “al principio funcionaron bien”, pero que desde hace un tiempo “parece que han dejado de ser tan efectivos” apunta Víctor Fernández, principalmente por “desconocimiento de los colegios, falta de formación y orientación en los profesionales para saber cómo aplicarlos”, añade.
La consejería de Educación asegura que “la mejora del bienestar emocional del alumnado y de la convivencia en las aulas es una prioridad estratégica del departamento”, y que se está trabajando con un plan interdepartamental, de la mano directamente de la dirección general de Salud Mental, con la que se ha firmado un convenio.
Protocolos sí, prevención también
La Asociación para la Prevención del Acoso Escolar en Zaragoza denuncia que el bullying sigue siendo un tema tabú “para instituciones públicas, privadas y familias”, y por eso exige mayor visibilidad, pero sobre todo formación y recursos para los responsables de educación. “Es necesario formar a quienes tienen que aplicar los protocolos para que lo hagan de la manera adecuada”, añade Víctor Fernández. La prevención es fundamental para acotar este problema ya que, según expertos, en el momento en el que el profesorado detecta un caso suele ser tarde, y el menor o la menor ha sufrido demasiado.
En este sentido, la consejera de Educación, Claudia Pérez Forniés, recordaba durante la celebración de la jornada de convivencia con motivo del Día Internacional Contra el Acoso Escolar que se está impartiendo formación tanto a maestros como a familias, y que uno de los siguientes objetivos es implementar la “rapidez y la efectividad” de las respuestas ante estos casos “modernizando” los protocolos actuales.
La última actualización del informe ponía el acento en el incremento de casos de acoso escolar entre el alumnado de Infantil; por ello, la consejería ha confirmado a este medio que a lo largo del próximo curso se pondrá en marcha un programa educativo específicamente enfocado a la prevención a edades tempranas. El programa, “que en este momento se está ultimando para sacar la convocatoria y que los centros interesados puedan implementarlo a lo largo de este curso”, está enfocado a trabajar el “bienestar emocional desde edades tempranas” así como a “reforzar esas competencias en el alumnado”. Este programa educativo también abarcará el primer ciclo de Primaria.
¿Cómo detectarlo?
Las víctimas de bullying como consecuencia de la intimidación o acoso escolar desarrollan cuadros de ansiedad, depresión, estrés o baja autoestima. Es el diagnóstico en el que coinciden profesionales de la neurociencia, la psiquiatría y la psicología. Unos problemas que pueden prolongarse hasta la edad adulta. La aparición de comportamientos depresivos y de ansiedad, aumento de sentimientos de tristeza y soledad, cambios en los patrones alimentarios y de sueño, y la pérdida de interés en las actividades que solían disfrutar o el cambio o abandono de amistades son síntomas que pueden activar la alarma.
Las redes sociales y la hiperconectividad en la que vivimos en el día a día son según los expertos un terreno propicio para que se den situaciones de abuso. Además, desaconsejan dar un teléfono móvil a menores de 14 años, ya que hacerlo puede aumentar el riesgo de acoso. Una de las fórmulas que sí que se aconseja poner en práctica es la 'norma de las tres C' (cambios, campanas y cuerpo). Cambios; de amistades, de rutinas; campanas, si no va a clase o expresa el deseo de dejar de hacerlo; y cuerpo, si de repente tiene rasgos tristes o cambios de peso. Esta observación puede ayudar a padres, familiares y amigos a detectar posibles situaciones de abuso en los menores de su entorno.
Una vez detectado el caso, la sociedad también tiene un papel fundamental, explican desde la AEPAE, porque “todos debemos tomar conciencia de la importancia de este problema y no invalidar a las víctimas ”queriendo normalizar y minimizar un acto de violencia“. Desde la Unesco inciden en que la educación en valores de respeto, paz y tolerancia es clave desde edades muy tempranas para prevenir comportamientos de caso entre menores.