En Fontiveros (Ávila) ha empezado a generar electricidad de forma reciente una planta fotovoltaica de 800 kilovatios (kW), Fontivsolar, cuya construcción quedó paralizada durante la crisis por las dificultades económicas y los recortes retroactivos en la retribución a las renovables del Gobierno del PP. La instalación a medio construir la compró en 2017 la cooperativa Som Energia, que la ha terminado y la ha puesto a funcionar ahora gracias a las aportaciones de 3.745 personas con las que han podido hacer frente a una inversión de 851.400 euros. Estos particulares pusieron su dinero en Generación kWh, un modelo de inversión que les garantiza la devolución de la aportación a lo largo de 25 años y un ahorro mensual en su factura de la luz (al pagar la electricidad a precio de coste).
Como esta instalación solar de Ávila, hay otros casos en el país de ciudadanos que están invirtiendo para construir plantas colectivas de renovables. Sin embargo, si nos centramos en el rescate de los ciudadanos de instalaciones fotovoltaicas en apuros económicos, plantas de renovables en funcionamiento que iban a ser entregadas a los bancos y que fueron recuperadas por la gente, la gran campeona en España es Ecooo. Esta empresa sin ánimo de lucro ha conseguido rescatar 95 plantas fotovoltaicas en tejados y cubiertas hundidas durante la crisis en 13 provincias españolas, sumando una potencia pico de 4,91 megavatios, gracias a más de 4.000 participaciones de particulares.
Una de ellas es la instalación de 30 kW en la cubierta del polideportivo municipal de Sisante (Cuenca). Esta instalación empezó a funcionar en 2013, después de que invirtiera sus ahorros en ella Bernardino Primo, un taxista de Madrid. “Invertí lo que tenía y lo que no tenía, confiaba en la retribución garantizada en un real decreto, con la firma del Rey”, cuenta. “Pero empezaron primero los recortes del PSOE y luego llegó el Gobierno del PP con Soria, que dio una patada a todo, cambiaron todo el sistema de retribución”.
“No solo me costó dinero, sino también salud, que eso no se recupera”, se indigna todavía. “Me obligaron hasta a devolver dinero, como si hubiera cometido un delito”. Aguantó todo lo que pudo, pero como se lamenta, “al final hay que comer”. Su mayor temor era que se la quedara un fondo de inversión (como los que se hicieron con muchos proyectos fotovoltaicos durante la crisis), cuando conoció a Ecooo. Ahora esta es una de las instalaciones “socializadas” por ciudadanos a través de aportaciones de hasta 100 euros con una rentabilidad del 5% anual después de impuestos.
Como inciden desde Ecooo, “participar en una planta fotovoltaica socializada es mucho más que invertir tus ahorros a cambio de una rentabilidad, supone apoyar otro tipo de economía, una economía real y ética al servicio de las personas”. Según explican, las casi 100 instalaciones rescatadas producen 40.280 MWh de energía renovable al año, que permiten dejar de emitir 35.044 toneladas de CO.
“Cada mañana que me levanto y veo por la ventana el sol, me duele haber tenido que vender”, reconoce el taxista de Madrid, que aún así se muestra contento de que la instalación esté ahora en manos de otros particulares. “Mi economía ya no me lo permite, pero si pudiera invertir en renovables, volvería a hacerlo con los ojos cerrados”.
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