Un informe de Greenpeace, que analiza los riesgos de todas las comunidades autónomas con litoral, advierte de que la costa asturiana se enfrenta a un retroceso medio de hasta tres metros y un aumento de la erosión del 20 por ciento de aquí al año 2040.
El estudio, que valora que el litoral asturiano es uno de los “menos artificializados”, apunta que la subida del nivel del mar, el aumento de la temperatura marina, la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y la turistificación masiva como las principales causas de peligro.
La subida del nivel del mar impactaría “en la práctica totalidad de los 472 kilómetros de costa asturiana”, pero lo haría especialmente en Llanes, Barro, San Antolín de Bedón, desembocadura del río Sella, Omedina, Lastres, ría de Villaviciosa, Gijón, Cabo de Peñas, ría de Avilés, desembocadura del Nalón, Cudillero, desembocadura del Esva, Barayo, ría de Navia, Peñarronda y la ría de Ribadeo.
De continuar la actual tendencia, Asturias perdería de aquí a final de siglo casi el 1,2% del total de su superficie por inundación costera permanente.
La opinión de los expertos
El litoral asturiano, junto con Galicia y Canarias, es donde se espera un mayor retroceso de la costa, de hasta tres metros en 2040 y un aumento de la erosión del 20 por ciento.
El informe apunta que las marismas asturianas juegan un papel fundamental para amortiguar la subida del nivel del mar y proteger la costa, pero si se produce una subida del nivel del mar rápida los expertos no descartan que estos sistemas migren hacia el interior cuando no haya barreras o desaparezcan si las hay.
Según los especialistas, el estuario del Esva, que conserva sus características naturales, podría adaptarse mientras que la ría de Avilés no podría hacerlo, ya que más del 80 por ciento de su perímetro está urbanizado.
Greenpeace también advierte de que “sin una presión urbanizadora tan acuciante como en otros tramos del litoral” español, “salvo en zonas concretas como Luanco-Gijón y Ribadesella”, la contaminación presenta “un grave problema”.
En su informe apunta que los vertidos industriales de la papelera de Navia, los vertidos a la ría de Villaviciosa en un área protegida y los constantes vertidos de aguas fecales, especialmente en el tramo oriental de su costa, son los puntos más negativos.
Pérdida de playas en toda España
El informe de Greenpeace asegura que España empezará a perder playas en los próximos diez años por la combinación de las malas prácticas que han “deformado la costa a nuestro antojo” y los efectos del cambio climático.
Según este estudio, “no hay región costera española que no esté expuesta” a los excesos de urbanización e infraestructuras, despilfarro de recursos naturales, construcción de barreras artificiales -desde diques a paseos marítimos-, contaminación y desvío de cauces fluviales, a lo que se suma la turistificación de ciudades como Barcelona, Palma o Valencia.
Respecto a los efectos del cambio climático, cita “la subida del nivel del mar según las previsiones de la NASA”, con impactos “muy graves” de aquí a 2030 en la costa de Barcelona, Vigo, La Coruña, Almería, Málaga, Huelva, Cádiz, Santander, Bilbao, Las Palmas, Tenerife, Gijón y Villagarcía (Pontevedra), destacando como casos especialmente llamativos los de Vigo, Cádiz, Bilbao o Las Palmas donde “el mar se habrá comido más de 40 metros de costa” o Barcelona que perderá “hasta 70”.
También incluye como riesgos el aumento en frecuencia e intensidad de los sucesos meteorológicos extremos, el de temperatura de mares y océanos y la pérdida de oxígeno disuelto en el agua, con lugares especialmente vulnerables como el Golfo de Vizcaya o las islas Baleares o las más de 15.000 viviendas situadas en zonas inundables en ciudades como Murcia, Palma, Gerona o Cartagena.
La masificación turística
Este informe revela que en Andalucía hay planes urbanizadores como los del ayuntamiento de Tarifa (Cádiz) o los hoteles de la playa de El Algarrobico y Bahía de los Genoveses (ambos en Almería) y alerta de que el tramo de costa del Golfo de Cádiz será uno de los más afectados según la NASA.
Denuncia la turistificación en Baleares, donde al elevado precio de la vivienda, que se ha disparado hasta un 158 % en Palma de Mallorca, se suman los efectos de las olas de calor marinas con niveles “alarmantemente” bajos de oxígeno.
En este trabajo, Greenpeace también hace referencia a la contaminación que se registra en Canarias y afirma que este tema “una de las grandes asignaturas pendientes” con un 72 % de puntos de vertido no autorizados, gran presión turística y pérdida de superficie de playas que oscilaría entre el 48 % y el 80 % según diversas proyecciones.
También se destaca en el estudio la situación en Cantabria, donde resalta la masificación turística, aumento de temperaturas, contaminación y proyectos de complejos turísticos incluso en terrenos con figuras de protección aparecen como principales problemas.
Este fenómeno también “afecta severamente” a la costa catalana, donde un 15 % de la superficie urbanizada está, además, en zona inundable marítima o fluvial, con tramos de costa “en muy mal estado” debido a las barreras artificiales y la erosión.
La contaminación
El 64,8 % de las playas del litoral valenciano también han perdido extensión en el último decenio, según Greenpeace, y el exceso de urbanización y barreras artificiales junto al aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos agrava la situación.
El informe destaca que en Galicia la contaminación producida por empresas celulosas y explotaciones mineras pueden afectar el marisqueo y la pesca tradicional tanto en la ría de Muros y Noya como en la de Arosa, además del descenso de salinidad del agua marina, lo que amenaza la supervivencia del percebe, la nécora, el centollo y varias especies de almejas.
Por el contrario, Murcia es “una de las zonas mejor conservadas del Mediterráneo” pero al mismo tiempo acoge “uno de los peores ejemplos ambientales”, el deterioro del Mar Menor, y presenta además “extensos tramos de costa” amenazados por la subida del nivel del mar y la erosión.
La organización ecologista también se refiere a la situación en el País Vasco, donde las estimaciones de subida del nivel del mar afectarían a un 70 % de playas en Guipúzcoa y al 45 % en Vizcaya, en un litoral con “puntos negros” como una planta petrolera, varias granjas de acuicultura y un segundo museo Guggenheim dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Las medidas “imprescindibles”
Para revertir la situación, Greenpeace plantea medidas “imprescindibles” que incluyen desde la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero hasta normativas de adaptación y protección de la costa, acabar con la contaminación, limitar los alojamientos turísticos, revisar los deslindes que determinan el dominio público marítimo-terrestre, liberar de construcciones las zonas inundables y recuperar los cauces naturales de ríos y avenidas, entre otras.