El mapa de las carreteras en las que se emite más CO2
El tramo de la Red de Carreteras del Estado en el que se emite más CO de todo el país es el corredor del Mediterráneo (de Girona a Murcia) y el más ineficiente corresponde al corredor Noreste (Madrid-Zaragoza-Barcelona). Así se desprende de una investigación de la Universidad Politécnica de Madrid, publicada en la revista científica de acceso abierto Sustainability, que ha estimado cuánto CO2 se genera en cada tramo de los más de 26.000 km de vías estatales. El resultado es interesante porque permite identificar estrategias para reducir estas emisiones causantes del cambio climático con los propios vehículos que circulan actualmente sobre el asfalto.
En España hay más de 165.000 km de carreteras, de las que cerca de 26.000 km son autopistas de peaje, autovías y carreteras multicarril gestionadas por el Estado. La investigación se centra en estas grandes vías que recogen el 52,1% del tráfico total y el 64,6% del tráfico de camiones, dependiendo las demás de las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos.
Los investigadores utilizan los datos de intensidad media diaria de vehículos y sistemas de información geográfica para obtener un mapa de carreteras que muestre el consumo de energía y emisiones. Una primera conclusión es que más de la mitad de las emisiones de CO de estas vías se genera en solo un cuarto de los 26.000 km de red estatal, especialmente en autovías y autopistas sin peaje. Como explica Natalia Sobrino, investigadora del centro TRANSyT de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), los factores que más influyen en la ineficiencia de las carreteras son las pendientes, el tráfico de camiones y las altas velocidades.
“Si hay fuertes pendientes se consume más, así que una estrategia previa a la construcción de la carretera sería tener en cuenta este factor en el diseño y la planificación, por si merece la pena invertir un poco más de dinero para que haya menos emisiones”, incide Sobrino.
A partir de la información obtenida, los investigadores identifican siete corredores prioritarios para las emisiones causantes del cambio climático. Entre ellos, el eje Mediterráneo (de Girona a Murcia) es en el que se emite más CO (4,7 millones de toneladas), produciéndose en este tramo una media 257 gramos de CO2 por vehículo y kilómetro. “Es donde se producen más emisiones porque es el que más tráfico recoge, sobre todo de vehículos pesados”, señala la ingeniera.
El corredor del Noreste (Madrid-Zaragoza-Barcelona) es el más ineficiente con unas emisiones de 315 gramos de CO2 por vehículo y kilómetro, seguido del corredor Norte (Bilbao-Valladolid) con 306 gCO/veh-km, y el corredor Este (Madrid-Valencia-Alicante) con 287 gCO/veh-km.
Como inciden los investigadores, la forma más sencilla de reducir las emisiones con los vehículos actuales es levantando un poco el pie del acelerador. De hecho, calculan que una bajada del límite de velocidad en 10 km/h para los turismos en el corredor del Mediterráneo supondría reducir hasta un 3,5% las emisiones en este eje.
“Es la estrategia con la que se producen mayores ahorros de emisiones: disminuir un poquito la velocidad, pasar de 120 a 110 km/h hace que la reducción de las emisiones sea considerable ya solo con los vehículos ligeros”, destaca Sobrino. Aunque esta medida suele ser muy contestada, la investigadora de la UPM no tiene dudas de su efectividad: “En la curva de consumo de un vehículo en una conducción libre, sin tener que frenar, el consumo mínimo se produce yendo de 70 a 80 km/h, esto lo dicen muchos estudios científicos que están publicados”, especifica la investigadora. “A partir de los 80 km/h hacia arriba, cuanto más se incrementa la velocidad más se dispara el consumo”.
La otra estrategia identificada en el estudio es gestionar el tráfico de los camiones para desviarlo a vías con menos pendientes y trazados más eficientes. Esta medida también puede ser controvertida pues supondría incentivar que los vehículos pesados utilizaran tramos de autopistas de peaje, es decir, dar facilidades justamente a los vehículos que más contaminan. Sin embargo, según Sobrino, “esto iría en beneficio de todos, pues si son desviados a tramos con menos pendientes y menos sinuosos generarían menos emisiones”.
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