Ayuda en Acción es una Organización No Gubernamental de Desarrollo independiente, aconfesional y apartidista que trabaja en América, África y Asia con programas de desarrollo integral a largo plazo en diferentes ámbitos para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, así como el de las familias y comunidades a través de proyectos autosostenibles y actividades de sensibilización.
“¿Mi objetivo para el nuevo curso? Que mis alumnos sean felices”
Así, casi sin darnos cuenta, ha llegado septiembre, el mes de la vuelta al cole. Miles de docentes vuelven para desempeñar una de las profesiones más importantes y desafiantes a las que una persona puede dedicarse: la de ser docente, educador/a, maestro/a, profesor/a, o todo eso a la vez.
Hace unos días conocí a Maura, profesora de la escuela primaria de San Miguel de Mbatovi, en Tava’i, al sudeste de Paraguay. En su aula, Maura hacía de mujer orquesta. Mientras revisaba la multiplicación que Diego hacía en la pizarra, en una sartén freía rosquillas que luego sus alumnos/as venderían. Con el dinero que sacaran, podrían hacer fotocopias que les servirían de material de apoyo en las clases. Unos días más tarde, Maura estaba contenta porque habían conseguido más dinero del previsto y podrían comprar una pelota para jugar en el recreo. Sus alumnos, además de aprender a multiplicar y muchas otras cosas, cada día pasan parte de su tiempo sacando agua del pozo y caminando los kilómetros que alejan su casa de la escuela.
También conocí a Perla, que tiene 15 años y cuatro hermanos, uno de apenas un mes. Me contaba que su abuela tiene 20 hijos, algo habitual en un contexto en el que se considera que la mujer solo vale si tiene muchos hijos y un hombre al lado; en el que no todas las mujeres saben que tienen derecho a decidir cuántos hijos tener; y en el que si un hombre sabe realmente cuántos hijos tiene o si se ocupa de ellos no siempre importa.
Cuando regresé de Paraguay, conocí a Rosi que vive en Madrid. Tiene 37 años y una hija de 10. Lleva más de 2 años en paro, preocupada por cómo hacer para que su hija pueda comer todos los días. En el cole conoció a un grupo de madres y docentes que se han puesto a trabajar juntos para conseguir alimentos, ropa y productos de primera necesidad que reparten entre otras muchas familias del mismo colegio. Esta experiencia no solo le ha permitido tener lo básico, si no que su día a día se ha hecho más llevadero. “Trabajar codo a codo con las demás mamás, me ha hecho dejar de pensar en cosas tristes”.
Desde el programa educativo de Ayuda en Acción, nuestro objetivo para este curso es que los niños y niñas que ahora vuelven al cole en España conozcan la historia de Maura, de Perla o de Rosi. Que conozcan la realidad de otras personas que tienen los mismos derechos, pero menos oportunidades de ejercerlos (los derechos no son cuestión de suerte). Y que sepan que todos podemos hacer algo por cambiar la realidad de esas personas, ya estén cerca o lejos.
El programa educativo Ahora Toca…, que inicia su tercera edición, pretende ser una herramienta que apoye a los docentes en su tarea de lograr que su alumnado no solo sepa mucho, sino que también sean personas solidarias y comprometidas con el mundo que les rodea. Historias como estas, junto con muchos otros materiales (cuentos, concursos, juegos, actividades para el aula) disponibles en nuestra web, permiten al profesorado de todos los niveles (desde 0 años a Secundaria) llevar a sus aulas la reflexión sobre el derecho a la educación, la desigualdad y otros muchos temas que creemos imprescindibles en la formación de todas las “personas humanas”.
Pero no todo se queda en reflexión, y no todo se queda en el aula. Casi siempre la reflexión lleva a la acción, y a la acción las paredes del aula se le queda pequeñas. El curso pasado, más de 250 centros de toda España participaron en Ahora Toca… Eligieron cómo participar, en qué momento del curso, qué temas abordar o a quién implicar.
El CEIP Reina Sofía de Antequera fue uno de los que, casi sin darse cuenta, consiguió que todo el centro se uniera en una iniciativa solidaria para Perú, país al que destinaron los fondos que consiguieron en un mercadillo. También sirvió para que las familias que hasta ahora solo se veían en la puerta ahora se conozcan y trabajen juntas organizando un mercadillo solidario en el que han implicado a todo el pueblo. Para que las hijas de Macarena recogieran su habitación e hicieran los deberes más rápido y así tener más tiempo para hacer cosas con material reciclado para vender en el mercadillo. Para que Alba, a sus 8 años, tenga claro que si todo el mundo aportara su grano de arena, el mundo sería mejor.
Rosa Mª, la profe que puso en marcha esta rueda solidaria, tiene claro que los valores y la solidaridad no pueden separarse de las matemáticas y el conocimiento del medio. Como ella misma dice, “¿Mi objetivo para el nuevo curso? Que mis alumnos sean felices”.
En casi 35 años de experiencia desde que Ayuda en Acción comenzó a trabajar hemos visto que la solidaridad también se aprende, y que las personas solidarias son más felices, así que ¿por qué no proponéroslo como objetivo para el nuevo curso?
Así, casi sin darnos cuenta, ha llegado septiembre, el mes de la vuelta al cole. Miles de docentes vuelven para desempeñar una de las profesiones más importantes y desafiantes a las que una persona puede dedicarse: la de ser docente, educador/a, maestro/a, profesor/a, o todo eso a la vez.
Hace unos días conocí a Maura, profesora de la escuela primaria de San Miguel de Mbatovi, en Tava’i, al sudeste de Paraguay. En su aula, Maura hacía de mujer orquesta. Mientras revisaba la multiplicación que Diego hacía en la pizarra, en una sartén freía rosquillas que luego sus alumnos/as venderían. Con el dinero que sacaran, podrían hacer fotocopias que les servirían de material de apoyo en las clases. Unos días más tarde, Maura estaba contenta porque habían conseguido más dinero del previsto y podrían comprar una pelota para jugar en el recreo. Sus alumnos, además de aprender a multiplicar y muchas otras cosas, cada día pasan parte de su tiempo sacando agua del pozo y caminando los kilómetros que alejan su casa de la escuela.