La agente de la Policía Local de la localidad asturiana de Cangas de Onís, de 29 años, que vive un calvario judicial, con tres suspensiones de juicio, tras querellarse contra un compañero de la comisaría, de 59 años, al que acusa de un delito de acoso sexual, sostiene que el equipo de gobierno del ayuntamiento cangués, del Partido Popular, intentó evitar que presentara la denuncia y relativizó su testimonio al considerar que todo se debía a “un malentendido entre las partes”.
La policía asegura que la primera teniente de alcalde, Mari Fe Gómez, que forma parte de la actual dirección regional del PP, donde ocupa la Vicesecretaria de Concejos y Parroquias, restó importancia a los episodios que ella relataba del acoso que estaba sufriendo.
Pese a las numerosas gestiones de elDiario.es Asturias para contactar con Mari Fe Gómez y el alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro, ha sido imposible conocer la versión del equipo de gobierno municipal sobre los hechos denunciados. Desde el PP regional tampoco han querido hablar del asunto.
La sugerencia para evitar la denuncia
La denunciante asegura que en 2020, cuando decidió dar el paso de denunciar a su compañero de patrulla en el turno de noche, el alcalde delegó el caso en Mari Fe Gómez, que en aquel momento era concejala de Igualdad y la responsable de la jefatura de personal.
Según su versión, ambas se entrevistaron y, en un momento dado, la teniente alcalde le dio ejemplos personales y de allegados sobre circunstancias de acoso sexual que les habían sucedido, “restándoles importancia y dejando claro que en su visión el acoso sexual era algo normal con lo que las mujeres tienen que convivir”.
La agente ha relatado que incluso, Mari Fe Gómez, empezó a interesarse por su vida personal, como si ella pudiera estar equivocada y las relaciones personales o íntimas de su vida pudieran haberla confundido sobre qué es y qué no es acoso.
“A ver si iba a resultar que yo no sabía distinguir una relación de afecto del abuso sexual... Todo esto con tono condescendiente y al finalizar la entrevista aseveró que el peso de la denuncia lo iba a llevar yo y mi familia sobre los hombros, pues Cangas de Onís es un pueblo pequeño, es decir, que más me valía dejar el asunto en paz si yo quería vivir en paz”, relata.
Tampoco encontró un respaldo a su denuncia entre los compañeros en una plantilla integrada por once personas. La policía asegura que se sintió muy poco apoyada porque no mostraron empatía alguna hacia ella. Más bien al contrario. Reconoce que se vivió “un clima de tensión y hostilidad” en la comisaría cuando se enteraron de que había denunciado a José Antonio G.S., quien se encuentra de baja laboral y es hermano de una exconcejal del PP de la corporación canguesa.
La falta de empatía de la plantilla
“Lejos de mostrar empatía, muchos compañeros decidieron darme la espalda, sin ni siquiera preguntar por el asunto, ni preguntarse qué podría haber pasado para que una compañera, de tan solo 26 años, se viera obligada a denunciar a un compañero a punto de prejubilarse”, comenta.
La denunciante se reafirma en que el acoso sexual que sufrió no sólo fue “reprochable moralmente,” sino que además resalta el hecho de que provenía, según sus palabras, de un policía local que desempeña una profesión ligada estrechamente a la prevención, persecución del delito y protección de las víctimas.
El ambiente laboral estaba muy enrarecido y la tensión y el desprecio que percibía me llevó a solicitar una baja médica por la que sigo luchando para que sea reconocida como laboral. El problema se originó en el entorno laboral
“El ambiente laboral estaba muy enrarecido y la tensión y el desprecio que percibía -indica- me llevó a solicitar una baja médica por la que a día de hoy sigo luchando para que sea reconocida como laboral porque el problema que me expuso a tal malestar se originó en el entorno laboral, no en mi casa, ni en mis relaciones personales fuera del trabajo”, argumenta.
También reprocha la actitud del alcalde José Manuel González Castro, que lleva en el cargo desde el año 2011 bajo las siglas del PP porque, según afirma, delegó en Mari Fe Gómez “como en una suerte de tarea de asesoramiento, como si de un mero conflicto laboral se tratase, ya que ella ostentaba la jefatura del personal”, incide. Hay que tener en cuenta que el alcalde es el jefe directo de la Policía Local.
La denunciante estima que sufrió un calvario judicial , así como “una victimización secundaria” por el trato recibido de la plantilla, las lagunas asistenciales y la dilación de la justicia al llevar ya tres suspensiones el juicio.
El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, en Oviedo, acordó el pasado 30 de noviembre, declarar su incompetencia al estimar que los hechos a enjuiciar no los había presuntamente cometido el acusado en el ejercicio de sus funciones como policía local y retrotrajo las actuaciones para ser asumido por un juzgado de lo penal.
La queja ante el TSJA
La abogada Laura López Varona, que representa a la agente, formuló una queja ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), el pasado 4 de diciembre, por la inhibición de la Audiencia en favor del juzgado de lo penal al considerar que los hechos a enjuiciar fueron cometidos por el acusado, José Antonio G.S., dentro de su horario laboral, uniformado, cuando compartía turno de noche con la denunciante, en dependencias policiales, con vehículo oficial y en los lugares donde patrullaban.
La agente también describe los problemas que sufrió en la asistencia sanitaria nada más denunciar los hechos. Así, mantiene que en la mutua a la que está adscrita el ayuntamiento cangués el médico llegó a decirle que no podía concederle la baja laboral porque no sabía si el acoso se pudo haber producido.
Los policías siempre hacen alardes de su compañerismo. En mi caso, ni una pregunta como: ¿Qué tal estas? ¿Qué ha pasado? Esos mismos que se desviven si un joven hurta en un supermercado, quitan el saludo a la compañera que denuncia acoso sexual
También se muestra preocupada por el hecho de que el caso que denuncia se produjo en el ámbito policial y se queja de la falta de compañerismo de los policías de la comisaría local.
“Los policías siempre hacen alardes de su compañerismo, ¡por sus compañeros darían la vida! en mi caso, ni una pregunta como ¿Qué tal estas? ¿pero qué ha pasado? Parece tabú. Porque hay compañeros y compañeros y delitos y delitos. Esos mismos que se desviven si un joven hurta en un supermercado, le quitan el saludo a la compañera que denuncia acoso sexual. Y yo, como policía, ¿Cómo puedo animar a las victimas a que denunciar es lo correcto y que la justicia está de su parte?”, ironiza.
Expone que muchos policías saben de memoria la ley que coloquialmente nombran como la 4/2015, aunque lo que más olvidan, opina, es que la verdadera ley 4/15 es la de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito y dice que muchos sólo se acuerdan de la LO 4/15, protección de la seguridad ciudadana.
Una denuncia de acoso sexual contra un agente de la Policía Local y especialmente en un pueblo pequeño como Cangas de Onís no ha dejado indiferentes a los vecinos. “Por suerte, sigue habiendo muchas personas sensibles y sensatas. Malas miradas y comentarios, desde luego. Pero son reflejo de sus prejuicios, no de mis derechos ni de los derechos de ninguna mujer”, concluye.
Preguntas en la corporación
Aunque en el pueblo se comentase lo sucedido dentro del Ayuntamiento la opacidad sobre el caso ha sido total desde que sucedieron los hechos. En conversación con algunos concejales de la oposición, estos han asegurado a elDiario.es Asturias que se enteraron de la existencia de la denuncia después de que el pasado 30 de noviembre los medios de comunicación se hiciesen eco de la tercera suspensión del juicio, tres años después de que todo sucediera. Y fue entonces también cuando tuvieron conocimiento de que algún concejal popular del ayuntamiento había intentado parar el proceso.
Ante unas declaraciones efectuadas por la policía local frente al juzgado, en las que ya apuntaba la falta de apoyo por parte de la corporación municipal y los consejos de la teniente alcalde para no seguir adelante con la denuncia, y que publicaron momentáneamente algunos medios de comunicación regionales, los grupos políticos de Izquierda Unida y Podemos, sin representación en el Ayuntamiento, registraron una pregunta en la que solicitaban el esclarecimiento de lo sucedido dentro de la administración local en 2020.
Concretamente, en una carta dirigida directamente al alcalde, Izquierda Unida preguntó sobre qué protocolo o protocolos se activan en el consistorio en casos similares al de la agente y si existe o no protocolo ante casos de acoso en el ámbito laboral. A día de hoy esta pregunta sigue sin responder.
Bien es cierto que para responder a los grupos que no forman parte de la corporación no existe un plazo concreto, pero sí para responder a los grupos municipales que tienen presencia en el pleno. El pasado lunes el grupo socialista registró en el Ayuntamiento la petición de una comisión en la que se aclarara la participación de la concejal popular que intentó convencer a la policía local para que no denunciase, una comisión en la que renuncian a cobrar las dietas.
Después de una semana no han obtenido respuesta, pese a que tienen cuatro días para decir algo. Ahora los socialistas, que tienen tres concejales, se plantean hacer esta petición conjuntamente con el concejal de Vox, algo que obligaría al equipo de gobierno a convocar la comisión por el porcentaje de representación de los dos grupos.