El Museo de Bellas Artes de Asturias ha incorporado a su colección un plato talaverano tricolor de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, único ejemplar de estas características hallado en la comunidad, y que pasa a engrosar la colección de expresiones artísticas de esa época, conocida como la edad de oro del arte español.
La pieza fue recuperada en los solares de la Casa Carbajal Solís, ubicados en la calle Rúa, durante los trabajos de excavación llevados a cabo entre 2008 y 2009 con motivo del proyecto de ampliación de la pinacoteca asturiana. Estaba en un pozo que utilizaban como basurero dentro de la casa.
La restauradora del Museo Arqueológico, Beatriz García, fue la encargada de recuperar la pieza que se ha depositado en el Museo de Bellas Artes. Por sus peculiaridades morfológicas y cromáticas, los especialistas han catalogado esta cerámica como perteneciente a la denominada serie tricolor, si bien también posee otras características que lo sitúan cerca de otra serie, la denominada mariposas talaverana.
El borde del plato muestra un trenzado geométrico de color azul que recorre todo su perímetro, mientras que en el centro se alza un ave zancuda, la verdadera protagonista de la pieza. Destaca por ser un motivo que hace referencia “a la lucha del alma contra los placeres terrenos” y que, por lo tanto, presenta un valor espiritual o sentido positivo que “aporta prestigio y realza el propio valor del objeto”, tal y como ha subrayado la dirección del Bellas Artes.
Dentro de las distintas hipótesis que ahondan en esta cuestión, el animal representado también podría tratarse de una garza, un ave muy típica en las producciones talaveranas de este momento con su cuello, patas y pico alargados. En este caso, la garza también trasladaría un “valor beneficioso a la pieza al simbolizar la mañana y la generación vital”.