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Rodrigo Cuevas pide a los políticos que dejen de “crispar y aburrir” y liberen el espacio para la gente

Leticia Quintanal

Gijón —
16 de mayo de 2024 16:03 h

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Célebre. En asturiano las célebres son las personas carismáticas, con gracia, que tienen el poder de juntar a gente a su alrededor para celebrar y revivir espacios de liberación en la comunidad. Ésta es una de las frases que se pueden leer serigrafiada en las paredes que arropan la exposición sobre Rodrigo Cuevas que se puede visitar en Laboral Centro de Arte, en Gijón. Célebre es, según esta descripción, Rodrigo Cuevas.

Es difícil encontrar palabras para hablar de alguien del que ya se ha dicho todo o casi todo. La mayoría bueno, pero no siempre, es lo que pasa con las personas que, como él, nunca rehúyen un envite.

La de hoy era una mañana muy ajetreada. Muchos periodistas, muchas entrevistas, porque mañana inauguran. Pero te recibe la misma sonrisa y mirada con picardía de quien ha nacido para esto.

¿Quién es Rodrigo Cuevas?, “es un señor que anda por ahí comportándose como si tuviese 25, teniendo casi 40. Un artista a punto de sacar su tercer manual, el manual de decadencia, para tomar nota sobre cómo afrontar la caída”-sonora carjada, también de quienes le acompañan-.

Le acompañan Llorián García y Ricardo Villoria, comisarios de la exposición, y lo que iba a ser una entrevista se convierte en una charla a tres sobre la exposición, sobre las raíces de la tradición, sobre la cultura y la llingua asturianas y sobre la vida que nos ha tocado vivir.

Oficialidad o que digan que no porque les estorba. No hay otra

“Cuando se podía facer no se fizo, y ahora que no se puede...”, son las primeras palabras que salen de su boca al mencionar la oficialidad del asturiano. No existen medias tintas, asegura, “o se hace o no se hace”. Es decir,“ oficialidad, o te estorba y quieres que desaparezca”. Rodrigo Cuevas asegura que en una sociedad cada vez más institucionalizada, cada vez más normativa desde el punto de vista educativo, o se incluye el asturiano dentro de esa normativa o desaparecerá.

Lo que no puede ser, critica, es que esté bien que la industria genere puestos de trabajo, “pero si los genera el asturiano entonces hablamos de chiringuitos”. Asegura que todo lo que se fabrica hoy en día deriva de procesos de investigación que están subvencionados.

Reivindica la ocupación de todos los espacios “porque somos los protagonistas”, y pide a los políticos que dejen de aburrirnos y crisparnos porque “la vida es una cosa maravillosa”.

'La gracia de la agitación folclórica'

La que mañana viernes se inaugura es una exposición que, como la propia obra de Rodrigo Cuevas, tiene muchas capas. Así lo explica Ricardo Villoria, para quien la muestra no pretende “canonizar al artista” sino utilizarlo de prisma a través del que mirar para, poco a poco, añadir otras miradas que vayan enriqueciendo el trabajo. Ver a Rodrigo Cuevas en toda su dimensión, desde su faceta artística hasta la más personal, que contribuye con su día a día a revitalizar los tejidos vecinales.

Para ello la muestra cuenta con diversidad de elementos, como los que tienen que ver con la propia imagen de Rodrigo y su capacidad para comunicarse a través de la comunicación de masas. Otros elementos que tienen que ver con su modo de vida rural, con las fuentes de las que se nutre para generar todo el entramado que construye. Y por último, elementos experimentales más propios del arte contemporáneo, que también se utilizan.

Pero 'La gracia de la agitación folclórica' cuenta aún más. Cuenta historias con las que se recuperan métodos de la tradición oral, para introducirlos en dentro de un contexto contemporáneo. Capas y capas que se superponen, explica Villoria, para conjugar distintos tipos de audiencias. Porque eso sí, lo que han preparado es una conjunción de elementos que, procedentes del universo creativo de Rodrigo Cuevas, conforman una expo abierta y participativa dirigida a todos los públicos, en la que se invita a la gente a apropiarse del universo de Cuevas y hacerlo suyo.

Ricardo Villoria y Llorián García llevan muchos años trabajando con Rodrigo Cuevas, forman parte de “su equipo” y aunque a regañadientes, confiesa entre risas el artista, siempre se les ha permitido trabajar con “total libertad”. Ambos se felicitan de la revolución de los saberes populares que arrancó en muchos lugares, tras la crisis financiera de 2008, cuando “hubo un cambio de paradigma en el que lo local comenzó a cobrar la importancia que no había tenido hasta ese momento”, señala Villoria.

La gente está empezando a darse cuenta del valor añadido que entraña la cultura propia real. Una forma de ser auténtica y especial que queremos vivir y conservar

Una corriente que nos devuelve a nuestras raíces, que se extiende por otras comunidades y que aquí en Asturias tiene como precursor y referente a Rodrigo Cuevas, cuenta Llorián. Precisamente Cuevas reconoce que hasta hace poco, en Asturias, “desde la institución, alguna gente, veía lo propio con un poco de vergüenza, salvo lo folclorizado, que sí se defendía con orgullo”.

Sin embargo, “la gente ha empezado a darse cuenta del valor añadido que entraña la cultura propia real, la de verdad, dice, una forma de ser muy auténtica y especial que queremos vivir y conservar”.

La exposición sobre Rodrigo Cuevas permanecerá abierta hasta marzo del próximo año.