¿Quién quema Asturias? La controversia sobre la casuística de los incendios que asolan el Principado

Pilar Campo / David Suárez Fuente

10 de abril de 2023 09:06 h

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Asturias sufre una oleada de incendios desde hace dos semanas que ha arrasado ya más de 22.000 hectáreas, ha obligado a desalojar a centenares de vecinos –más de 400 en la zona occidental– ante el riesgo de que las llamas llegaran a las casas, al cierre de colegios y se han producido cortes intermitentes de carreteras entre ellas la autovía A-8 que conecta la comunidad autónoma con Galicia. Un comité de crisis coordina desde la sede del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) las labores de extinción, para las que se ha solicitado el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF).

En este puente festivo de Semana Santa, el Principado llegó a activar el nivel 2 de alerta del Plan de Protección de Incendios del Principado (INFOPA) al declararse una treintena de incendios, ocho de ellos activos y 25 en revisión. El incendio de mayores dimensiones se registró en Las Regueras, cerca de Oviedo, que llegó a amenazar a los vecinos de cuatro casas.

¿Qué o quién está detrás de los incendios? ¿Son ganaderos?, ¿Incendiarios que sólo quieren causar un daño ecológico? ¿Pirómanos afectados por su enfermedad mental? ¿Influye la despoblación rural? ¿El cambio climático? ¿La falta de limpieza de los montes? ¿Hay otros intereses en juego como, por ejemplo, la instalación de parques eólicos? Eldiario.es Asturias ha recogido las opiniones sobre la posible casuística de esta oleada de incendios del catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo, Daniel García; del ingeniero técnico forestal Gabino Parrondo; del portavoz de la asociación ‘Asturias ganadera', Xuan Valladares, y de la secretaria general del sindicato agrario COAG, Mercedes Cruzado.

Daniel García: “El factor humano es la causa del 99% de los incendios”

El catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo, Daniel García, calcula que el factor humano es la causa de los incendios en el 99% de los casos. Un dato que está avalado por la ‘Estrategia Integral de Prevención y Lucha Contra los Incendios Forestales de Asturias’, un documento que refleja el resultado de la investigación desarrollada por el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (INDUROT) de la Universidad de Oviedo en materia de gestión de emergencias relacionadas con los incendios forestales, en colaboración con el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA).

Menos del 1% de los incendios de Asturias, entre 2009 y 2018, se debieron a causas naturales. Hay un 83% de causas humanas reconocibles, de las que el 61% son intencionadas y un 22% de accidentes/negligencias. El resto hasta sumar 100 es cerca de un 15% donde no se ha identificado, pero lo más probable es que también sea por causa humana. Las épocas en las que se producen las grandes oleadas de incendios suelen ser a finales de otoño e invierno, cuando las temperaturas no son en absoluto extremas.

Daniel García descarta que el cambio climático, que acarrea calentamiento, sea la causa directa de los incendios: “La vegetación no prende sola porque aumente la temperatura”, señala. Explica que los incendios se desarrollan a lo largo de tres fases: la primera es la ignición, es decir, se tiene que prender una llama, y a esta le siguen las fases de combustión y propagación. “Tiene que haber material vegetal para que esa llama empiece a quemar biomasa y luego hay una fase de expansión”, expone.

Para el catedrático de Ecología, el aumento de la temperatura en Asturias no ha provocado más incendios, porque de hecho su número ha disminuido en los últimos años y la temperatura ha aumentado.

El fuego como fenómeno natural se puede producir bien por tormentas eléctricas o por volcanes y ninguna de estas dos causas tiene relevancia en Asturias. A su juicio, sólo queda una explicación: “Es la especie humana la que provoca los incendios”–

Dentro de la casuística de si los incendios son accidentales o deliberados, el catedrático se remite a los datos que reflejan los informes de la Fiscalía de Medio Ambiente del Principado que se asocian al uso tradicional de la limpieza del monte y de la expansión de pastos para el ganado.

“La lógica y el sentido común nos dicen que si, en un momento dado, hay cinco igniciones en un mismo punto tiene que ser una persona que ha ido recorriendo una pista forestal y va prendiendo cada 200 ó 300 metros”, comenta.

Las penas por delitos de incendios forestales y la recuperación del daño ecológico

Como ciudadano opina que las penas por delitos de incendios forestales pueden ser bajas, pero como ecólogo entiende que probablemente son equivalentes a otro tipo de penas por delitos ambientales tipo contaminación o extracción ilegal de agua en pozos en zonas como el entorno de Doñana.

Los ecosistemas asturianos, como bosques y matorrales, tienen una capacidad de regeneración muy importante y son resilientes desde el punto de vista ecológico

Daniel García cree que Asturias se podrá recuperar del daño ecológico provocado por esta oleada de incendios, primero, no quemando más –ya que, de los más de cien incendios de Asturias, muchos eran en zonas quemadas recurrentemente–, y segundo, dejando que la naturaleza haga su trabajo.

“Si tenemos alguna ventaja es que, en ausencia de incendios, los ecosistemas asturianos, como bosques y matorrales, tienen una capacidad de regeneración muy importante y son resilientes desde el punto de vista ecológico”, destaca. Otra ventaja es que Asturias no tiene un problema de sequía estival como los ambientes mediterráneos y, según Daniel García, eso favorece mucho el crecimiento y la recuperación rápida de la vegetación leñosa.

El catedrático de Ecología considera que en algunos casos se podría plantear hacer una restauración ecológica, es decir, una intervención donde se favorece la recuperación del ecosistema bien porque se quiere que vaya más rápido o porque hay una situación de degradación.

Pérdidas de más de cien millones en la masa forestal de pino quemada en Valdés

Los vecinos de Valdés vieron “con auténtico horror” cómo los incendios declarados estas dos últimas semanas arrasaron alrededor de 16.000 de las 35.000 hectáreas que componen el concejo. Aún no se explican las razones e intereses que pueden estar detrás de estas acciones que han ocasionado tanto daño.

El ingeniero técnico forestal Gabino Parrondo asegura que muchos de los montes que han quedado calcinados en el concejo valdesano tenían un plan forestal aprobado y estaban bien gestionados. Pone como ejemplo las localidades de Ranón, el valle de Paredes, Ablanéu o Folgueirón, donde los montes estaban bien cuidados.

“Estos montes quemaron por causas excepcionales y no debido a la falta de gestión”, afirma este ingeniero que es un buen conocedor de la zona.

“Calculo que hay en torno a 10.000 hectáreas arboladas de pino quemadas. Si se tiene en cuenta que se valora sobre 10.000 euros la hectárea, estaríamos hablando de pérdidas cercanas a los cien millones de euros. Estas son cantidades importantes en el municipio”, señala Parrondo.

Para este ingeniero técnico forestal, esta situación que vive el concejo debido a esta oleada de incendios “ha sido un mazazo grande”. Asegura que ahora hay que confiar en que la administración sea ágil con los permisos y permita entrar a las empresas madereras “cuanto antes” en el monte para facilitar la rentabilidad y la repoblación.

En su opinión, “ahora es el momento para que especies como el pino, que tiene una capacidad de repoblación muy alta, pueda hacerlo por regeneración natural”.

Asturias Ganadera’ reclama que se investiguen los intereses económicos y un castigo penal

El concejal de Agroganadería del Ayuntamiento de Llanes, Xuan Valladares, preside el Foro Asturias Sostenible para el conocimiento y desarrollo del medio rural (FAS) y es portavoz de la asociación ‘Asturias Ganadera’, entidad que reclama que se investiguen los posibles intereses económicos de empresas forestales y madereras, papeleras, de extinción de incendios y eólicas que pueden tener intereses lucrativos en torno al monte.

Valladares niega que los ganaderos estén detrás de los incendios y sostiene que los cambios en la Ley de Montes que permiten pastar al ganado tras un incendio son buenos desde un punto de vista ecológico y de prevención.

El portavoz de ‘Asturias Ganadera’ asegura que la casuística de los incendios es muy variada: desde negligencias por una brasa de una parrilla o una colilla hasta una quema agrícola. También apunta a otras razones como posibles venganzas personales, causar un daño ecológico, alejar de las zonas habitadas a la fauna salvaje o incluso quemar el monte para que baje el precio de la madera más de lo que desciende su valor en el mercado.

Su asociación culpa a las políticas socialistas de haber coadyuvado a la desaparición del ganado menor –ovejas, cabras– por su falta de apoyo institucional a su producción y venta, así como a la falta de control sobre los depredadores. También les atribuye el haber restado poder a las comunidades vecinales en la gestión del monte sin ofrecer alternativas eficaces en el control del matorral.

“Los ganaderos no están detrás de los incendios porque son los más afectados al vivir en el medio rural y tener propiedades como ganado, instalaciones y maquinaria que están expuestas a ser pasto de las llamas”, explica Valladares.

La asociación aboga por la puesta en marcha de estrategias de limpieza de montes basadas en desbroces y quemas controladas eficientes y suficientes para generar pastos que alimenten al ganado y sirvan de cortafuegos. También plantea la necesidad de devolver a los vecinos su capacidad de gestión, así como repoblaciones en áreas de vocación forestal a base de especies caducifolias –hoja caduca– y autóctonas, muy poco propensas en general a propagar el fuego.

Además, se muestra partidario de fomentar que los jóvenes, especialmente los que se dediquen a sectores productivos agrarios, se queden en los pueblos y se les dote con recursos como la propia gestión de sus montes en régimen vecinal en mano común, fomentando las cooperativas, o venta directa.

Mercedes Cruzado: “Llevábamos mucho tiempo advirtiendo de que esto podría pasar”

Mercedes Cruzado, secretaria general del sindicato agrario COAG– Asturias asegura que su organización llevaba mucho tiempo advirtiendo de que la imposición de numerosas prohibiciones y leyes que no tenían en cuenta la singularidad del territorio estaban acabando con el medio de vida de los agricultores y ganaderos. Dos sectores que eran los que tradicionalmente cuidaban y limpiaban el monte.

“Los ganaderos no son los incendiarios que han causado esta situación porque son los más afectados. Cuando hay un incendio pierden alambradas, rollos de silo, animales, a veces hasta cuadras y casas y arriesgan su maquinaria cuando se vuelcan con los vecinos para defenderlos de las llamas. En varios pueblos, como en Navelgas y Naraval, en el concejo asturiano de Tineo, salieron con sus tractores y con cubas para salvar a sus vecinos, muchos de ellos gente mayor”, describe.

La inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y la proliferación de ejemplares cerca de los pueblos está llevando a los ganaderos a abandonar paulatinamente la zona rural. Mercedes Cruzado asegura que este es uno de los motivos de la falta de cuidados de los montes. Afirma que “esas franjas que había antes en los montes sin maleza, de prados verdes con pasto, donde comían las vacas, las cabras, los caballos, las ovejas y la planta que no comía una especie la comía la otra, hacían que el matorral estuviera muy bajo”.

¿Hay todavía alguien que pueda creer de verdad que un ganadero con una cabeza normal va a prender fuego a todo lo que tiene?

Mercedes Cruzado es pesimista porque considera que poco a poco les va matando su medio de vida y se sienten impotentes porque ahora el paisaje se reduce a matorral. Está convencida de que en el caso de que se produzca una tormenta de truenos y caiga un rayo, el incendio se propaga con rapidez, dada la altura de la maleza y de los árboles.

“¿Hay todavía alguien que pueda creer de verdad que un ganadero con una cabeza normal va a prender fuego a todo lo que tiene, desde los cierres a los rollos de silo, si luego todo eso se quema, se mueren los animales y está en riesgo su vivienda por regenerar pastos?”, inquiere.

La secretaria general de COAG se muestra especialmente molesta por los ataques que considera injustificados hacia el colectivo. Reconoce que ella es la primera que opina que si hay un ganadero que está tan loco para prender fuego que lo persigan, lo castiguen y le impongan una condena ejemplarizante.

Mercedes Cruzado reconoce que el cabreo entre los ganaderos es muy grande por verse señalados directamente por una parte de la sociedad como causantes de los incendios. “Está claro que no hay presunción de inocencia. Que esperen a coger a los culpables”, concluye.