La familia de María Teresa Aladro ha solicitado este miércoles al Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) que su asesino, su marido Senén Fernández, cumpla íntegramente la condena a 31 años y cuatro meses de cárcel que le impuso la Audiencia Provincial de Asturias el pasado mes de junio tras el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado.
La víctima murió a causa de las graves heridas sufridas por el impacto de dos disparos de escopeta, uno de ellos efectuado por la espalda. El jurado declaró probado que el hombre no aceptaba que su mujer quisiera separarse tras 22 años de matrimonio.
Su único hijo, Adrián, ha asistido este miércoles a la vista del recurso de apelación contra la sentencia celebrado en la sede del TSJA.
Al término de la sesión, en declaraciones a elDiario.es Asturias, Adrián Fernández ha asegurado que confía en que los magistrados rechacen la argumentación de la defensa para no tener que estar “reviviendo continuamente” el crimen de su madre.
“Quiero que ya se acabe todo. Que él cumpla la pena y termine de una vez este calvario que parece que no va a acabar nunca”, ha afirmado.
La argumentación de la defensa
La sesión comenzó esta mañana con las alegaciones de la defensa que se ha quedado sola en su argumentación para que se acuerde la nulidad de actuaciones.
Alega para ello que al condenado Senén Fernández se le situó en una posición de indefensión al no haberse aceptado en fase de instrucción su petición para la reconstrucción de los hechos al considerar que esta era una prueba “fundamental”.
La letrada del despacho de Luis del Viso -tercera defensa que representa de oficio al condenado, tras la renuncia de las dos anteriores- ha incidido en las supuestas contradicciones en las que, a su juicio, incurrieron los peritos de la Guardia Civil y el perito particular propuesto por su parte.
Ha sostenido que no quedó claro en la vista oral si el asesino entró con llaves en el domicilio de la víctima o si ésta le abrió la puerta. Pese a que el jurado dejó probado que hubo un allanamiento de morada, la abogada ha puesto en tela de juicio la falta de aplicación de esta atenuante.
Asimismo ha rebatido que el veredicto no haya tenido en cuenta su petición para que se aplicara también como atenuante la figura de la confesión.
“Siempre colaboró en todo lo que se le preguntó, pero nunca se le pidió colaboración”, manifestó la defensa.
Además, la letrada hizo todo un alegato sobre la reparación del daño que, según sostuvo, tuvo el condenado hacia su hijo, al haber firmado una escritura pública desde la cárcel el día antes del juicio para cederle la titularidad de la mitad de la vivienda familiar de la que era propietario, así como del vehículo donde finalmente apareció la escopeta utilizada para perpetrar el asesinato. Una escritura donde no figura la firma del hijo, por lo que tampoco llegó a contemplarse como posible atenuante.
El alegato del fiscal
El fiscal Fernando Laserna ha sido muy exhaustivo en su exposición en contra de la admisión del recurso de apelación y ha ido descartando una por una todas las alegaciones de la defensa.
Tanto el fiscal como la acusación particular y la acusación popular que ejercita Abogadas por la Igualdad han resaltado los defectos de forma en los que incurre el recurso al indicar textualmente que “se citan erróneamente los artículos aplicables al caso”.
A pesar de ello, las acusaciones han entrado en el debate de fondo. El fiscal ha recordado que, durante más de dos años de instrucción, el condenado no declaró ni en el juzgado, ni en el cuartel de la Guardia Civil cómo se produjeron los hechos y lo único que constaba eran las palabras que le dijo a su hijo nada más matar a su esposa al no aceptar su decisión de separarse.
“He matado a tu madre”, fue la única frase con la que reconoció la autoría del asesinato por el que cumple condena.
“Es muy fácil venir aquí para criticar y contradecir los informes de la Guardia Civil”, ha expuesto el fiscal que ha negado rotundamente que se haya producido una vulneración de derechos del condenado.
Fernando Laserna ha considerado “imposible” que las tres versiones diferentes de la defensa se ajusten a la realidad de la sucesión de los hechos registrados en mayo de 2021, cuando Senén Fernández perpetró el asesinato.
Ni indefensión, ni reparación del daño
“El jurado ha motivado de manera extensa más allá de lo exigible a personas legas cómo ocurrieron los hechos y la magistrada presidenta así lo ha trasladado a la sentencia”, ha aseverado.
El fiscal ha hecho hincapié en que el asesino no dejó opción alguna de defensa a la víctima.
“¿Qué indefensión se le produjo?, ¿Qué reparación del daño ha hecho, si su hijo es el heredero universal y más cuando Senén Fernández pagó a una abogada particular y al tiempo inició un procedimiento para rebajar la pensión de alimentos de su hijo, con lo que era acrecentar el daño personal?”, ha planteado el fiscal.
El representante del Ministerio Público ha sido muy claro y ha terminado su exposición con una nueva pregunta: “¿Qué confesión hizo?”. Y él mismo ofreció la respuesta: “A partir de su detención, no facilitó nada a la investigación”.
La familia de la víctima rebate a la defensa
La abogada Ana García Boto, que ejercita la acusación particular, ha recalcado desde un principio que el recurso está mal formalizado.
“No cita bien ninguno de los preceptos. He tenido que interpretar y adivinar lo que dice porque los supuestos que pone en el recurso no encajan e incluso al hablar del allanamiento de morada cita un artículo que no existe”, ha dicho.
La letrada ha descartado que el condenado sufriera una vulneración de derechos, ha resaltado la contundencia de las pruebas que condujeron a la sentencia condenatoria y ha dejado claro que la víctima fueron tanto María Teresa Aladro como su hijo Adrián.
Rechazan la indefensión del condenado
Las otras dos acusaciones, que ejercitan la Abogacía del Estado y Abogadas por la Igualdad, se han pronunciado en sentido similar. También han coincidido con la Fiscalía y la acusación particular en que el recurso de apelación no ha sido aplicado correctamente.
“Se exige un rigor del que adolece el recurso e incluso por estas deficiencias podría convertirse en causa de desestimación”, han señalado.
Las letradas de ambas acusaciones han valorado muy positivamente la actuación del jurado que, según han indicado, “han fundamentado el veredicto minuciosamente”.
Un largo procedimiento
Un veredicto que llegaba el pasado mes de junio y que seguía el criterio de las acusaciones que imputaban al acusado, entre otros, los delitos de asesinato y allanamiento de morada.
María Teresa Aladro, de 48 años, se convirtió en la primera víctima de violencia machista en 2021. La investigación judicial corrió a cargo de la magistrada-juez Emma Fernández Lemus, titular del Juzgado de Instrucción de Laviana.
En un auto, al que tuvo acceso elDiario.es Asturias, la magistrada-juez decretaba la apertura del juicio oral con un tribunal del jurado ante la existencia de “indicios fundados” de la responsabilidad penal del entonces investigado en los delitos de asesinato, allanamiento de morada, violencia física y psíquica habitual en el ámbito familiar, dos delitos de maltrato de obra sin causar lesión y sendos delitos de acoso y tenencia ilícita de armas.
La Fiscalía, la Abogacía del Estado y Abogadas por la Igualdad solicitaron en sus escritos provisionales las penas de 27 años de cárcel, la acusación particular elevó su petición a 37 años de prisión y la defensa rebajó su solicitud a un año de prisión.
Tras la celebración del juicio con jurado, la Audiencia Provincial de Asturias hacía pública la condena el pasado mes de junio: imponía una pena de 31 años y cuatro meses de cárcel a Senén Fernández por el asesinato de su esposa.
La sentencia reflejaba que María Teresa Aladro había sido asesinada de dos disparos de escopeta y como móvil del crimen apuntaba que el acusado no aceptaba la firme decisión de su mujer de romper con él, ni que no quisiera reanudar la convivencia tras 22 años de matrimonio.
El recurso de apelación de la defensa ha quedado esta mañana visto para sentencia en el TSJA. Mientras llega la resolución, la familia de la víctima pide que todo quede como está actualmente y que el asesino “cumpla la pena íntegra”.