Usted, que es profesor titular de universidad, que se preparó, hemos de suponer que con cierto esfuerzo, una oposición para obtener su plaza ¿qué opina del puesto honorario que el rector de la Complutense acaba de ofrecerle a Pablo Iglesias?
Lo que el rector le ha ofrecido no es una plaza propiamente dicha, sino una especie de acreditación para que Pablo Iglesias, que tuvo que renunciar a su puesto en la Universidad para desempeñar su cargo en el Parlamento Europeo, siga vinculado a la Complutense. Y me parece bien. Me parece que el rector cumple con su obligación de retener en la institución a las figuras destacadas de cada disciplina. Y más, si se trata de un antiguo profesor. Si yo fuera alumno de Políticas, me gustaría recibir clase de Pablo Iglesias, aunque solo fuera para discutirle la nota. Uno de los grandes problemas de la Universidad es su escasa cintura, sus dificultades para contratar aquí y ahora a gente interesante y capacitada para impartir clase. Además, siendo el rector hijo de Santiago Carrillo, nos vamos a divertir mucho con las reacciones de Esperanza Aguirre y la extrema derecha, que hablarán de sin duda de conspiración y nepotismo comunista.
¿Qué parece la querella de Pablo Iglesias a Esperanza Aguirre, y la reacción de la política madrileña pidiendo que done el dinero del pleito a las víctimas de ETA?
Si Esperanza Aguirre fuera una auténtica patriota donaría su cuerpo a la ciencia.
¿Qué suponen a su juicio los ataques del PP a Podemos? ¿Son el reconocimiento de que Podemos es su verdadero rival político?
No tengo ni idea. Sí recuerdo que durante el reinado de Juan Carlos I había un grupo de votantes que unas veces votaba al PSOE y otras al PP. Pero hoy, en la época de Felipe VI, dudo que haya votantes del PP que puedan votar algún día a Podemos. Me da la impresión de que los estrategas del PP son conscientes de que las alarmadas alusiones de de Sáenz de Santamaría a los populismos o las cómicas mamarrachadas de Aguirre sobre Pablo Iglesias dan votos a Podemos. Lo saben, y lo hacen porque eso es exactamente lo que quieren: vaciar de votos al PSOE y fragmentar la izquierda en grupúsculos.
El PSOE ya tiene nuevo secretario general. ¿Qué le parece?
Me da un poco igual, la verdad. Lo que me ha asustado un poco ha sido la desesperación con que los periodistas han estado preguntando a los candidatos por sus posturas sobre Cataluña, el paro, la corrupción, la reforma de la Constitución... Por favor: lo que se estaba eligiendo no era el presidente del Gobierno, ni siquiera el candidato a Presidente del Gobierno. Lo que se elegía era el secretario general de un partido político, al que por cierto sólo están afiliados unos miles de personas. Es alucinante nuestro nivel de ansiedad, nuestra necesidad de un faro ideológico. Debemos de estar muy mal para exigir con esa vehemencia a un simple candidato a la Secretaría general de un partido que nos diga cuáles son sus recetas para nuestra salvación. Pero el ganador no tiene que arreglar el país. Al menos, por el momento. Bastante tiene con arreglar el partido y recuperar la confianza de sus votantes, que es casi una misión imposible. Y decidir si el PSOE va a regresar a sus raíces y a disputarle el espacio ideológico a Podemos; o si por el contrario va a convertirse para lo bueno y para lo mano en una nueva UCD.
Pregunta: ¿Por qué autoentrevistas?
Respuesta: Porque al fin y al cabo todas las columnas de opinión son respuestas a unas preguntas que se han borrado.
P: Hable por usted, no por los demás.
R: Bueno, no sé si todas. Las mías sí. Cuando tengo que escribir una columna me hago preguntas, las contesto y luego borro la parte del entrevistador.
P: Y aquí ha decidido dejarla.
R: Sí, para darle voz a mi otro yo.
P: ¿Y no es un poco esquizofrénico eso de hacerse preguntas, contestarlas y llevarse la contraria?
R: Un poco, pero es la única manera que tengo de saber lo que pienso sobre las cosas. Y además no siempre estoy de acuerdo con mis opiniones.
