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Cierre temporal de la costera del percebe en el occidente asturiano por las altas temperaturas del Cantábrico

Perceberos capturando en los acantilados

Leticia Quintanal

Gijón —

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No es la caza furtiva ni la desmesura en las capturas lo que realmente está poniendo en peligro la costera del percebe en el occidente de Asturias, es el cambio climático y sus consecuencias, lo que está haciendo estragos en la cría de esta especie, retrasando las condiciones óptimas para que esto pueda suceder.

Aún así, investigaciones desarrolladas por la Universidad de Oviedo a lo largo de estos años determinan que una parte del problema reside también en gestionar las extracciones sin tener en cuenta la biología del percebe.

En estos momentos en Asturias hay 282 mariscadores con licencia, algunos de ellos también son pescadores y tienen barco, con lo cual pueden salir a faenar otras artes, pero otros, se dedican únicamente a la recogida a pie, con las limitaciones que esto supone.

La costera del percebe arranca en Asturias el 1 de octubre y se extiende, en condiciones normales, hasta el 30 de abril, salvo en la zona del Cabo Peñas, donde los perceberos pueden trabajar hasta el 30 de septiembre. Cada mariscador está autorizado a recoger un máximo de seis kilos por día, tope que sube a ocho durante la campaña de Navidad, que comienza en a mediados del mes de diciembre. La extracción, que se lleva a cabo con bistonzas de mano o cavadoiras, debe llevarse a cabo solamente durante el día, desde dos horas antes de la bajamar y hasta una hora después de la misma, y con un tamaño por percebe que nunca debe ser inferior a los 18 milímetros.

La actividad de marisqueo a pie en aguas del Principado de Asturias está regulada por el Decreto 35/1998, que prevé el establecimiento de cupos de captura en aquellas zonas en las que, por sus características biológicas, fuera conveniente, así como la creación de zonas de pesca restringida. Así, en desarrollo de estas previsiones, la Dirección General de Pesca Marítima elaboró los planes de explotación de Ortiguera, Figueras, Tapia de Casariego, Viavélez, Puerto de Vega, Luarca, Cudillero, Oviñana, San Juan de La Arena, Bañugues y Luanco, en colaboración con sus cofradías, con el objetivo de preservar el percebe y mejorar su comercialización en esas zonas.

La situación este año se ha complicado tanto, por la ausencia de piezas y el tamaño excesivamente pequeño de las que hay, que los mariscadores del plan de explotación de Viavélez decidieron suspender su actividad a 31 de octubre y mantener cerrada la costera durante todo el mes de noviembre para intentar salvar la campaña de Navidad, aunque ni de esta forma están seguros de poder lograrlo. También en Luarca han decidido cerrar este mes de noviembre.

Sin capturas y sin ingresos

Félix López Rúa lleva más de 20 años dedicándose a la pesca y al marisqueo, propietario de un barco, se siente afortunado por ello, aunque el percebe esté cerrado, él puede salir a faenar. Aún así, la preocupación le puede, por quienes si no hay costera no trabajan y si no trabajan no cobran, y porque “si esto sigue así, el año que viene no habrá costera en Viavélez”, se lamenta.

Él lo tiene claro, el cambio climático se nota y mucho, nunca había visto el Cantábrico tan caliente como lo estuvo este verano, y con el agua a esas temperaturas, el percebe no cría, con lo cual llega el otoño y la escasez de piezas es notable, eso y que las que hay tienen un tamaño demasiado pequeño para lo que se suele recoger en esta época del año. Respecto al año pasado, que ya no fue bueno, dice, la situación ha empeorado aún más, hay menos percebes y los que hay son muy pequeños.

No está siendo un buen año porque el percebe no creció debido a las condiciones meteorológicas, así de contundente es Adolfo García, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias y patrón mayor de Puerto de Vega. Confía en que el empeoramiento meteorológico que hemos vivido estas últimas dos semanas, más acorde con la época del año en la que estamos, ayude a enfriar la temperatura del mar y que el percebe prendido en las rocas crezca lo suficiente para poder salvar la campaña de Navidad.

Entiende perfectamente que en algunas zonas hayan tenido que cerrar, como por ejemplo en Viavélez, y aunque sabe que cada explotación se gestiona de una manera diferente, sabe que ésta no ha sido el único plan de gestión que ha cerrado. A pesar de esta situación, nada halagüeña para el sector, García reconoce que, al menos en Puerto de Vega, referencia en la extracción de percebe en el occidente asturiano, las cifras obtenidas hasta ahora son más o menos similares a las del pasado año, se han extraído unas cuatro toneladas y media de percebes, que se subastaron a 140 euros el kilo, frente a los 120 euros kilo de 2022.

Augura que, si la situación sigue así, habrá que tomar medidas y sentarse con la Dirección General de Pesca del Principado de Asturias para buscar una solución para quienes no puedan faenar. Si no hay género, no hay trabajo y tampoco ingresos, lamenta.

Temperaturas excepcionales

El Decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, José Manuel Rico, es experto en cambio climático y calentamiento de los océanos, asegura que éste ha sido un año “excepcional” en el Atlántico norte, con una temperatura del agua “anormalmente alta”. De hecho, en la costa asturiana, donde cada verano raramente se superaban los 20 grados, se registraron valores que, durante semanas, no bajaron de los 21, 22 y hasta 23 grados centígrados.

Según explica, el 2023 ha roto todas las tendencias registradas a lo largo de los últimos años en los que, si bien la temperatura se había ido incrementando poco a poco, este año lo hizo aún más. Es difícil encontrar razones que expliquen esta situación, más allá, lógicamente, del calentamiento global de la tierra, pero para José Manuel Rico pudo haber un punto de inflexión durante el fenómeno de El Niño de 2016, que fue “muy intenso”.

“Hemos acumulado tanto calor desde entonces, que llegamos a situaciones como las que estamos viviendo ahora”. Los fenómenos de El Niño no tienen una periodicidad fija establecida, pueden producirse, de manera orientativa, cada nueve o diez años, y suelen coincidir con la Navidad, de ahí el nombre acuñado por los pescadores. Este año, tal y como reflejan las previsiones, se prevé un Niño intenso, según explica Rico, y habrá que ver sus consecuencias.

La preocupación en la comunidad científica cada año es mayor, principalmente, porque “no sabemos a qué tendremos que hacer frente”, asegura este investigador y profesor universitario, al no haber tendencias progresivas y lineales, porque este año se han roto, no sabemos a qué situación climática nos enfrentaremos, por ejemplo, el año que viene.

Preocupación compartida también por Susana Acle, responsable de investigación del Acuario de Gijón, quien destaca el papel de los océanos dentro del ciclo de la vida del planeta. Son reguladores medioambientales que generan el 50% del oxígeno que respiramos y absorben el 25% de las emisiones generadas a la atmósfera, lo hacen a través del fitoplancton, por eso su papel es tan importante y cualquier mínima desviación, por muy imperceptible que nos parezca, quiebra el equilibrio del ecosistema generando unas consecuencias brutales para la flora y fauna marina, y también para los propios seres humanos.

Cambios en el modo de captura

Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo, capitaneados por el catedrático de Ecología, José Luis Acuña, estudian el percebe, en el caso de Acuña desde 2008, y ha determinado que el percebe en Asturias se enfrenta a dos problemas, uno es la cantidad y otro la calidad. De este último es responsable el cambio climático.

Por un lado, porque el alimento de los percebes depende de los afloramientos marinos, es decir, del desplazamiento de masas de agua desde niveles profundos, donde están sus nutrientes, hasta la superficie, una actividad que se ve notablemente reducida por el aumento de la temperatura del agua. Por otro, los percebes viven en zonas muy expuestas a las olas y se cree que la firmeza de su carne depende de ellas, algo que también se ha visto reducido por los cambios en la morfología de las mareas.

Esto, en cuanto al cambio climático, pero ¿qué sucede con el otro de los problemas a los que se enfrenta esta especie, la cantidad?. Este investigador de percebes tiene claro que Asturias y Galicia son las dos comunidades autónomas que cuentan con un sistema más avanzado y controlado para la extracción de este crustáceo marino, y que los perceberos cumplen a rajatabla lo que la Administración les exige.

Se dan todas las condiciones para que las extracciones a pequeña escala, teniendo en cuenta la biología del percebe, puedan abordarse, pero es imprescindible que la administración competente aporte la información necesaria a quienes se dedican a este arte

José Luis Acuña Catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo

Se les dice cómo gestionar lo que sucede en centenares de kilómetros, pero en ningún caso cómo realizar extracciones a pequeña escala, y son esas pequeñas escalas las que resultan críticas para el percebe porque es en ellas en las que reside su auténtica biología.

El ejemplo es claro, las larvas del percebe, al igual que las de otras tantas especies, viajan por el mar, a través de las corrientes, hasta que completan su ciclo y vuelven a la roca a prender, pero no prenden directamente en la roca, como por ejemplo el mejillón, sino sobre los pedúnculos de otros ejemplares adultos y comienzan a crecer. Si cuando llega el momento de abrir la costera se extraen todos los ejemplares adultos y no queda nada en las piedras, las larvas no podrán fijarse.

Para Acuña, tanto en Galicia como en Asturias, se dan todas las condiciones para que las extracciones a pequeña escala, teniendo en cuenta la biología del percebe, puedan abordarse, pero para ello es imprescindible que la administración competente aporte la información necesaria a quienes se dedican a este arte.

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