El Descenso Internacional del Sella: una cuenta pendiente con la Igualdad
El Descenso Internacional del Sella es la fiesta por antonomasia del verano asturiano que, además de haber logrado traspasar fronteras hace ya más de cuarenta años (fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1979), también ha conseguido traspasar el ámbito deportivo al convertirse en uno de los atractivos con mayor tirón turístico del Principado de Asturias.
La primera edición competitiva de la 'Fiesta de las piraguas', como popular y cariñosamente se la conoce en Asturias, tuvo lugar en 1932, recuperándose doce años después, tras el parón de la Guerra Civil. De las once piraguas que tomaron la salida en Arriondas aquel agosto de 1944, los 20 km que distan hasta Ribadesella son recorridos en la actualidad por más de 800 embarcaciones con alrededor de 1.100 palistas.
Entre tanto , por ejemplo, en 1951 la prueba adoptó su carácter internacional al inscribirse, por primera vez en su historia, los primeros participantes extranjeros (italianos, portugueses y franceses); 1955 es el año en que se inscribe el primer equipo de otro continente (equipo cubano); y en 1960 se marca un hito con la creación de la Federación de Piragüismo, que venía a separar las disciplinas de piragüismo y remo, garantizando de esta forma la continuidad del descenso.
Para inscribirse en esta prueba, que cada verano se celebra el primer sábado después del 2 de agosto, y según el reglamento del Comité Organizador (CODIS), existen tres categorías, masculina, femenina y mixta, las dos primeras con sus correspondientes subcategorías (senior, sub-23, junior, cadetes y veteranos).
Al ser el Sella un río especialmente estrecho, la salida no puede realizarse en línea. Para organizarla se celebra un sorteo entre todos los participantes, salvo para los hombres que realicen el descenso en embarcaciones de una o dos personas (K1 o K2), considerados “los más rápidos”, que van directamente a una contrarreloj a la que solamente ellos, la categoría masculina, tiene acceso. En función de los tiempos que hagan en esa prueba saldrán en una u otra posición, pero siempre en cabeza.
Esta organización, recogida en el reglamento elaborado por el CODIS está absolutamente normalizada por las personas que integran la organización del Descenso (diez hombres y tres mujeres) y su presidente, Juan Manuel Feliz Granda, defiende que “la élite” del piragüismo está en la categoría senior masculina y si incluyes a estos palistas en el sorteo, “pierden el interés y no participan en la prueba”, con la pérdida que esto supone para la prueba, según explica.
“Un punto de vista primitivo”
Beatriz Manchón es andaluza de nacimiento y asturiana de adopción. Comenzó a practicar piragüismo cuando tenía 14 años y a los 17 ya estaba dentro del equipo nacional. Tiene uno de los palmarés más brillantes del piragüismo español: tres veces campeona del mundo, 22 medallas de Europa -seis de oro- y participó en cuatro Juegos Olímpicos - Atlanta 95, Sidney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008-.
Después de 30 años de alta competición al máximo rendimiento, Manchón abandonó el equipo nacional en 2013 por diversas operaciones, diciendo adiós a la alta competición, aunque nunca se retiró oficialmente.
Tres años después, su amigo “de toda la vida” y piragüista profesional, Manuel Busto, le propuso ser pareja en una embarcación mixta y participar en el Descenso Internacional del Sella que en aquel verano de 2016 cumplía, además, su 80 edición. “Yo no sabía mucho de ríos, pero sí de piragüismo, y Manuel lo sabe todo del Sella. Era un buen broche a mi carrera”, cuenta Manchón.
Se inscribieron en la categoría K2 senior masculina para poder competir. La normativa estatal lo permitía y ellos eran piragüistas de alta competición, pero la organización de la prueba les rechazó alegando que ésa no era su categoría y que el reglamento del Sella no permitía que parejas mixtas compitiesen en la categoría masculina, por lo que debían inscribirse en la categoría mixta.
Inscribiéndose en la mixta no tenían acceso a la contrarreloj para ocupar los puestos de “cabezas de serie”, saliendo entonces, por defecto, unas 600 posiciones por detrás. Pero además, el recorrido de la categoría mixta, por aquel entonces, era más corto que el realizado por la categoría masculina, ya que llegaban solamente hasta el ferrocarril de Llovio, cinco kilómetros antes de Ribadesella, es decir, recorrían 15 de los 20 kilómetros de la prueba.
“Somos competidores e íbamos a competir”, recuerda Beatriz, quien asegura que a los miembros del comité organizador “no les hizo ninguna gracia desde el principio” que intentasen competir en K2 masculino, y que su punto de vista es “absolutamente primitivo”.
Manchón lamenta que lo que no se ve no existe y lo que no existe no se patrocina, refiriéndose a la invisibilidad de quienes salen a partir de las cien primeros posiciones. “Que me dejen ganarme el puesto en la contrarreloj, si no, qué tiene que hacer una mujer para estar en el paseo de los campeones”, se pregunta.
Cambios en la normativa de la Federación Española de Piragüismo
Desde el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella siempre se han defendido negando, por supuesto, cualquier tipo de comportamiento discriminatorio y alegando que la del Sella es una prueba “privada” que se rige por su propio reglamento.
Aún reconociendo esa evidencia, la realidad es que el Descenso del Sella es una prueba amparada por la Federación Española de Piragüismo y su homóloga asturiana. En 2015 la Federación Española modifica su normativa para permitir que las embarcaciones mixtas puedan competir en categorías masculinas, siempre y cuando no vayan ocupadas por dos mujeres, medida que fue aplicada en 2016.
Este cambio no fue suficiente para que el Comité aceptase la petición de Manchón y Busto, alegando, precisamente, que por su carácter privado el Descenso del Sella se rige por su propio reglamento.
Sin embargo, en 2018, una pareja de palistas, Emilio Merchán y Leonel Ramalho, no pudo inscribirse en la prueba de ese año porque el reglamento de la Federación Española no permitía la inscripción de embarcaciones en las que sus ocupantes tuviesen distintas licencias federativas, y en este caso eran española y portuguesa.
Ante esta situación la Federación sí quiso hacer prevalecer su normativa sobre el reglamento del Comité del Sella, como recuerda Laura Tuero desde la Asociación de Mujeres para el Deporte Profesional, no como en la reclamacion de Beatriz y Manuel.
Ocho años de proceso judicial
Tras la segunda negativa en 2017, Manchón y Busto comenzaron un largo periplo judicial que les llevó de la Audiencia Nacional al Tribunal Supremo y de éste al Juzgado de Primera Instancia de Cangas de Onís, donde su demanda es desestimada en marzo de 2022, en una sentencia en la que la jueza reconoce que los testimonios esgrimidos por los tres testigos que fueron llamados a declarar fueron convincentes para ella. Éstos eran la vicepresidenta del CODIS, el presidente de la Federación Española de Piragüismo, quien también ocupó la presidencia de la Federación Internacional, y una piragüista asidua a la competición.
Tanto la vicepresidenta del Comité como la deportista alegaron que el orden de la salida por categorías responde únicamente a razones de “organización, lógica y seguridad” y que “los hombres te llevan por delante”, en referencia a la posibilidad de efectuar una salida sin separación por categorías, añadiendo que su físico se vería comprometido, según se puede leer en la sentencia del juzgado cangués.
Hemos perdido porque ni la ley ni el deporte quieren la igualdad, no porque no tengamos razón
Tras aquella sentencia presentaron un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, que volvió a darles la espalda, por lo que fueron condenados al pago de las costas judiciales, cifradas en 3.500 euros. Ahora en concepto de Procuraduría, se les reclaman otros mil euros.
Beatriz Machón no se arrepiente de nada porque no ha hecho nada malo, asegura, simplemente luchar por la igualdad dentro del piragüismo, que “sale caro”. Explica convencida que ser mujer en el mundo del deporte es un handicap y que no perdieron porque no tuviesen razón, sino porque “ni la ley ni el deporte quieren igualdad”.
A lo largo de todos estos años Beatriz y Manuel han contado con el infatigable apoyo de la Asociación de Mujeres para el Deporte Profesional, desde donde Laura Tuero se pregunta dónde están los verdaderos planes de igualdad del Gobierno del Principado, administración financiadora, entre otras, del Descenso Internacional del Sella.
Desde el parlamento asturiano la consejera de Cultura y Deporte, Vanesa Gutiérrez, se limitaba a decir, en respuesta a preguntas de la portavoz del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, que las federaciones son las encargadas de organizar los eventos deportivos y, por tanto, quienes redactan los reglamentos que los participantes en esos eventos deben conocer y cumplir.
Añadió que en materia de deporte “debemos avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa, que refleje valores como la justicia, la inclusión o la igualdad”, y evitó concretar a cuánto asciende la subvención que recibe el Descenso del Sella por parte de la administración regional, en una doble vertiente, deportiva y turística.
Tuero ha afeado el comportamiento del Principado que se pone de perfil en este asunto y critica la relación que mantiene, en este caso, con el Comité Organizador del Sella porque “yo te doy de todo a cambio de nada”, dijo refiriéndose a las subvenciones.
Mientras desde el CODIS aseguran que no se plantean modificar el reglamento de participación porque, según explica su presidente, “la salida de las categorías de mujeres ya se ha ido adelantando porque sus tiempos fueron mejorando”, Beatriz Manchón sigue practicando el piragüismo y “trabajando y peleando” por la igualdad real en el piragüismo, en el mundo del deporte y en la vida en general.
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