Hispania Nostra incorpora a su lista roja a la fábrica de armas de La Vega en Oviedo

Hispania Nostra se define como una asociación para la defensa, salvaguarda y puesta en valor del patrimonio cultural y natural de España y desde el año 2007 elabora una lista roja donde incluye aquellos bienes que considera que están en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. El pasado viernes, incorporó a este listado a la fábrica de armas de La Vega de la capital asturiana por su estado general de abandono y censura que el protocolo suscrito entre el Ministerio de Defensa, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Oviedo no se consultara previamente con los ciudadanos.

Su comité científico ha acogido así la propuesta que hace unos meses realizó la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo Mar Díaz González. Razones no le faltan y se entiende que esté en este listado sólo con ver la descripción que realiza sobre su mal estado de conservación.

El protocolo que firmaron Defensa, Principado y Ayuntamiento de Oviedo no tuvo en cuenta la opinión de los ovetenses, ni de los asturianos. Es un absoluto desprecio a la trascendencia histórica y arqueológica de La Vega

Los motivos para la inclusión en la lista roja

La ausencia de consulta a los ovetenses y, por extensión, a los asturianos es uno de los reproches que se plantea por haberse suscrito el denominado Protocolo de la Vega. El verano pasado, el Ministerio de Defensa, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Oviedo firmaron el acuerdo “sin tener en cuenta la opinión de los ovetenses, ni de los asturianos. Es un absoluto desprecio a la trascendencia histórica y arqueológica de La Vega”, asegura la asociación.

Este acuerdo propone el derribo de gran parte de los edificios de la antigua fábrica para un uso residencial, dando vía libre “a la especulación”, resalta. Advierte de que este protocolo propone soluciones que, ignorando el valor de La Vega como conjunto histórico y patrimonial, desaprovechan las enormes posibilidades de rehabilitación de un recinto que ha venido usándose en los últimos años para actividades lúdicas y culturales.

“La disolución del recinto se programa de manera efectiva desde su cierre en 2012, si bien se inicia diez años antes. Este planteamiento, absolutamente reprobable, constituye una forma evidente de desprecio por la historia, la cultura y, sobre todo, el bien común”, censura la asociación.

“El estado general es de abandono y los desprendimientos de fachada y cubiertas son frecuentes”

En su ficha, la asociación expone que el estado general de la fábrica de La Vega es de abandono “tanto de urbanización como de edificación”. Explica que los desprendimientos de elementos de fachada y cubiertas, sobre todo aleros, marquesinas y canalones, son frecuentes y aunque interiormente, se ve una conservación “aceptable en el edificio principal y en la escuela de artes y oficios”, por el contrario, es de “ruina total” en los garajes de los chalets.

"En todas las plantas bajo rasante existe riesgo de derrumbe y muchas están inundadas

Añade, además, que en todas las plantas bajo rasante existe riesgo de derrumbe y muchas están inundadas. Atribuye gran parte de esta situación a la falta de tratamiento silvícola en todo el recinto. En la actualidad, más del 50 por ciento de las instalaciones son impracticables debido a la vegetación que, en algunos casos, sobrepasa los tres metros de altura y trepa por las edificaciones en el caso de las viviendas de jefes y encargados.

La maleza está dañando las dotaciones y penetrando incluso por los ventanales hasta invadir el interior de los inmuebles, mientras que en las viviendas de la jefatura resalta el deterioro evidente de todos los edificios visibles desde el viario.

La descripción de la fábrica de La Vega

La fábrica se encuentra situada en un enclave privilegiado de la ciudad de Oviedo, en la manzana comprendida entre el bulevar de San Julián de los Prados (A-66a) al norte, la calle Tenderina Alta (N-634) al sur, la calle Adelantado de la Florida (prolongación de la Ronda Sur) al oeste y la calle Ángel Cañedo (con el viaducto de acceso a la iglesia de San Julián de los Prados) al este.

Actualmente ocupa una superficie de 118.730 metros cuadrados y queda dentro de un muro de cerramiento perimetral de fábrica de ladrillo o bloque enfoscado, de cuatro a cinco metros de alto de 1.467 metros de longitud. Este muro se extiende por todo su perímetro y en la calle Tenderina Alta aparece la colonia de viviendas unifamiliares aisladas con jardín, dedicadas a los mandos y cargos de la fábrica. A partir de este punto el muro cambia de tipología y pasa a ser un murete de aproximadamente un metro de altura con un vallado de forja y chapa que cierra las propiedades.

Intramuros se encuentran las instalaciones dedicadas a la actividad fabril con edificios de uso diverso, naves industriales, casetas, central térmica, capilla, almacenes y talleres. Se totaliza ahora 41 edificaciones, de las cuales 33 formaban parte en la actividad productiva de la fábrica (1 edificio principal, 11 edificios de uso diverso, 1 central térmica, 1 escuela de FP y oficios, 1 «probadero» de amas y 2 galerías de tiro, 6 almacenes, 8 talleres, 1 capilla y 1 depósito enterrado) y 8 pabellones que se dedicaron a viviendas de jefes y encargados de la fábrica.

En todo el recinto existe una importante red de túneles de servicio que comunica todas las naves y edificaciones entre si. Esta red servía como pasadizos para las instalaciones de vapor, agua caliente, calefacción, luz y agua. Según informaciones esta red se puede extender fuera del recinto hacia las calles adyacentes.