Teruel alberga la vía verde más larga de España, que es la conocida como de Ojos Negros. Es en este municipio, ubicado en la comarca turolense del Jiloca, donde empieza el camino y los cerca de 170 kilómetros, que se extienden hasta la costa valenciana. Ahora es un itinerario destinado especialmente al senderismo y la actividad ciclista, pero en el siglo pasado, parte del trazado formaba parte de la línea del ferrocarril minero Ojos Negros-Sagunto.
La senda se ha habilitado mediante el Programa de Vías Verdes que desarrolla la Fundación de Ferrocarriles Españoles. Este surgió con el objetivo de “reutilizar y poner en valor” el patrimonio ferroviario en desuso, ya que cuantifican que a principios de 1990 había más de 7.600 kilómetros de vías de tren en desuso. Más de 30 años después, con la ayuda de diversas entidades, han logrado acondicionar más del 70%. Esto se traduce en que más de 5.500 kilómetros ya están disponibles para “movilidad y ocio activo y sostenible”, repartidos por toda España.
Una vía de tren minero
La localidad de Ojos Negros se caracteriza, entre otras cosas, por los yacimientos de hierro. Fueron un importante motor económico para la zona. La historia marca que, a inicios del siglo XX, dos empresarios fundaron la Compañía Minera de ‘Sierra Menera’ y a través de ella se hicieron con la explotación de esas canteras de hierro del municipio turolense. El objetivo era comercializar ese mineral e incluso exportarlo al exterior. Para ello, el punto elegido fue la costa de Sagunto en Valencia, donde lo sacarían principalmente a través de barcos.
Muy cerca de las minas de hierro de Ojos Negros, no llegaba a una veintena de kilómetros, pasaba una línea de la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón. Este ya hacía el recorrido de Teruel a Sagunto, por lo que podría haberse aprovechado para trasladar ese hierro. Sin embargo, según apuntan varios historiadores, por motivos de coste y otros asuntos, el grupo minero ‘Sierra Menera’ se decidió por construir una nueva vía con casi 205 kilómetros de longitud.
El primer viaje que se realizó data de 1907 y estuvo en funcionamiento hasta 1972. El servicio fue interrumpido en varias ocasiones, por ejemplo, a inicios de la década de los 30 por la situación económica y social que se atravesaba. Más tarde, durante el periodo de la Guerra Civil, sufrió desperfectos y no se pudo reanudar hasta ya entrado el periodo de los 40.
A los pocos años de que el ferrocarril empezase a prestar servicio, se constituyó la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo. Con ello se creó una planta siderúrgica en Sagunto, donde se trabajaba ese hierro que se movía desde Ojos Negros y no se enviaba al exterior. Por el nivel de producción, en 1972 decidieron trasladar a Renfe el transporte de hierro.
Un atractivo turístico
Parte de la Vía Verde, que parte de Ojos Negros para alcanzar la Comunidad Valenciana, transcurre por donde se colocaron estas vías que tanto hierro transportaron. Durante la ruta se pasa próximo a municipios como Santa Eulalia, Almohaja, Peracense, La Puebla de Valverde o Sarrión.
También se pueden contemplar imágenes de postal, como son las montañas de rodeno, el reconocido castillo de Peracense o la laguna del Cañizar -considerada como uno de los humedales de agua dulce de mayor tamaño del interior de España-. Se suma el pozo artesiano de Cella, que fue declarado como Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural al ser considerado el más grande de Europa en esta modalidad.
Todo esto, ha hecho que esta vía verde que atraviesa la provincia de Teruel se convierta en un atractivo turístico para los apasionados de caminar e ir en bicicleta por la naturaleza. Cada año, desde que se emprendieron los trabajos de habilitación -a inicios del siglo XXI-, la Fundación de Ferrocarriles Españoles sigue acondicionando la ruta y abriendo nuevos tramos.
“Hemos venido con las bicicletas en autobús desde Valencia para hacer la vuelta por la Vía Verde de Ojos Negros. Varios amigos ya la han hecho y nos la recomendaron. Así que aquí estamos”, indicaron dos jóvenes al inicio de la ruta a pocos kilómetros de la capital turolense. Allí también se encontraba una aficionada al senderismo, quien comentaba que solía ir “cada fin de semana” a caminar unos 20 kilómetros por el “bonito” paisaje que se encuentra.
Además, tienen puesto el foco en conectar la vía de Ojos Negros con la Vía Verde que une la ciudad cántabra de Santander con el Mediterráneo. De esta forma, cuando se lleve a cabo se podrá ir del cantábrico a la costa levantina ya sea a pie o en bicicleta con la seguridad de que no pasarán vehículos de motor.
Más allá de toda la riqueza paisajística y cultural, en Sagunto abrió sus puertas en 2020 un centro de interpretación de la Vía Verde de Ojos Negros, ubicado en la planta superior de la Oficina de Turismo de esa localidad valenciana. Este recoge una sala expositiva y otra audiovisual en la que se habla de la historia de este itinerario.
Por su parte, en Ojos Negros, desde que se puso fin a la explotación minera, las instalaciones se han transformado para crear un centro cultural. Una de las reivindicaciones de los habitantes durante años ha sido la construcción de un centro de interpretación para mostrar el trabajo minero que se realizaba en la zona.