De extraer carbón a Centro Nacional de Entrenamiento en Rescate: El Congreso aprueba otra vida para el pozu Santiago
A finales de 2018, los mineros dejaron de extraer carbón en el Pozu Santiago, en el concejo asturiano de Aller, en la comarca minera del Caudal. Desde su cierre, varios proyectos se han barajado para dar una nueva vida a la explotación: desde emplear el agua del pozu para generar energía geotérmica a instalar en su interior un centro de procesamiento de datos o plantear que sirva como escenario a partir del próximo año para recrear las condiciones de vida en la Luna.
Las posibilidades que ofrece la antigua explotación minera allerana fue el centro del debate ayer, martes, en el Congreso de los Diputados. La Comisión de Industria aprobó la proposición no de ley registrada por el Grupo Parlamentario Socialista en la que se emplaza al Gobierno de España a apostar por el establecimiento en el pozu Santiago de Aller de un Centro Nacional de Entrenamiento en Rescate.
La Comisión de Industria dio un amplio apoyo al proyecto: tuvo 33 votos a favor y tan solo tres abstenciones, las de Vox. A favor, además de los socialistas, el PP, Sumar y los grupos nacionalistas.
El visto bueno del Congreso fue un motivo de gran satisfacción para el diputado socialista por Asturias Roberto García Morís, que reconocía que esta iniciativa aportaba muchas ventajas para la región.
Es una excelente noticia para Aller y para el conjunto de las comarcas mineras. Llevar a cabo esta actuación contribuirá a impulsar la actividad económica, a crear empleo, a combatir la despoblación en el territorio y al impulso de una transición justa
“Se trata de una excelente noticia para Aller y para el conjunto de las comarcas mineras”, explicó el diputado. A su juicio, llevar a cabo esta actuación “contribuirá a impulsar la actividad económica, a crear empleo, a combatir la despoblación en el territorio y al impulso de una transición justa”.
Para García Morís, este proyecto representa “una gran oportunidad de futuro” para la zona porque permite proteger el patrimonio industrial y preservar la historia de las comarcas mineras.
La iniciativa fue impulsada por el SOMA-FITAG-UGT con el objetivo de promover “la formación e investigación en trabajos de especial riesgo en obras subterráneas y espacios confinados con la aplicación de técnicas de trabajo y rescate minero”. Además, permite la conservación del patrimonio industrial minero, dándole un nuevo uso y generando retornos económicos que permitan su mantenimiento, sostiene la central.
En concreto, la iniciativa plantea que el pozu Santiago albergue un Centro Nacional de Entrenamiento en Rescate para aprovechar y compartir la experiencia y el conocimiento en la materia de la Brigada Central de Salvamento Minero de Hunosa.
El reconocimiento a la Brigada de Salvamento
En los cien años de historia de este cuerpo, sus integrantes han llevado a cabo un importante trabajo. Sus puntos fuertes son las técnicas de rescate en espacios angostos con los medios habituales utilizados en la minería, y sobre todo, el uso y entrenamiento del equipo de respiración autónoma en circuito cerrado, logrando tiempos de intervención de unas cuatro horas en ambiente irrespirable y/o explosivo.
Ha participado en operaciones de rescate tanto nacionales como internacionales, actuando principalmente en espacios confinados, incendios, ambientes tóxicos y explosivos, según se recoge en su página web.
La Brigada Central de Salvamento Minero nació a principios del siglo XX como un cuerpo de rescate impulsado por las distintas compañías mineras que operaban en Asturias para hacer frente a los numerosos y graves accidentes que se producían en las explotaciones. La Brigada pertenece al Grupo Hunosa, compañía estatal, que la dota de personal, instalaciones y medios materiales.
Su labor ha sido reconocida en múltiples ocasiones. Entre otros galardones, la Brigada ha sido distinguida con las medallas de oro del Principado de Asturias y de Andalucía.
Sin duda, su participación en el rescate del pequeño Julen Roselló, de dos años, que cayó a un pozo de 110 metros de profundidad y 25 centímetros de diámetro en Totalán (Málaga), del que se cumplen ya cinco años, mantuvo en vilo al país durante 13 días y marcó un antes y un después para la Brigada de Salvamento Minero.
Su trabajo fue seguido con gran expectación y preocupación tanto en Asturias, como en España y en el extranjero. El rescate no tenía precedentes en Europa.
El cadáver del niño fue localizado debajo de un tapón de tierra a 71 metros. La prioridad era realizar un túnel en vertical encamisado para evitar derrumbes, y en paralelo al pozo una galería en horizontal, una compleja obra realizada en tiempo récord, y con muchos problemas por la dureza de los materiales, y los imprevistos.
Se realizaron 600 microvoladuras y participaron 300 profesionales, entre ellos la Brigada Central de Salvamento Minero que a partir de ese suceso fue conocida a nivel mundial. A partir de ahora, su experiencia y conocimientos serán claves para este nuevo proyecto con el que se quiere dar otra vida al pozu Santiago y revitalizar las comarcas mineras asturianas.
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