Son los árboles australianos que dominan muchos de los montes del norte de España. Especie exótica e invasora, heredada de la dictadura franquista, quien encontró en el eucalipto la fórmula para repoblar las praderas que ya no servían de pasto o las tierras que ya no se cultivaban, a finales de la década de los 40 y principios de los 50. Defendidos por la industria papelera y maderera y satanizados por ecologistas y biólogos, la del eucalipto es una lucha eternizada a lo largo de los años con base en una dicotomía: impacto ambiental o beneficio económico.
La cornisa Cantábrica es la que se lleva la palma en lo que a hectáreas cultivadas se refiere, así en Galicia hay un total de 174 000 hectáreas cultivadas de eucalipto, más de 60000 en Asturias, 39000 en Cantabria y 14500 en el país Vasco.
En Asturias, el ocho por ciento del suelo forestal está dedicado al cultivo de eucalipto, es la especie que menos superficie ocupa y de la que más aprovechamiento se obtiene, según Profoas, la Asociación de Propietarios Forestales del Principado. Desde Profoas, su presidente, Iván Fernández, explica el motivo por el que demandan alternativas de cultivo que se incorporen a las permitidas, con el objetivo de generar masas forestales óptimas y evitar que el monte caiga en el abandono, convirtiéndose en potencial pasto de los incendios. “Son los montes más rentables que hay y los propietarios los cuidan mucho”, afirma.
Precisamente la elevada inflamabilidad de la madera del eucalipto es uno de los riesgos que entraña el cultivo masivo de esta especie, según explica el biólogo ambiental, Xabier Vázquez Pumariño, quien asegura que las administraciones deberían preguntarse el dinero que se gana con el eucalipto y el que se pierde por no dedicar el suelo a otro tipo de cultivos. Desde Galicia lleva años combatiendo el cultivo del eucalipto y anuncia que Asturias pronto acabará viéndose en la misma situación que la comunidad vecina, si no cambia el rumbo de su política forestal, por el efecto inflamable de esta especie y sus consecuencias, por ello, en la propagación de incendios.
“Donde hay eucalipto, no hay nada más”, afirma Puamriño, quien explica que las especies autóctonas desaparecen cuando aparece el eucalipto porque la convivencia con esta especie exótica es imposible: desaparece la biodiversidad. Ciclos de corta breves, emisión de CO2 superior al que retienen o la generación de pistas que favorecen el desplazamiento del agua con en períodos de lluvias fuertes, son otras de las consecuencias negativas que tiene el eucalipto, para este biólogo gallego.
Plan Forestal de Asturias
El Gobierno del Principado de Asturias se encuentra inmerso en estos momentos en plena revisión del Plan Forestal, con la elaboración de un documento que tendrá vigencia hasta 2036 y pretende actualizar el Plan actúa, que data del año 2001, para, entre otras cuestiones, dar cabida en él a la nueva Ley de Montes.
En esta nueva normativa, el Principado valora aceptar la petición de los cultivadores de eucalipto y autorizar el aumento de especies a cultivar. De esta forma, Asturias incorporará al cultivo del Eucalyptus globulus, que según biólogos y ecologistas “tiene la costa asturiana colapsada”, el del Eucalyptus nitens, una especie prohibida hasta 2009 por su capacidad expansiva y afección sobre el medio rural, y apta para cultivarse en altura, pues aguanta las heladas y puede cultivarse a partir de los 500 metros, altitud que el 'globulus' no soporta.
Desde el Gobierno asturiano, Javier Vigil, director de Política Forestal, defiende que en ningún momento ha sido intención del Principado aumentar la superficie permitida para el cultivo del eucalipto, que ronda en estos momentos las 65 000 hectáreas, y que ni siquiera es esta la demanda del sector. Sin embargo, sí entiende el director asturiano que es necesario autorizar el cultivo más allá del Globulus, pues hay zonas de Asturias en las que las plantaciones de eucaliptos tienen problemas fitosanitarios.
A pesar de las llamadas a la calma por parte del Ejecutivo asturiano, asegurando que las superficies seguirán limitadas y que en ningún caso se autorizará el cultivo de especies que no hayan superado los estudios pertinentes, biólogos y ecologistas están en pie de guerra, pues entienden que la región debería dirigirse hacia la reversión del daño ocasionado, no hacia la potenciación del cultivo de eucalipto.
Lo cuenta Hugo Robles, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, hay que revertir el daño ocasionado tras décadas de cultivos con impactos negativos para la biodiversidad, como la simplificación y pérdida de especies, pues las autóctonas no pueden germinar bajo los eucaliptos, lamenta.
Este profesor universitario tiene claro el camino y no es otro que el que se dirige a la eliminación progresiva del cultivo del eucalipto y su sustitución por especies locales, al igual que han hecho, explica, en el Parque Nacional de Monfragüe. Suelos empobrecidos, pérdida de biodiversidad que da lugar a la generación de plagas o problemas en los recursos hídricos, derivados del exceso de agua que absorbe el eucalipto, son otras de las derivadas negativas para Robles.
Desde el Gobierno asturiano reivindican que la forestal es una industria más, generado de puestos de trabajo y beneficio económico para la región. El director general de Política Forestal explica que la normativa del Principado es escrupulosa, y es precisamente por esta regulación, que califica de estricta, por la que no ha lugar a inseguridad ni miedos. Así ha señalado que las normativas de comercialización de la madera son claras y que la Unión Europea impide la comercialización de productos derivados de la deforestación, “si no cumples, tendrás problemas”, afirma.
El Gobierno asturiano prevé tener el documento avanzado del nuevo Plan Forestal en el primer semestre de 2025, será el último paso para su aprobación definitiva.
Más de lo mismo
Aunque aún es un borrador, lo que deja claro el documento para los ecologistas asturianos es que el cultivo del eucalipto va a continuar en Asturias. Lo lamenta, desde la Coordinadora Ecoloxista n' Asturies, Pedro Zamora, quien señala que la administración del Principado solo busca favorecer a la industria de la pasta de papel, que en la región funcionan como un monopolio, y que el Gobierno asturiano “tiene poca personalidad para el cambio”.
Al desastre ambiental que para los ecologistas supone el cultivo masivo de eucalipto se suma desde hace unos años la crisis climática, un cocktail perfecto que nos avoca, si no se pone remedio, a una crisis ambiental muy peligrosa. “El actual diseño forestal no es sostenible”, explica Pedro, pero la rentabilidad económica que se obtiene de él “les compensa más que cambiarlo”.
Asturias tiene más de 200 km de costa poblada de eucaliptos (Eucalyptus globulus) y se dispone a dar entrada al Eucalyptus nitens, aunque inicialmente solo se autorice en sustitución del primero y no como nuevo cultivo, acabará suponiendo, según asegura Zamora, que en unos años no solo la costa asturiana estará poblada de eucaliptos, sino también la cordillera.
Desde la Coordinadora llevan más de 40 años peleando contra el cultivo del eucalipto en Asturias y denunciando las consecuencias que ello tiene para la biodiversidad y el medioambiente. Ahora alertan de que la desaparición de terrenos agrícolas en pro de los forestales para plantar masa de eucaliptos es verdaderamente alarmante.
Incluso sus detractores reconocen que es necesaria su existencia, pero controlada, no masificada; en ningún caso como monocultivo y circunscribiéndolo a terrenos marginales; tendiendo a la utilización de otro tipo de cultivos autóctonos para elaborar masa de papel; e incluso con la gravación, a través de impuestos, a la industria forestal por las consecuencias negativas derivadas de esta especie.