Se está dando una potente paradoja sobre el carbón. Por un lado, se sabe que es la fuente de energía más contaminante, y que su sustitución por otras fuentes de energía es imprescindible para evitar un aumento de la temperatura del planeta en 1,5 °C, tal y como aspira el Acuerdo de París, aprobado en diciembre de 2015. Sin embargo, en los tres años desde la firma del tratado, “la capacidad instalada de carbón ha crecido en más de 92.000 megavatios”, ha advertido Heffa Shuecking, director de la ONG alemana Urgewald. Esta organización ha analizado en este tiempo no solo las plantas operativas en el mundo, sino toda la cadena de producción y de valor de esta industria, incluido quién le presta dinero, en un proyecto de investigación conjunta con otras 26 organizaciones no gubernamentales y el proyecto Banktrack.
En un nuevo estudio presentado esta semana en la ciudad polaca de Katowice, donde hasta el 14 de diciembre se celebra la Cumbre del Clima de Polonia, Urgewald señala los bancos que han financiado a los 120 mayores proyectos de carbón en el mundo desde enero de 2016, un mes después de que se adoptara el Acuerdo de París, hasta septiembre de 2018, y que representan el 68% de la nueva capacidad. “Lo sorprendente es que los bancos europeos, muchos de los cuales han adoptado políticas restrictivas sobre el carbón, todavía representen un 25% de la financiación global a las mayores plantas”, ha comentado Shuecking.
De los 72.000 millones de dólares en préstamos directos identificados de las 30 entidades financieras que más dinero prestaron al carbón en ese periodo, de Europa figuran HSBC con 2.260 millones, Standard Chartered (2.215 millones), ING (1.940), Societé Genérale (1.890), BNP Paribas (1.641), Deutsche Bank (1.209), Barclays (1.165), BayernLB (1.082), UniCredit (1.071), Commerzbank (960), Crédit Agricole (952), Santander (917) y Ladesbank Hessen-Thüringen (914).
La otra sorpresa es el papel de Japón, pues el gigante financiero nipón Mizuho encabezó la lista de estos bancos, con 12.800 millones de dólares en préstamos directos. El resultado no sorprende tanto si se hace memoria hasta el accidente de la central nuclear de Fukushima, en 2011. Tras la catástrofe, las instalaciones pararon y los operadores decidieron contar con las centrales térmicas, en concreto de gas natural licuado y de carbón. Como ha explicado Kimiko Hirata, de la ONG Kiko Network: “Japón tiene el mayor desarrollo de plantas de carbón de cualquier país industrializado, así que muchas compañías también son campeonas del carbón fuera; por consiguiente, los bancos son claves para la expansión del carbón en el mundo”.
Según los datos de la ONG alemana, la industria financiera invirtió más de 478.000 millones de dólares en los 120 mayores proyectos de carbón en el mundo entre préstamos directos, emisiones de bonos y compra de acciones entre enero de 2016 y septiembre de 2018.
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