Una mirada (artística) al Golfo antes de que los 'petrodólares' cambiaran la vida por completo
La economía del Golfo Pérsico era modesta, centrada en la pesca y el comercio marítimo. Hasta que se transformó de golpe en la segunda mitad del siglo XX, cuando el petróleo empezó a brotar en el desierto. Entonces los petrodólares sirvieron para hacer tabla rasa del pasado, demoler barrios tradicionales, construir ciudades inspiradas en el urbanismo americano del coche para todo y consumir. Nadie echa de menos las condiciones de vida de la era prepetróleo, pero la dispersión de los lazos familiares y de vecindad, que eran los pilares de la vida social, ha generado una fuerte nostalgia que es generalizada en el país.
“En aquella época, la gente era más generosa y sincera. Éramos honestos los unos con los otros”, confesó en los años 80 uno de los primeros empleados de la petrolera de Qatar a un periodista. El cambio radical que supuso el petróleo respecto a un modo de vida que imperaba desde hacía milenios, ha inspirado a toda una generación de artistas, que han sido testigos de esa página de la historia y que ha dejado obras que son el reflejo de este lejano pasado sin petróleo. “Los cuadros de mi padre son un puente entre el pasado y las nuevas generaciones”, comenta Taghreed Al Ayoub, de 65 años, hija de Ayoub Hussein Al Ayoub, uno de los pintores más emblemáticos de su generación. Nacido en 1932 en una casa de adobe, este artista infatigable y nostálgico pintó casi 800 cuadros hasta su muerte en 2013.
“Su misión en la vida fue animar a los kuwaitíes a mostrar a sus hijos y nietos cómo era la vida antes de la llegada del petróleo, y a no olvidarla jamás. Nunca criticó el petróleo ni la prosperidad que trajo, simplemente lamentaba que la modernidad se haya construido en detrimento de nuestras tradiciones y de las relaciones humanas”, contextualiza Al Ayoub.
Reconectarse con la naturaleza
“Es interesante observar cómo la gente de aquella época vivía sin aire acondicionado ni agua corriente, para mí es imposible imaginarme viviendo en las escenas de esos cuadros. Y esto hace reflexionar sobre nuestro lujoso modo de vida”, confiesa Abdallah Al Massaeed, de 22 años, perplejo ante una pintura de Ayoub Hussein Al Ayoub en un museo. Los sistemas de are acondicionado protegen a la población de temperaturas que están entre las más elevadas del mundo, pero que suponen el 70% del consumo de electricidad de los hogares kuwaitíes en verano. Como en el resto de los países del Golfo, este emirato se ha perdido en las emisiones de CO2, que están arruinando un medio ambiente que en otra época fue el pilar de la economía.
Mi padre nunca criticó el petróleo ni la prosperidad que trajo, simplemente lamentaba que la modernidad se haya construido en detrimento de las relaciones humanas
Entre 1950 y 2022, las emisiones de CO2 acumuladas de este emirato se han multiplicado por cerca de 330. Además de los hábitats tradicionales, las pinturas reflejan escenas de la vida rural, caracterizada por una adaptación, también en la manera de alimentarse, a un ecosistema local que hoy resulta desconocido por la generación actual, totalmente urbanizada.
“Cuando era niño, mi abuela llevaba a toda la familia al desierto para que conociéramos las diferentes especies de plantas y fomentar así que tuviéramos una relación con el entorno. En casa nos enseñaba a apagar las luces y la tele cuando salíamos de una estancia, porque ella creció en una tienda de campaña y sabía valorar las cosas. Yo he tenido suerte, pero creo que esas enseñanzas es precisamente lo que le falta a la juventud de hoy”, explica Reem Alawadhi, profesora de Ciencias Ambientales en la Universidad de Kuwait. “Nuestra generación es como una gota de tinta en el lago, nos disipamos lentamente. ¿Manchará la tinta el agua? Para mí es la gran pregunta. Al menos, las obras de arte sobrevivirán a nuestros recuerdos”, filosofa Abdul Redha Baqer, pintor nacido en 1948.
Exceso de romanticismo
“Sin el petróleo no se habría producido ninguno de los cambios que hemos vivido, y esto también vale para la escena artística. La llegada de dinero permitió al movimiento artístico kuwaití tomar forma. Y sé lo que digo, nací en 1946, ¡el año en el que exportamos el primer barril de petróleo!”, certifica AbdulRasoul Salman, presidente de la Asociación de Artistas de Kuwait.
“La gente prefiere los cuadros del Kuwait de antaño, se venden mejor. Claro que hay fotografías de la época en blanco y negro, pero un cuadro con color ofrece la oportunidad de vivir la escena”, comenta Bader Al Saif, profesor adjunto del Departamento de Historia de la Universidad de Kuwait, quien matiza: “A veces hay un exceso de romanticismo en el arte, de nostalgia y de una tendencia a glorificar el pasado. Algunos cuadros son conocidos por reconstruir el pasado de Kuwait a través de recuerdos positivos. Pero teníamos zonas de sombra, como la esclavitud y los tabúes sociales”.
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