Ayuda en Acción es una Organización No Gubernamental de Desarrollo independiente, aconfesional y apartidista que trabaja en América, África y Asia con programas de desarrollo integral a largo plazo en diferentes ámbitos para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, así como el de las familias y comunidades a través de proyectos autosostenibles y actividades de sensibilización.
Inundaciones en Mozambique y Malawi: ¿y ahora qué?
- En Ayuda en Acción, continuamos recaudando fondos en esta emergencia para seguir atendiendo las necesidades básicas y los trabajos de reconstrucción
En el sureste africano la temporada de lluvias suele hacer acto de presencia desde las fechas previas a las Navidades hasta ya entrado el mes de marzo. Las inundaciones son una constante que se repite con demasiada periodicidad. Casi año tras año. Pero cuando las precipitaciones que deja el temporal se sitúan en torno al 150% por encima de los valores estacionales, como ha ocurrido en las últimas semanas, los efectos son devastadores. En países como Mozambique y Malawi, las lluvias torrenciales han dejado 200 muertos y 800.000 personas afectadas, 157.000 y 638.000, respectivamente.
En Mozambique se han registrado las lluvias más fuertes de los últimos años que se han llevado por delante más de 12.000 viviendas y ha dejado 7.629 parcialmente afectadas. Hay más de 32.000 familias desplazadas que han visto cómo sus medios de vida han sido arrebatados por las aguas. Zambezia, la provincia más afectada del país y en la que trabajamos desde 2001, suma más de 126.000 desplazados, que han tenido que abandonarlo todo e incluso pasar varios días refugiados en las copas de los árboles y los techos de sus viviendas durante los primeros días de las labores de rescate. Por su parte, en Malawi, las inundaciones han afectado a 15 de los 28 distritos, principalmente del centro y sureste del país, donde solo la crecida de los ríos Shire y Ruo ha desplazado a más de 175.000 personas.
El realojamiento en centros improvisados, el reparto de alimentos, kits de higiene, mantas y demás artículos de primera necesidad han sido las acciones más urgentes. En Malawi, los centros de desplazados (181 escuelas entre ellos) están sobrepoblados. Tiendas de campaña diseñadas para 8 personas están acogiendo a 35 y se ha dado el caso de escuelas en las que conviven más de 600 familias. ¿Cuáles son las consecuencias a medio y largo plazo de estas inundaciones?
Los riesgos para la vida de las comunidades tras una inundación son devastadores, afectando principalmente a la salud, la educación y los recursos básicos que sustentan la vida de las familias (cultivos, viviendas, ganado, actividad pesquera…) dificultando la salida del círculo vicioso que vincula los desastres a la pobreza. Tras las pérdidas personales, los daños en las infraestructuras básicas de las poblaciones representan uno de los principales retos. Edificios públicos como escuelas, hospitales y los hogares de miles de familias quedan destrozados. Por si fuera poco las carreteras y caminos quedan arrasados, y las vías de comunicación entre los pueblos afectados en muchas ocasiones solo puede realizarse por vía aérea, como es el caso de Zambezia, donde el 70% de la provincia es inaccesible por tierra.
El caos que se origina en este contexto de inundación tiene graves consecuencias a corto y medio plazo en la salud de los afectados. Las aguas contaminadas son un riesgo importante. Más de 5 millones de personas, principalmente niños y niñas, mueren anualmente en los países en vías de desarrollo como consecuencia de enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento (10 veces más que las víctimas de guerras). Hay que prestar atención a varias enfermedades, la malaria, gastroenteritis o diarreas agudas suelen hacer su aparición en las primeras semanas tras la catástrofe. Los centros de desplazados improvisados de Zambezia ya registraban más de 1.100 casos confirmados de malaria y más de un centenar de personas afectadas por diarreas en las primeras semanas tras el desastre, una cifra que va en aumento. Solamente en esta provincia, son más de 50.000 las personas que necesitan atención en cuanto a agua y saneamiento se refiere. En el caso de Malawi, únicamente para reparar los daños causados por el temporal en abastecimientos de agua y en saneamiento, las autoridades calculan que serán necesarios 2,3 millones de dólares.
La recuperación de los pozos de agua con el fin de asegurar el acceso a fuentes de agua potable va a marcar el desarrollo a medio plazo de las poblaciones afectadas. Mientras tanto, las plantas potabilizadoras que llegan gracias a la ayuda exterior juegan un rol importante en el mantenimiento de unos mínimos aceptables para la salud de las personas afectadas.
Recuperar el campo, el ganado y la pesca
Plantaciones de maíz, judías, arroz y tomate que estaban siendo cultivadas han quedado arrasadas por el lodo. La rehabilitación de los suelos dedicados a la agricultura y la facilitación de semillas son esenciales para garantizar la alimentación de las personas afectadas, ya de por sí golpeada por problemas crónicos de desnutrición, como en Malawi, donde la tasa de desnutrición infantil se eleva hasta el 50%. 568 toneladas de maíz, 85 de judías, más de 25.000 litros de aceite y 139 toneladas de sal son las necesidades fijadas por las autoridades solo en Zambezia, la provincia más afectada de Mozambique.
En los campos, cuando se retira el agua y comienza la evaporación, la alta acumulación de sales en los suelos cultivados implica importantes pérdidas de fertilidad, con lo que no solo se pierden las cosechas actuales sino que las futuras se ven fuertemente mermadas. Los trabajos destinados a la recuperación de la productividad de la tierra (manejo de suelos, drenaje…) han de acometerse en esta primera etapa de rehabilitación con el fin de recuperar la productividad de la tierra a medio plazo. No hay que olvidar que casi un 80% de la producción agrícola de ambos países es de subsistencia. Solamente en Malawi, los campos de más de 100.000 campesinos han quedado inutilizados.
Las lluvias torrenciales han provocado que 65.000 hectáreas de los campos de Zambezia hayan desaparecido bajo la manta de agua. Tras una inundación, los mercados se ven anegados y los precios de los alimentos más básicos suelen elevarse, dificultando el acceso a una alimentación adecuada de la parte de población más vulnerable. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU cifra en 26.000 toneladas de alimentos los necesarios para cubrir las necesidades alimentarias solamente en Malawi.
Sin fecha para la vuelta al cole
La normalidad llega a todos los niños y niñas cuando pueden volver a las clases. Pero muchas escuelas se han venido abajo con el agua o han sido reconvertidas en centros de desplazados como los 181 colegios de Malawi que ahora acogen a miles de familias. Cuando la urgencia vaya despejando el camino a la vida diaria la falta de material escolar, ropa, comida y la propagación de enfermedades puede imposibilitar la vuelta al cole de los más pequeños. Solamente en Mozambique 433 aulas han sido destrozadas y tardarán en volver a poder acoger estudiantes entre sus paredes.
Recuperar la rutina diaria tras el desastre no es fácil, la falta de visibilidad mediática ante un fenómeno que se repite año tras año y la escasez de recursos dedicados complican la rehabilitación. La reparación de todas las infraestructuras dañadas tendrá que llevarse a cabo no solamente pensando en la satisfacción de las necesidades más urgentes de los afectados. Las autoridades han cuantificado en 100 millones de dólares -más de 88 millones de euros- los necesarios para poder acometer la rehabilitación de ambos países tras las inundaciones. Si lo que se quiere es conseguir cambios estructurales que aseguren una vida digna a estas comunidades, la reducción del riesgo y la mitigación han de estar presente en toda planificación que se lleve a cabo. De lo contrario, en la próxima temporada de lluvias, la historia volverá a repetirse.
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Ayuda en Acción es una Organización No Gubernamental de Desarrollo independiente, aconfesional y apartidista que trabaja en América, África y Asia con programas de desarrollo integral a largo plazo en diferentes ámbitos para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, así como el de las familias y comunidades a través de proyectos autosostenibles y actividades de sensibilización.