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Sobre el PZOE y otras herencias recibidas

Usted ha acuñado las siglas PZOE (Partido Zombi Español) para explicar la evolución del PSOE. Qué sensación le ha producido el congreso extraordinario.

Una horrible sensación de dejà vu, la desazonadora impresión de que nada ha cambiado. Las casas de apuestas ni siquiera permitían hacer quinielas con los miembros de la ejecutiva. Todo decepcionante: este fin de semana he estado leyendo la prensa, y es curioso que sean los periodistas más conservadores los más interesados en la consolidación del liderazgo de Sánchez.

Lo que no podemos negarle al PSOE es su esfuerzo por democratizar su funcionamiento.

Relativamente. Lo malo de hacer convivir unas primarias revolucionarias con un congreso de los de toda la vida es que el congreso se convierte en un congreso a la búlgara, donde todo lo que se decide ya está cocinado antes. ¿Para qué tanto delegado?

Son las contradicciones que se producen cuando se intenta fundir la antigua y la moderna manera de hacer política. Los militantes han elegido al secretario general, pero la ejecutiva se sigue haciendo con los mismos enjuagues, presiones, cuotas y represalias de siempre. El aparato se resiste a morir.

Lo verdaderamente democrático sería que cada candidato presentara una lista abierta con los miembros de una ejecutiva confeccionada por él y que los militantes (o mejor: que todos los ciudadanos que lo desearan, porque eso de la militancia es una cosa del siglo XIX) pusieran una cruz a la izquierda de los nombres que les parecieran mejores. Eso sería democracia. En el PSOE y en cualquier colectivo, incluido Podemos: el líder, obligado por la ciudadanía, a dirigir un grupo de personas que no ha seleccionado él, sino la gente.

Hombre, cada líder tiene derecho a formar su equipo.

Eso son pamplinas, palabrería para reservarse cuotas de poder lejos del alcance de los ciudadanos.

Sánchez quiere un PSOE eficaz que gane elecciones.

Más que un secretario general, parece su consejero delegado. Su admirado Felipe González ya decía aquello de que da igual que el gato sea blanco o negro, que lo importante es que cace ratones. Sánchez podía haber dicho: “Quiero un PSOE que cambie el mundo”. Incluso podía haberse disfrazado de Felipe González cuando Felipe Gonzáles era el Pablo Iglesias de la Transición y haber dicho: “Quiero un PSOE que acabe con los privilegios de la oligarquía financiera”. Pero ha preferido hacer una declaración de consejero delegado. Para Sánchez, decir hoy lo que Felipe González decía en 1977 es populismo y demagogia.

Cuando Felipe González decía esto, Pedro Sánchez tenía 5 añitos.esto Y César Luena, el nuevo secretario de organización, no había nacido.

Así se entiende que vayan reivindicando con esa alegría ignorante a un sujeto como González. Este chico, Luena, es el que ha dicho en una de sus primeras entrevistas que lo revolucionario es no ser revolucionario. No sé qué tal secretario de organización será. Para los retruécanos vacíos es la bomba.

Cambiemos de tema: lo de Jordi Pujol sí que es herencia recibida. ¿Qué cree que va a suponer su confesión para el proyecto independentista?

Ya le dije la semana pasada que yo nunca me he tomado en serio el nacionalismo. Debe de ser que estoy en la periferia y que no me entero de nada, pero no tengo la menor sensación de peligro, ni de choque de trenes ni de zarandajas semejantes. Todo eso es basura aterrorizadora destinada a la manipulación de masas. El hipertrofiado instinto de supervivencia de los políticos actuales —y eso es lo que demuestra la confesión de Pujol— es una fuerza infinitamente más poderosa que la independencia de Cataluña. Aquí nadie va a chocar contra nadie. En esta zarzuela no hay un solo tío dispuesto, ni en un lado ni en otro, a dar por su patria no digo ya la vida, sino un miserable IRPF.

Esta es la última entrevista que le hago. ¿Quiere añadir algo para terminar?

Sí, me quiero despedir con mi cita favorita de Sancho Panza, que es aplicable tanto al PZOE como a los nacionalistas, tanto a los catalanes como a los españoles y a los vascos: “Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener”.

Usted ha acuñado las siglas PZOE (Partido Zombi Español) para explicar la evolución del PSOE. Qué sensación le ha producido el congreso extraordinario.

Una horrible sensación de dejà vu, la desazonadora impresión de que nada ha cambiado. Las casas de apuestas ni siquiera permitían hacer quinielas con los miembros de la ejecutiva. Todo decepcionante: este fin de semana he estado leyendo la prensa, y es curioso que sean los periodistas más conservadores los más interesados en la consolidación del liderazgo de Sánchez.