El 29 de octubre de 2020, la Administración Trump dejó caer la protección del bosque Tongass de Alaska, permitiendo la explotación forestal en un espacio de inmensa biodiversidad— allí está la mayor concentración de águila calva conocida— y considerado un enorme sumidero de carbono. Es el último de los pasos atrás dados por Trump en la batalla contra el cambio climático registrados por la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia.
Este centro ha identificado 131 acciones, entre retrocesos en las leyes en vigor o la eliminación pura y dura de normas federales climáticas, desde que Donald Trump ocupa la Casa Blanca. Solo este año se han aprobado medidas como abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico a la exploración de petróleo y gas, permitir el incumplimiento de normas ambientales por la pandemia, limitar el uso de algunas investigaciones científicas para desarrollar políticas climáticas, reducir la eficiencia energética de aparatos eléctricos como lavavajillas o neveras, e incluso relajar las normas en la gestión de los residuos de la quema de carbón.
Aquí recogemos algunas de las más importantes de la lista desde 2017, y añadimos dos sin las cuales no se entendería la obsesión que ha demostrado la Administración Trump ante un problema global pero identificado por su Gobierno como enemigo de la 'America first': el equipo de escépticos del clima que eligió para gobernar y la purga de las palabras 'cambio climático' de las webs gubernamentales.
2017. Trump elige un equipo de negacionistas del cambio climático
Los analistas del momento se llevaban las manos a la cabeza por la influencia “sin precedentes” de la industria de las energías fósiles en el equipo elegido para cargos ambientales claves. Al frente de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) coloca a Scott Pruitt, antiguo fiscal general de Oklahoma, quien desde este puesto se enfrentó al plan de energías limpias de la agencia creado por Obama, ayudando en una demanda colectiva de 28 estados.
Como secretario de Estado nombra a Rex Tillerson, expresidente de la petrolera ExxonMobil, que un año después se enfrentaría a una denuncia de la Fiscalía de Nueva York por ocultar a sus accionistas los riesgos financieros asociados al cambio climático. Por otro lado, una investigación periodística destapó que ExxonMobil supo en los años 70 el impacto de la quema de combustibles fósiles en el aumento de la temperatura del planeta, pero después se dedicó a negarlo todo.
2017. El Gobierno anuncia que sacará EEUU del Acuerdo de París
“He sido elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París”. Con esta estrambótica reflexión, símbolo de su 'America first', Donald Trump liquidaba de un golpe la contribución del país con más emisiones históricas al Acuerdo de París. El presidente anunció el 1 de junio de 2017 que EEUU saldría del tratado firmado por 195 países y diseñado para intentar frenar el aumento de la temperatura global. Si Donald Trump es reelegido presidente, la salida del acuerdo internacional se haría efectiva un día después, el 4 de noviembre de 2020.
2018. Las palabras 'cambio climático' desaparecen de las webs del Gobierno
Uno de los primeros pasos de Trump a su llegada a la Casa Blanca fue un cambio total de la página web del Gobierno. En una purga masiva se eliminó cualquier referencia al cambio climático. Científicos y universidades de todo el país hicieron entonces algo inédito: ofrecerse voluntarios para almacenar y proteger el conocimiento científico sobre el calentamiento global albergado en las webs del Gobierno de Estados Unidos, considerado uno de los mejores del mundo.
2018. Adiós a los sistemas de medición obligatorios de metano
El metano es un gas hasta 30 veces más potente que el CO2, incoloro e inodoro, el segundo que más contribuye al calentamiento global. Sin embargo, una de las primeras medidas de la Agencia de Protección Ambiental bajo el mando de Scott Pruitt fue eliminar la obligación que tenían los 15.000 operadores de petróleo y gas de medir el metano en sus pozos de combustibles.
2019. Acabar con el Plan de Energía Limpia de Obama y apostar por el carbón
La Agencia de Protección Ambiental activó en junio de 2019 el Affordable Clean Energy (ACE), una norma que concede a los estados tres años para definir ellos mismos la forma en la que reducirán sus emisiones de CO2, principalmente fomentando centrales de carbón más eficientes. De esta forma la Administración Trump acabó con el Clean Power Plan de Obama, orientado a que las eléctricas pasaran del carbón e invirtieran en renovables o gas para reducir drásticamente las emisiones.
2020. Se acabaron los coches eficientes
El 31 de marzo de este año, Trump lanzó por twitter: “Mi administración está ayudando a los trabajadores de la industria del automóvil sustituyendo la fracasada norma de emisiones de Obama”. Ese día, el Gobierno completó una de las mayores desregulaciones de la era Trump iniciada dos años antes: dar marcha atrás a la obligación de los fabricantes de demostrar un aumento del 5% anual en la eficiencia de los carburantes hasta 2026, reduciéndola al 1,5%.
2020. Autorizar la extracción de petróleo en el Ártico
Uno de los últimos movimientos de Barak Obama fue la protección permanente del Ártico, prohibiendo la extracción de petróleo. Donald Trump anunció en agosto de 2020 en una entrevista con The Wall Street Journal que su Gobierno empezaría a subastar contratos de extracción de hidrocarburos en la región. El Congreso lo había autorizado en 2017 a petición del republicano.