Pregunta. ¿Hablamos de Cataluña?
Respuesta. No es lo que más me apetece. El asunto de Cataluña ya no se discute con la cabeza, sino con las tripas. Además las posiciones al respecto se venden en packs ideológicos precintados, cuyos componentes no se pueden intercambiar.
P. Eso es muy propio de España.
R. No, eso muy propio de la pereza mental. Es mucho más fácil y tranquilizador no estar de acuerdo con alguien porque tiene ideas del PP o porque está cercano a UPyD o porque es independentista que esforzarse en demostrar por qué está equivocado o por qué sus argumentos son inconsistentes.
P. ¿Qué le parece eso que ha dicho Albert Pla de que le da asco ser español?
R. Pues qué quiere que le diga... me parece normal. Yo en casa mientras veo el telediario lo digo mucho. Hay tantas cosas de esta España que me dan asco... Cuando habla Floriano o Cospedal, o cuando habla ese otro chaval del PP, cómo se llama... Hernando, Rafael Hernando... Me da asco ser español cuando se aprueba la ley Wert o cuando se recorta en sanidad, en becas, en investigación, cuando se maniobra para salvar a los poderosos de la Justicia, cuando se recorta el derecho al aborto, cuando Botín o Alierta contratan a Rodrigo Rato, cuando bajan las pensiones, cuando se miente con desvergüenza, cuando no se da dinero para inhumar al padre enterrado en una cuneta, cuando no dimite nadie... Hay que ser muy poco patriota para que en circunstancias como estas no te dé asco ser español.
P. ¿Usted cree que España maltrata a Cataluña?
R. Paso de hablar con prosopopeyas. España. Cataluña. ¿Eso qué es? ¿España tiene piernas? ¿Cataluña tiene aparato digestivo? Los catalanes... ¿usted los conoce a todos? Madrid... ¡Hombre, no me joda! ¿Por qué dice “Madrid”, si lo que usted quiere decir es “Mariano Rajoy”? Paso de hablar con estas fórmulas, que encubren siempre una trampa del lenguaje.
P. Haré la pregunta de otro modo. ¿Usted cree que la financiación de Cataluña es insuficiente?
R. Pues no tengo elementos de juicio para responder a eso. Lo único que puedo decirle con las mondas de patata que recojo en la prensa es que me da la impresión de que sí, de que es insuficiente. Pero al mismo tiempo le digo que la financiación que recibimos en Almería, que es donde yo vivo aunque soy de Madrid, también es insuficiente. ¿Sabe lo que cuesta de media un billete de ida, sólo de ida, Almería-Madrid en avión? 300 euros. ¿Sabe lo que tarda de Almería a Madrid nuestro Talgo, que se detiene en todas las estaciones de su recorrido? 7 horas. No tenemos ferrocarril a Murcia, con la que lindamos por el este, ni autovía a Málaga, con la que lindamos por el oeste. A veces me ofrecen trabajos, colaboraciones, entrevistas en la tele, conferencias, y se echan para atrás cuando se enteran de dónde vivo. ¿Sabe cuánto me descuenta Hacienda de mis ingresos? El 21%.
P. ¿Usted está a favor de la independencia de Cataluña?
R. Pues no. No me gustaría una declaración de independencia de Cataluña. Ni tampoco una pactada y pacífica. Y no voy a adoptar esa postura, entre paternalista y cursi, de que juntos estamos mejor que separados. Sencillamente, tengo vínculos laborales y sentimentales con Cataluña, y no me gustaría considerarla el extranjero. Y me pasa lo mismo con Francia, con Holanda, con Inglaterra y con Estados Unidos, pero ahí la cosa ya no tiene remedio.
P. ¿Pero cree que debe convocarse una consulta?
R. Creo que sería muy saludable encontrar una manera de convocar esa consulta sin violar la ley. Subrayo lo de respetar la ley. Salvo que uno esté dispuesto a declarar la independencia de su pueblo con las armas, que es otra posibilidad (y la más frecuente en la historia universal, por cierto), se debe respetar la ley. Seguro que hay fórmulas para respetar al mismo tiempo la ley vigente y el llamado derecho a decidir. Y la verdad es que ya me pica la curiosidad: me gustaría saber cuántos ciudadanos catalanes responden sí o no a la pregunta “¿Quiere usted que demos los pasos necesarios para independizarnos políticamente del Estado español?”
P. ¿Y esa consulta debería ser vinculante?
R. Yo no tengo ni idea de Derecho Administrativo o como se llame la rama que se ocupa de esas cosas. No sé si esa consulta puede ser jurídicamente vinculante. Mi opinión es que debería ser políticamente vinculante. Si el 90% de los ciudadanos catalanes quiere fundar un Estado independiente, hay que iniciar el proceso. Y al contrario: la independencia de Cataluña debería salir de la agenda política si vemos que la cosa está así, así...
P. ¿Y no cree usted que en esa consulta deberían votar también el resto de españoles? Al fin y al cabo, la cosa también les afecta.
R. Si usted y yo estamos casados y usted se quiere divorciar de mí, la cosa claro que me afecta, pero ¿de qué vale mi opinión? ¿De qué vale que yo no me quiera separar de usted? El matrimonio se ha roto por una parte y no tiene sentido continuar juntos. Ahora bien, igual que le digo esto, le digo que si usted y yo nos divorciamos, nuestros abogados tendrán que hablar de dinero y ponerse de acuerdo en el reparto de nuestras propiedades comunes.
P. Entonces, por una regla de tres, el resto de España podría convocar un referéndum para expulsar de España a Cataluña, sin que los catalanes pudieran decir esta boca es mía.
R. El argumento es impecable, pero no me apetece hablar de política-ficción, la verdad. Bastante dosis de ficción tiene ya la política real. Por cierto, ¿sabe usted si está registrada la marca España? Conociendo la incompetencia de nuestros políticos, seguro que está libre. Yo si fuera Francesc Homs, iba al Registro y me enteraba. Y si estuviera libre, la registraba a nombre de la Generalitat. Así por lo menos nos echábamos unas risas.