Xabel Vegas, músico y diputado asturiano: “Nos enfrentamos a un monstruo ideológico que hace 20 años no existía”
No hace ni un mes que Xabel Vegas tomó posesión de su escaño en el parlamento asturiano, pero su compromiso político viene de mucho tiempo atrás. Es desde el 26 de junio diputado por Convocatoria por Asturies en la Junta General del Principado, en representación de Más País.
Aunque para muchos sigue siendo el batería de Manta Ray, uno de los grupos indies más emblemático del Xixón Sound, que –y aquí hay noticia para los fans nostálgicos– volverá a unirse a finales de este año para ofrecer un concierto en Gijón.
En esta charla con elDiario.es Asturias Vegas no sólo habla de política, reflexiona desde el optimismo sobre el futuro de la sociedad actual y pone banda sonora al momento que vivimos.
¿Qué canción elegiría para representar la actual situación política?
¡Qué difícil me lo pones! Tendría que darle alguna vuelta a esto, pero vamos, sería una canción bastante oscura. Una canción de Nick Cave o algo así. Un poco oscuro porque creo que estamos viviendo un momento difícil, política y sociológicamente, por esta ola conservadora que se nos vino en las últimas elecciones, y que espero que en estas próximas no aumente. Pero pinta mal, así que sí, una canción oscura, de algún grupo gótico, pero tendría que pensarlo un poco más.
Bueno, tenemos tiempo, cuando acabemos esta charla vuelvo a preguntarle. ¿Pinta mal por lo que dicen las encuestas o cree que aún se les puede dar la vuelta?
Yo creo que la última semana de campaña siempre es muy importante. En todos los procesos electorales se ha demostrado que una gran parte del voto se fija los últimos dos o tres días. Hay una parte del voto más indeciso que duda muchas veces si quedarse en casa o ir a votar. Así que bueno, no pierdo el optimismo, porque además es mi obligación, seguir siendo optimista y pensar que se puede mantener un gobierno progresista en el Estado, porque además sería fundamental, para Asturias también.
¿Qué es más fácil hacer mítines electorales o giras de conciertos?
(ríe) Es una buena pregunta. Hombre, yo creo que es más fácil hacer giras de conciertos porque es una cosa para la que uno se prepara mucho más. ¿No? Cuando haces un mitin electoral te pueden pillar un poco sin haberte preparado mucho. De todas maneras, aunque alguno he tenido que dar, no ha sido una de mis grandes tareas en la campaña. Además imagino que haber subido a un escenario te da ciertas tablas para evitar los nervios, aun así están presentes continuamente.
Desde que viví en Madrid el periodo de Manuela Carmena en el Ayuntamiento, descubrí que desde las instituciones se puede transformar también la vida de las personas. Me parecía que era importante dar ese paso y poner mi granito de arena
¿Qué te hace dar el paso a la primera línea?
Yo siempre he sido una persona comprometida. Siempre he sido un activista, desde adolescente y siempre he estado en un ámbito de la política no institucional activamente, con movimientos sociales, etc. Desde hace unos años, sobre todo desde que viví en Madrid el periodo de Manuela Carmena en el Ayuntamiento, descubrí que desde las instituciones se puede transformar también la vida de las personas. Me parecía que era importante dar ese paso y poner mi granito de arena para transformar en la medida de lo posible, sobre todo con fuerzas políticas como Más País y también Convocatoria por Asturies, que quieren poner a las personas en el centro y que quieren trabajar por el bienestar, en este caso los asturianos y asturianas.
En algunas de tus publicaciones los últimos años hablas del auge de la ultraderecha, ¿por qué crees que su mensaje arrastra a la gente joven?
Ha habido un cambio, una especie de giro copernicano en la sociedad. Yo recuerdo que, cuando yo era adolescente, ser antisistema era ser de izquierdas, y cuanto más de izquierdas, más antisistema. Ahora está ocurriendo un poco lo contrario. Parece que ser antisistema es ser de ultraderecha.
Hay varios elementos, no es fácil dar una respuesta corta. Hay elementos culturales que influyen mucho y uno que me preocupa especialmente es qué hemos podido hacer desde la izquierda para trasladar un mensaje, quizás a veces de excesiva rigidez, desde la corrección política, que aparentemente ha llevado a construir un contra mensaje como el que tiene la extrema derecha y que resulta tan atractivo porque es eso, un mensaje que va a la contra, que parece que ataca a los valores, a lo que se cree que son los valores dominantes, aunque yo creo que igual no lo son.
Yo creo que aún, desgraciadamente, las ideas progresistas no son dominantes en nuestra sociedad. Creo que no hemos sabido gestionar bien algunos fenómenos sociales en los que hemos estado muy involucrados. Quiero decir, ante algunos avances sociales muy, muy importantes hemos tenido posturas excesivamente rígidas, poco dialogantes con otros sectores de la sociedad. No digo que esto sea determinante en el giro, pero está ahí.
¿Cree que las formas de comunicación que existen a día de hoy también influyen? El mensaje corto y simple, las redes sociales, la contaminación de vídeos que van a las emociones. Como filósofo entiendo que es una persona a la que le gusta más el discurso reflexivo y la sociedad reflexiona poco, va demasiado rápido
Comparto que efectivamente vivimos en una sociedad de mensajes cortos y mensajes en los que no hay suficiente calado muchas veces. Aunque no soy tan apocalíptico, soy más integrado, que decía Umberto Eco. Yo creo que nuestra sociedad tiene elementos positivos y elementos negativos. No me gusta esta mirada siempre a que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Veo signos de esperanza, veo una juventud, una parte de la juventud, por lo menos, que no se adhiere a ese tipo de ideas de extrema derecha y en cambio está peleando
Creo que efectivamente hoy nos enfrentamos a un monstruo, a un auténtico monstruo ideológico que desde luego hace 20 años no existía en este país y hace 15 años tampoco. Por otro lado también veo signos de esperanza, veo una juventud, una parte de la juventud, por lo menos, que no se adhiere a ese tipo de ideas de extrema derecha y en cambio está peleando. Lo vimos hace unos días en el Orgullín de Gijón, fue uno d e os más importantes que recuerdo. Los vemos también cada 8 de marzo celebrando el Dia de la Mujer. Y yo quiero pensar que esa juventud que se moviliza en esos días, pues es un poco la esperanza para transformar y para combatir ese mensaje de ultraderecha.
Si la ultraderecha llega al Gobierno de España con el Partido Popular, ¿cuál sería la principal batalla en la que debería centrarse la izquierda?
Hay una batalla fundamental, los derechos de las mujeres, por supuesto, y también los del colectivo LGTBI. Aunque, de todas maneras, estamos hablando mucho de la ultraderecha, pero puede haber un gobierno en solitario del PP. Creo que que muchas veces centramos el objetivo en Vox, pero creo que el gran problema no es la ultraderecha, porque al fin y al cabo es un artefacto que se les ve venir y son menos peligrosos.
Yo creo que lo más peligroso es que el Partido Popular ha comprado buena parte de ese discurso y que hay un giro hacia la derecha radical de una parte muy importante del Partido Popular y se va a notar en los gobiernos, ya se está notando en los gobiernos y desgraciadamente tenemos que combatirlo. Hay muchas líneas rojas que poner pero sobre todo son los derechos de las mujeres donde no podemos retroceder ni un centímetro.
Asturias cuenta ya con un presidente socialista investido por mayoría absoluta con los votos de la izquierda. Convocatoria por Asturies y Podemos han dado el sí a Adrián Barbón y usted decía en redes sociales que era un acto de responsabilidad. Ahora están metidos en plena negociación para integrarse en el gobierno autonómico. ¿Qué puede aportar su formación a este nuevo ejecutivo?
Asturies puede ser un poco la aldea gala de esta de esta legislatura, porque es el sitio donde se van a mantener políticas verdaderamente progresistas y yo creo que ahí Convocatoria por Asturies tiene un papel muy importante que es hacer de dique de contención de las tentaciones, que a veces desgraciadamente tiene una parte del Partido Socialista, de deslizarse hacia posiciones un poco más conservadoras.
Nosotros creemos que hay que hacer una política diferencial que tiene que notarse en el bienestar de los ciudadanos, no podemos pasar otros cuatro años en blanco. Daremos ese impulso progresista a un gobierno que quizás ha sido en ocasiones demasiado amable con el empresariado asturiano y un poco menos con los trabajadores y con los sectores más vulnerables de la sociedad.
¿Qué opina del veto que pone sobre la mesa Diego Canga para alcanzar algún consenso con el PSOE diciendo que sí Convocatoria por Asturias está en el Gobierno no hay nada que hablar?
Me parece un acto de de propaganda y un acto desesperado porque sabe que no tiene nada que hacer. No se ha presentado a la investidura porque los números no le daban, ni siquiera sus socios naturales, con los que está pactando en todos los sitios, le habían prometido el voto, así que ese movimiento lo hizo para salir en los titulares, a la desesperada.
Uno de los pactos del PP con Vox, y con la fuerza mayoritaria que es Foro, se ha dado en una ciudad que conoce bien, Gijón. ¿qué piensa de ese giro político?
Es terrible, por muchos motivos. Uno de ellos porque hay un cierto fraude democrático en lo que ha hecho la actual alcaldesa Carmen Moriyón. No se puede prometer hasta la extenuación que no se va a pactar con la extrema derecha y a la mínima ocasión posible, incluso cuando nosotros, Convocatoria por Asturias, le ofrecimos una salida para no necesitar esos votos, acabar pactando con ellos. Y trae los resultados que estamos viendo, con las declaraciones que estamos escuchando de los ediles de Vox en torno al asturiano y a un montón de asuntos que desgraciadamente vamos a notar, además en unas parcelas tan importantes como los festejos y el ámbito cultural.
Carmen Moriyón, al igual que la nueva presidenta de Extremadura, justifican sus alianzas con Vox diciendo que el interés de los ciudadanos está por encima de su palabra. ¿Qué piensa de esta frase?
Es pura hipocresía. Y aparte, me parece muy bien la comparación con la presidenta extremeña, porque las piruetas argumentales que han tenido que dar las dos se parecen bastante. No es cierto que prime en este caso el interés general, ni mucho menos, porque además Vox es un partido, casi diría que es el único partido, que piensa sólo en el interés de los suyos y de su propio público. Un público muy poco representativo de lo que es la ciudad de Gijón, muy minoritario.
Vox refleja muy poco a la ciudad. Apoyarse en un partido para el Gijón y la sociedad asturiana y española es tan pequeñita que sólo caben ellos y no cabemos los demás, pues es hacerle un flaco favor al interés general
A pesar de que tengan representación en el Ayuntamiento creo que reflejan muy poco a la ciudad. Apoyarse en un partido para el que la ciudad de Gijón y la sociedad asturiana y española es tan pequeñita que sólo caben ellos y no cabemos los demás, pues es hacerle un flaco favor al interés general.
Entre los temas más polémicos que se han producido hasta ahora con Vox en el gobierno municipal está el posible veto a artistas que actúen en asturiano que sugirió Sara Rouco, luego matizó Carmen Moriyón y de nuevo la concejala de la ultraderecha. ¿Cree de verdad posible que exista censura para el asturiano, para la cultura asturiana o para la música asturiana en la ciudad más poblada de la comunidad?
Hombre, quisiera pensar que no, pero tengo que reconocer que tengo muchas dudas al respecto y precisamente ese cruce de declaraciones en los últimos días entre Carmen Moriyón y la concejal demuestra que no hay un programa sólido de gobierno donde se hayan puesto líneas rojas en asuntos como este. Un asunto que es tan importante para la cultura asturiana y para la cultura de la ciudad. Vamos, que al final no sé si Vox va a poder hacer todo lo que dice que va a hacer, espero que no, pero desde luego ya están creando un ruido que es totalmente nocivo para Gijón y sobre todo para todo el mundo del ámbito cultural de la ciudad.
Habla del ruido, un ruido que se ha desatado también, en las últimas semanas, en torno al Tsunami Xixón Festival. Se publica una foto que despierta un instinto de rechazo visceral en las redes...
Sí, sí, yo creo que efectivamente, la respuesta que ha habido con los promotores del Tsunami no ha sido la más sensata en algunos ámbitos. Aunque también creo que ellos quizás se equivocaron yendo a ver al concejal a la sede del partido, porque en el momento en el que vas a una sede dejas de hablar con un concejal, estás hablando con el miembro de un partido político y creo que que lo suyo es que les recibiese en Divertia o en el Ayuntamiento. Pero más allá de eso, lo que no podemos hacer es poner el foco, desde luego, en los promotores si no en un partido que está gobernando, que en este caso es Vox, junto con Foro.
Ante estos ataques a la lengua asturiana y ante la imposibilidad matemática de los números del parlamento esta legislatura para aprobar la oficialidad ¿qué pasos cree que se pueden dar para proteger el asturiano?
Hay que dar pasos serios, profundizar en la en la normalización y en la promoción del asturiano. Efectivamente, en esta legislatura todo indica que no dan los números para una reforma del Estatuto de Autonomía, que es la que debería consagrar la oficialidad de la llingua asturiana. Por cierto, que hay que recordar algo que es muy importante, que el partido con el que la alcaldesa Moriyón pacta en Gijón fue el mismo que llenó Asturias de vallas publicitarias contra su secretario general en la Junta General del Principado, Adrián Pumares, lo cual yo creo que es una auténtica humillación para su para su compañero de partido ¿no?
Yo, en todo caso, sí creo que es importantísimo hacer avances y espero que en la siguiente legislatura tengamos los 27 diputados para la reforma. Hasta entonces hay margen en la Ley de Uso, habrá que darle una vuelta y actualizarla. Hay que trabajar en la estandarización de la llingua. La disposición desde el PSOE es buena.
Vuelvo a la pregunta del inicio, una canción con la que defina el momento político actual.
Me viene a la cabeza, por la letra, una canción de Bob Dylan que igual no es muy conocida, se llama 'Not dark jet', habla sobre envejecer, pero se puede hace un paralelismo con cómo afrontar los tiempos oscuros. Soy muy fan de Bob Dylan.
Aunque definitivamente me quedo con 'The Man Comes Around', de Johnny Cash. Es una de las últimas canciones que escribió antes de morir, la letra deja clara la relación con el contexto actual, aunque puede que sea un poco contradictoria con mi discurso optimista (ríe).
¿Piensa volver a la música o nunca la ha dejado?
He dejado la música de forma profesional, porque además, obviamente, sería incompatible con con lo que estoy haciendo ahora. Pero la música es como andar en bicicleta, nunca lo dejas. Tenemos además un pequeño proyecto ya para finales de este año con 'Manta Ray'. Planeamos dar un concierto, seguramente en Gijón. Es por darnos un poco el homenaje, somos cuatro personas que compartimos muchos años juntos de carretera y de hoteles y de escenarios. Obviamente hace tiempo que nos nos vemos pero bueno, nos apetece juntarnos en un escenario. Más allá de esto puntual, quién sabe, quizás cuando acabe mi periodo como diputado me planteo volver a la música.
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