Las organizaciones y los activistas medioambientales han recibido esta semana un regalo envenenado de mano del director de documentales Michael Moore.
Planet of the Humans, que apareció como la gran sorpresa en las redes sociales durante la celebración del Día de la Tierra y en tres días lo han visto más de dos millones de personas, se ha convertido al instante en una de las películas más controvertidas acerca de la acción humana sobre el planeta. El malestar surgió enseguida y este viernes su distribuidora, Films for Action, anunció que lo retiraría de sus canales por las críticas que ha recibido de múltiples científicos por su falta de rigor. “Estamos descorazonados y consternados de informar de que la película está llena de errores. Tanto, que hemos decidido retirar el documental de la página web”, explica la distribuidora en un comunicado colgado en su web.
Dirigido por Jeff Gibbs, que se presenta en los primeros minutos del metraje como un activista medioambiental en busca de la verdad, Planet of the Humans plantea un escenario apocalíptico donde las energías renovables aparecen como una falsa solución que nos están intentando vender una serie de organizaciones ambientalistas compradas por magnates billonarios. Su mensaje es que el ser humano no puede seguir creciendo de forma infinita en un mundo limitado por lo que tendrá que buscar una forma de controlar su ansia de crecimiento constante y reducir su población.
Sin embargo, algunos de los más importantes científicos climáticos han criticado en una carta abierta que la información que aparece en el documental está llena de sesgos y errores, ignorando la tecnología que se ha desarrollado en los últimos años y los cientos de investigaciones publicadas en revistas de expertos. Según advierten, cuestionar además la necesidad de un cambio energético nos aboca a abandonar la que, de momento, es la mejor solución para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y nos deja en un escenario donde no se puede hacer nada.
“Claro que hay desventajas en la transición a la energía limpia”, explica la experta en política ambiental de la Universidad de California, Leah Stokes, “las renovables también tienen aspectos negativos. Como la nuclear, la energía hidráulica, las baterías o la trasmisión. Pero es que no hay una solución perfecta para nuestros retos energéticos”.
Entre los errores que destacan este grupo de científicos se encuentra la supuesta ineficacia de la energía solar y eólica, que en la película se representa tan contaminante como los combustibles fósiles.
De la mano de autores como Ozzie Zehner, activistas y algunos científicos de ciencias sociales, Gibbs explora algunos de los viejos proyectos de plantas solares que han quedado abandonados en medio del desierto de Estados Unidos y cuestiona que, debido a los minerales y materiales que los paneles o los aerogeneradores necesitan, suponga un avance para proteger el planeta. “Uno de los asuntos más peligrosos de hoy en día es la ilusión de que las energías alternativas, como la solar y la eólica, son diferentes a los combustibles fósiles”, se escucha sobre unas imágenes desoladoras.
Sin embargo, argumenta Stokes, se trata de una idea distorsionada. Decir que un coche eléctrico es igual de contaminante que un diésel porque la electricidad de la que depende la generan combustibles fósiles, explica, es ignorar todos los avances en energías renovables y desconocer que la electricidad cada vez se produce de manera más limpia.
Para estos científicos, el documental no ahonda en la complejidad de las energías renovables y, sobre todo, defiende la idea peligrosa de que la única solución para proteger el planeta es el control del crecimiento de la especie humana.
Para Michael E. Mann, climatólogo y autor de varios estudios importantes del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), se trata además de un mensaje peligroso en un momento en el que debemos avanzar para buscar soluciones a la emergencia climática. “Necesitamos tener una conversación seria, entre adultos, sobre cómo podemos realizar la transición social desde la quema de combustibles fósiles para evitar una catástrofe del calentamiento de la Tierra”, nos comenta por email al hablar de por qué firmó la carta. “Las energías renovables son un elemento crítico para esta transición. Cualesquiera que sean los motivos detrás de esta maniobra mal informada y poco honesta servirá para avivar la narrativa de los intereses de la industria de combustibles fósiles y retrasar el proceso hacia la descarbonización”, enfatiza.
De hecho, esto es lo que ha ocurrido. En menos de dos días, múltiples artículos de opinión y comentarios han aparecido en medios de comunicación y redes sociales desprestigiando las energías renovables e ironizando sobre la honestidad de las organizaciones ambientalistas.
Michael Moore de momento no ha hecho ningún comentario al respecto. Y la distribuidora, consciente del interés que la controversia generará, ha decidido dejar el documental abierto al público en YouTube. Pero, advierte, ahora son los espectadores quienes deberán aplicar su sentido crítico.
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