Fuensanta y Benassal: solidaridad frente a la sequía entre dos de las aguas minero-medicinales que quedan en España

Leticia Quintanal

Nava (Asturias) —

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La historia de solidaridad entre dos de las treinta únicas aguas minero-medicinales que quedan en España comenzó a escribirse el pasado mes de marzo, cuando una delegación de Fuensanta, capitaneada por su presidente, José Luis Fernández Martín-Caro, se desplazó hasta la comarca del Alt Maestrat, en Castellón.

La crisis hídrica que vive la Comunitat Valenciana, al igual que en la práctica totalidad del país, salvo en la cornisa Cantábrica, y que se acentúa durante la época estival, hacía estragos en el manantial del que desde hace casi un siglo bebe Agua de Benassal y necesitaban ayuda para poder seguir respondiendo a la demanda de producción, cuya evolución se había estabilizado a lo largo de los últimos años.

Ambas empresas, Fuensanta y Benassal trabajan con agua de muy alta calidad, por ello para las dos entidades tenían claro que no podían firmar un acuerdo con “cualquier manantial”.

“Era más un tema corporativo que de negocio”, reconoce el presidente de Fuensanta, quien explica que decidieron desplazarse a este pequeño municipio castellonense de 1000 habitantes porque las características del agua de los dos manantiales eran “muy parecidas”. Entonces, llegados a ese punto, hacía falta comprobar que la relación personal, la forma de trabajar y los equipos de ambas empresas, fluían.

Así fue, por ello, resuelta la burocracia durante los tres meses siguientes, a principios del mes de julio Fuensanta y Benassal formaron una alianza estratégica fundamentada en la similitud de características de sus aguas, en la composición minero-medicinal de las mismas y también en su profunda preocupación por el medioambiente.

A través de este acuerdo Fuensanta ha asumido el embotellado de los formatos PET (plástico) de litro y medio, medio litro y 0,33 litros de Benassal, que sigue embotellando en su fábrica los formatos de vidrio retornable, siendo la única empresa de la Comunitat Valenciana que utiliza este tipo de material. La colaboración entre estas dos empresas no tiene fecha de caducidad, pues dependerá de que se reviertan las condiciones climáticas y el manantial Fuente en Segures (Castelló), del que extrae su agua Benassal, recupere un caudal óptimo que permita a Agua de Benassal volver a asumir el cien por cien de su producción.

En el embotellado que se realiza en Asturias, la etiqueta tienen que especificar por normativa el nombre de la empresa que lo realiza, si bien el color amarillo de la etiqueta es la marca de la casa de Benassal.

Esta colaboración pionera en todo el país no solo busca garantizar un suministro sostenible para Agua de Benassal, que puede de esta forma seguir sirviendo a la hostelería y mantener su clientela, sino también implantar y promocionar prácticas responsables en las compañías, que permitan conservar los recursos de la naturaleza como auténtica fuente de vida.

El compromiso es fabricar en torno a los seis millones de botellas al año. De momento, en los tres meses que lleva funcionando este tándem se han fabricado 766 234 botellas y 667 508 litros de agua minero-medicinal.

La visita que allá por el mes de marzo el equipo de Fuensanta realizó a Benassal, se la han devuelto esta semana los castellonenses quienes pudieron, además de conocer in situ la fábrica en la que lleva meses embotellándose el agua que también lleva su sello, presenciar el proceso de primera mano.

Así, el pasado martes, 15 de octubre, la alcaldesa de Benassal y presidenta de la compañía, al ser esta una empresa pública, Elia García Colom, junto a Elisabeth Tena, de gestión y administración comercial; Rafael Boria, director comercial y Franscisco Borrás, responsable de mantenimiento, conocieron la fábrica de Fuensanta, en el concejo asturiano de Nava, de la mano de su presidente y su directora general, Esther Cueli.

Una empresa pública con etiqueta minero-medicinal desde 1928

Agua de Benassal es una compañía de titularidad pública que pertenece al Ayuntamiento de Benassal. Su agua procede del manantial Font d'En Segures, ubicado en la comarca del Alt Maestrat de Castelló, cuya agua, debido al filtrado por los diversos estratos de material, da lugar a una singular composición que le merece la etiqueta de agua minero-medicinal, convirtiendo al municipio de Benassal en destino de visitantes que buscan allí cura para diversas dolencias y enfermedades.

Sin embargo, para conocer el origen de la historia del agua de Benassal hay que remontarse al siglo XVIII y a lo que la leyenda cuenta sobre “los riñones del Duque”, que no era otro que el Duque de Vêndome cuyas dolencias renales fueron aliviadas, parece ser, tras beber agua del manantial. Fue él quien al ver sanada su enfermedad mandó abrir un camino hacia el acuífero para que todas las personas pudiesen disfrutar de las bondades del agua de Benassal, tal y como nos explica Elizabeth Tena, gestora de la empresa.

Ya en la primera mitad del siglo XX numerosos médicos de reconocido prestigio comenzaron a recomendar a sus pacientes el consumo del agua de Benassal, principalmente, para dolencias renales y problemas de hipertensión arterial, destacando entre todos ellos el doctor Puigvert, conocido como el padre de la urología moderna y responsable de dar a conocer el agua de Benassal en todo el mundo.

A día de hoy, la red de Benassal alcanza a toda la Comunitat Valenciana, Catalunya, Illes Balears y otras zonas de España. Precisamente un espacio, el de Catalunya y Levante, en el que Fuensanta no tiene una expansión desarrollada, lo que ha facilitado el acuerdo, según ha reconocido el presidente de la compañía.

Fuensanta: “refresco y medicina para gentes de toda condición”

También por prescripción médica se hicieron famosas las aguas de Fuensanta, en este caso, del médico y cirujano asturiano José Ignacio López, quien, animado por los excelentes resultados conseguidos por sus pacientes al prescribirles las aguas de Fuensanta, comenzó los trámites para la construcción de un balneario que se beneficiase de las propiedades de estas aguas. Era el año 1836.

Diez años después, en 1846, las aguas de Fuente Santa son declaradas por Real Orden, al igual que las de Benassal, “agua minero-medicinal de Utilidad Pública”. El balneario adquiere tal envergadura que es provisto de una bañera de mármol macizo para inivitar a la entonces reina Isabel II, conocido su gusto por la balneroterapia, a visitarlo.

El balneario funciona durante noventa temporadas de la mano de diferentes médicos, el primer de ellos, el doctor José Luis López, cuyos escritos fueron conservados como fuente bibliográfica de primera para conocer la historia del manantial.

El éxito de las aguas de Fuensanta era tal que en 1913 comienza a embotellarse su agua, proceso interrumpido por la guerra civil, que supone el abandono del balneario que pasa a ser un hospital de campaña. En 1968 es adquirido por una sociedad que lo transforma en planta embotelladora, y desde entonces el agua de Fuensanta es envasada para su uso en alimentación y hostelería.

En el año 2014, la empresa GLOBA SMM 2009, de capital asturiano, adquiere Fuensanta estableciéndose los objetivos que a día de hoy rigen el día a día de la empresa y que, compartidos con Benassal, suponen el trabajo sin perder nunca de vista la salud, la calidad y la defensa del medioambiente.

El acuerdo entre Agua de Benassal y Fuensanta es un claro ejemplo de que el buen hacer de una compañía no siempre se mueve únicamente por el beneficio económico, sino por la solidaridad, la sostenibilidad y el corporativisimo.

El caso de estas dos organizaciones, que han conseguido con su acuerdo dar una lección al mundo empresarial de todo el país, han conseguido además una unión con la que comparten valores, estándares de calidad e, incluso, hasta composición química de su agua.