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Las empresas que con una mano recogen plásticos y con la otra producen mil veces más

En la imagen de archivo, trabajadores realizan sus funciones en un centro de acopio de plásticos en Ciudad de México (México).

Andrés Actis

11 de diciembre de 2024 22:06 h

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“El desafío global de los desechos plásticos requiere soluciones que van más allá de las capacidades de cualquier organización por sí sola. Impulsamos una economía circular aprovechando el poder de la acción colectiva”. La frase se lee al hacer click en la página web de la Alianza para Acabar con los Residuos Plásticos (AEPW, por sus siglas en inglés), una organización creada en 2019 por más de 30 empresas multinacionales para fortalecer la recogida y el reciclaje.

Casi todos sus miembros forman parte de la cadena de suministro de plásticos, entre ellos gigantes petroleros como ExxonMobil, Shell y TotalEnergies, que fabrican los productos químicos básicos utilizados en envases y otros bienes de consumo.

En cinco años, esta iniciativa internacional ha limpiado 119.000 toneladas de residuos plásticos. Sin embargo, en ese mismo tiempo, las cinco principales compañías que integran su comité ejecutivo produjeron 132 millones de toneladas de ese material, una cantidad 1.000 veces mayor.

Las cifras fueron publicadas por Unearthed, un proyecto de investigación de Greenpeace, en la víspera de la Cumbre de Busan (Corea del Sur) y en medio de las arduas negociaciones por alcanzar un tratado global que limite la contaminación plástica.

La postura de esta alianza, con mucho poder de lobby, según la investigación de Unearthed, es que los gobiernos no deben promover leyes para frenar la producción de plástico, sino invertir en la gestión de los residuos, en fortalecer “la transición hacia una economía circular”.

Todo lo que recogen es la producción de dos días

El plástico se fabrica a partir de combustibles fósiles, principalmente del petróleo crudo. Desde 1950 se han producido aproximadamente 9.200 millones de toneladas, que han generado más de 6.900 millones de toneladas de residuos plásticos primarios, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Tres cuartas partes acabaron en vertederos, basureros, corrientes de residuos no controlados o en el medio ambiente natural, incluidos los océanos.

La alianza informa de una recogida de 119.000 toneladas de residuos plásticos en sus primeros cinco años de vida, lo que equivale a menos del 1% de lo proyectado

Ante estas cifras, esta alianza se autoproclamó en 2019 como “el mayor esfuerzo hasta la fecha para acabar con los residuos plásticos en el medio ambiente”. En el evento de lanzamiento, sus directivos prometieron retirar un total de 15 millones de toneladas de residuos plásticos en los primeros cinco años –hasta finales de 2023– con una inversión de 1.500 millones de dólares.

Sin embargo, en su último informe de progreso, que resume las actividades del grupo hasta 2023, la alianza informa de una recogida de 119.000 toneladas de residuos plásticos en sus primeros cinco años de vida, lo que equivale a menos del 1% de lo proyectado. La inversión también ha sido muy inferior a la prometida: 375 millones de dólares, el 25% de lo anunciado.

Para poner esta cifra en un contexto más amplio, la consultora energética Wood Mackenzie examinó la producción de plásticos de cinco de las principales empresas de la alianza: la química Dow, que tiene la presidencia, las petroleras ExxonMobil, Shell y TotalEnergies, y ChevronPhillips, que forman parte del comité ejecutivo.

El análisis determinó que entre 2019 y 2023 estas cinco compañías produjeron 132 millones de toneladas de dos tipos de plástico: polietileno (PE) y polipropileno (PP), más de 1.000 veces de la cantidad limpiada. Es decir, lo retirado en 1.825 días equivale a dos días de producción conjunta de estas multinacionales.

Es difícil imaginar un ejemplo más claro de lavado de imagen verde en este mundo

Bill McKibben codirector ejecutivo de Greenpeace en Reino Unido

En su investigación, Unearthed aclara que el resultado obtenido, los 132 millones de toneladas, está “probablemente subestimado”. El examen de la consultora se centra en dos polímeros, el polietileno, que se utiliza para las botellas y bolsas de plástico, y el polipropileno, que se utiliza para el envasado de alimentos. No incluye materiales como el poliestireno, muy utilizado en la industria automotriz.

Para Will McCallum, codirector ejecutivo de Greenpeace en Reino Unido, “es difícil imaginar un ejemplo más claro de lavado de imagen verde en este mundo”. Julio Barea, responsable de la campaña contra el plástico de esta organización en España, afirma que además del “burdo ecopostureo”, las cifras de esta investigación ponen en evidencia que “reciclar ya no es suficiente”.

“Solo hemos logrado reciclar el 9% de todos los plásticos generados en los últimos 70 años. No podemos seguir apostando a solucionar la contaminación del plástico desde la gestión de los residuos, es imprescindible tomar medidas políticas para avanzar en una reducción de la producción. Con la evidencia científica que tenemos, cualquier decisión que ponga todo el foco en el reciclaje no nos lleva a ninguna parte”, subraya.

El plástico, un salvavidas para la industria fósil

Barea advierte que los plásticos son el “salvavidas” de la rentabilidad futura de esta industria. “Las petroleras ven que los combustibles cada vez se venden menos y que la transición energética es inevitable. Por eso apuestan e invierten con mucha fuerza en el negocio del plástico”, explica.

Según la investigación de Unearthed, Exxon, Shell y TotalEnergies han añadido en conjunto 5,6 millones de toneladas de capacidad de producción de plástico desde 2019

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) predice que los productos petroquímicos impulsarán casi la mitad del crecimiento de la demanda de petróleo de aquí a 2050. Y, según algunas estimaciones, la producción de plástico podría casi cuadruplicarse para entonces.

Según la investigación de Unearthed, los miembros de la alianza tienen en marcha importantes proyectos de expansión de plásticos para los próximos años. Exxon, Shell y TotalEnergies han añadido en conjunto 5,6 millones de toneladas de capacidad de producción de plástico desde 2019.

Shell, por ejemplo, ha duplicado su potencial de producción de plástico desde que se unió a la alianza. En 2022 abrió una planta de polietileno de 14.000 millones de dólares en Pensilvania, Estados Unidos. “Ese proyecto por sí solo costó casi diez veces la cantidad que el grupo de empresas prometió gastar en su campaña de limpieza y ha agregado 1,6 millones de toneladas al año a la capacidad de esta compañía”, revela el estudio.

La expansión continuará en 2025 con la inauguración de un nuevo complejo petroquímico de Exxon en China, que pondrá en funcionamiento al menos 2,5 millones de toneladas de capacidad de polietileno y polipropileno. En paralelo, TotalEnergies negocia con Aramco, la empresa energética saudí, para construir un complejo petroquímico de 11.000 millones de dólares en Arabia Saudí, mientras que Dow avanza en la construcción de su proyecto de 6.500 millones de dólares en Canadá.

Más plásticos, más tóxicos

Si en lugar de limitar su producción, los grandes de la industria del plástico se siguen expandiendo, los tóxicos a los que ya estamos expuestos por convivir con productos derivados del petróleo también irá en aumento, advierte la ONG Rezero, que lucha desde hace años por poner el impacto de los plásticos en la salud en la agenda política.

El diagnóstico de esta organización y de los más de 100 profesionales que han firmado la declaración “Futuro Sin Tóxicos” es que diariamente estamos en contacto con productos que, aunque estén en el mercado, no son seguros.

Los aditivos pueden constituir hasta el 80% del producto final para algunos productos plásticos. No se adhieren al plástico y se filtran fácilmente en el entorno, también en los alimentos dentro del envase

Rosa García bióloga

Se trata, en su mayoría, de artículos de uso cotidiano y de una toxicidad lenta, pero persistente. “Envases de alimentos, juguetes, pañales, utensilios de cocina, productos de limpieza, de cosmética”, ha enumerado Elena Codina, responsable de la Unidad de Salud Medioambiental del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y representante de la Sociedad Catalana de Pediatría.

Su directora, la bióloga Rosa García, explica que en los envases de plástico se utilizan una amplia gama de productos químicos como aditivos con el objetivo de proporcionar una serie de características a los envases como flexibilidad, durabilidad frente al calor o la luz solar o colorantes, entre otras.

“Estos aditivos pueden constituir hasta el 80% del producto final para algunos productos plásticos. Los aditivos no se adhieren al plástico y se filtran fácilmente en el entorno, también en los alimentos dentro del envase. Además, a medida que las partículas de plástico se degradan se exponen nuevas capas y es probable que se filtren más aditivos desde el núcleo del envase a la superficie, y luego, a los alimentos”, detalla.

En una investigación en conjunto con Zero Waste Europe, esta ONG detectó la presencia de sustancias químicas comúnmente utilizadas en envases de plástico en muestras de orinas realizadas a 52 personalidades públicas (políticos, científicas, artistas, chefs, periodistas) de Bélgica, Bulgaria, Letonia, Portugal, Eslovenia y España.

De las 28 sustancias químicas analizadas, se encontró un promedio de 20,5 sustancias químicas en las muestras, entre ellas ftalatos y fenoles, que se asocian al cáncer y enfermedades cardiovasculares, además de afectar el sistema inmunológico y reproductivo.

La semana pasada, Rezero difundió los resultados de su última investigación: el análisis de productos menstruales desechables. La lupa sobre diez muestras de compresas y tampones detectó 19 sustancias asociadas al plástico (ftalatos, ésteres organofosforados y plastificantes alternativos a los ftalatos) que pueden comprometer la salud de las mujeres y las generaciones futuras.

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