El índice que mide el impacto de los planes de estímulo en el cambio climático

Laura Rodríguez

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Cientos de medidas y paquetes para estimular la economía se han anunciado en el último año en todo el mundo para responder a la crisis del coronavirus, pero muy pocos tienen en cuenta beneficios ambientales además de los puramente económicos. Es el diagnóstico que hacen los institutos de investigación Vivid Economics y Finance for Biodiversity (F4B) tras analizar las economías de 30 países en su quinto Índice de Estímulo Verde publicado hace unas semanas. 

En total, 20 de los 30 países evaluados han presentado paquetes de estímulos cuyo impacto negativo en el cambio climático y en la conservación de la naturaleza es mayor que el positivo, y por lo tanto, se alejan de los compromisos adoptados en el Acuerdo de París o la Convención sobre la Biodiversidad Biológica.

Entre los países con mejores puntuaciones en sus planes de estímulos se encuentran Dinamarca, Francia, Reino Unido y España, por ese orden. Los que tienen criterios más negativos son Rusia, Turquía, Arabia Saudí y Singapur. Noruega, curiosamente, es el siguiente con los paquetes más perjudiciales para el medio ambiente por sus ayudas a la industria de los combustibles fósiles y de la aviación.

El Índice de Estímulo Verde incluye a los gobiernos del G20 más Colombia, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Filipinas, España, Suecia y Suiza. Analiza los paquetes de recuperación en las áreas de energía, transporte, industria, agricultura y el sector de los residuos, y los valora en función de si reducen o no los gases de efecto invernadero y de si promueven la conservación de la naturaleza y la biodiversidad.

Entre los programas específicos de estímulos que ha evaluado el informe, el plan de recuperación de la Unión Europea Next Generation EU es el que mayor presupuesto concede a medidas sostenibles, un 37% del total, dirigido a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, promover la eficiencia energética y preservar el capital natural.

En el caso de España, a pesar del impacto ambiental negativo de las ayudas financieras a Iberia, Vueling y Air Europa, la balanza resulta positiva. “Esto se debe a su apoyo al transporte sostenible (a través de las ayudas al desarrollo de redes para el transporte verde, la inversión en investigación del hidrógeno y la formación profesional para el transporte sostenible), al plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española que se deriva de la ayuda europea y a los dos Reales Decretos que favorecen la viabilidad del transporte público y la reducción de barreras a las provisiones de energías renovables a la red energética nacional”, explica el principal economista del informe, Jeffrey Beyer.

Estos estímulos consiguen situar en una posición positiva a España, a pesar de que parte de una actuación ambiental muy deficiente. “Se necesita mucha más acción antes de que podamos ver una verdadera recuperación verde”, explica Beyer, “pero hay señales positivas de progreso en algunos países, sobre todo en Estados Unidos y Canadá”.

Los nuevos planes del Gobierno de Joe Biden, que todavía están en proceso de aprobación en el Congreso, podrían producir, según este informe, un cambio dramático en la tendencia y convertir a Estados Unidos en el país con los estímulos con mayor impacto positivo en el medio ambiente. “Si la Administración cumple su promesa de integrar la crisis climática en foros como el G7 y el G20”, nos dice Beyer desde Reino Unido, “podría además convertirse en el agente geopolítico que se necesita para una acción global sobre el clima y la naturaleza”.