La abogada que ganó en los tribunales al Gobierno holandés por no hacer suficiente contra el cambio climático

Marjan Minnesma cree en la justicia. No solo en la justicia de todos los días o de los pequeños asuntos que abarrotan los juzgados, sino en la justicia con letras mayúsculas que cambia las ideas o al menos pone en cuestión las costumbres de un país.

En 2015, en un caso sin precedentes, esta abogada consiguió la primera sentencia en la historia contra un Gobierno por no proteger lo suficiente a sus ciudadanos de las consecuencias del cambio climático. Al frente de la asociación que preside, la fundación Urgenda, representó a 886 ciudadanos holandeses que, cansados de las falsas promesas de su Gobierno, decidieron acudir a los jueces para cuestionar su legalidad.

El Gobierno holandés no se contentó con la sentencia por considerar que la justicia se había entrometido en política, pero cuando presentó una apelación ante el Tribunal de la Haya, la justicia dio de nuevo la razón a los demandantes. En octubre de 2018 reiteró la necesidad de que el Gobierno tomara las medidas necesarias para reducir las emisiones de COun 25% respecto a los niveles de 1990 antes de 2020.

Ha pasado un año desde aquello y el Gobierno holandés, aun sin rechazar la sentencia, ha decidido que llevará de nuevo su caso a finales de este año ante el Tribunal Supremo con la convicción de que los jueces no pueden decidir sobre un tema que hasta ahora siempre se ha considerado político. Sin embargo, otros como Marjan Minnesma insisten que se trata de una cuestión de bienestar social.

“Nosotros simplemente usamos el argumento de que el Gobierno no hacía lo suficiente para proteger a sus ciudadanos y, por lo tanto, que no estaba cumpliendo con su obligación. El Gobierno nunca ha negado las consecuencias terribles que tendrá el cambio climático, nunca ha debatido la seriedad del calentamiento del planeta; es más, durante más de diez años ha subrayado la necesidad de que se disminuya entre el 25% y el 40% de las emisiones de CO antes de 2020. Por eso el juez consideró que, aunque el porcentaje que se alcanzara dependía de decisiones políticas, la reducción mínima del 25% era necesaria para la protección de los ciudadanos”.

¿Fue el mismo argumento por el que ganaron de nuevo la apelación en el Tribunal de la Haya?

En realidad, el Tribunal de la Haya nos dio la razón y añadió que además del agravio civil se trataba de un asunto de Derechos Humanos. El Gobierno pareció aceptar la sentencia entonces y prometió trabajar por conseguir los objetivos, pero en realidad no ha hecho nada porque las emisiones son similares a las de 2015.

¿Y qué ocurrirá si no se alcanza la reducción del 25% dentro de un año?

Nosotros queremos que el Gobierno actúe así que estamos presentando planes para llegar al objetivo. No queremos precipitarnos en discutir otras opciones porque nos parece que todavía es posible conseguir esa meta. De momento, el Gobierno ha prometido cerrar una planta de carbón, pero se podrían cerrar más y tomar muchas otras medidas. En el caso de que no hagan nada, podríamos volver al juzgado y reclamar una multa para forzarles a actuar.

Ustedes creen que esta acción legal podría incluso llevarse a cabo en otros lugares del mundo…

Nosotros hemos traducido todos nuestros documentos al inglés porque nos parece que podría ser útil para otros países. Si hay una legalidad y jueces independientes creo que una acusación de este tipo es posible. Estamos frente a un problema enorme y una situación de verdadero peligro así que no tomar medidas sobre el asunto sería una violación de la obligación del cuidado de los ciudadanos.

Por supuesto, luego puede presentarse de maneras diferentes. En Irlanda, por ejemplo, se acusó al Gobierno por proponer un plan de reducción de emisiones insuficiente que no alcanzaba las cifras propuestas en el Acuerdo de París. Pero el argumento que hay detrás de la mayoría de estos casos es similar al que utilizamos nosotros.

¿Y qué opina del comentario de un diputado socialista holandés, que sugirió que hoy en día hay muchas personas más preocupadas por la inmigración y que el cambio climático es a veces un campo de una cierta élite de izquierdas?

En Holanda, el 80% de la población está preocupada por el cambio climático y considera que es necesario tomar medidas. Yo prefiero concentrarme en este grupo que en la minoría que prefiere no actuar. Hay que empezar con las personas que quieren hacer algo. Por eso es importante ofrecer soluciones para los hogares, de transporte, y mostrar que un modelo sostenible no es en realidad más caro para los individuos.

La Fundación Urgenda de hecho trabaja con muchas propuestas destinadas al usuario individual

Nosotros realizamos la primera iniciativa en Europa de comprar 50.000 paneles solares para más de 5.000 ciudadanos y conseguimos una rebaja del precio de casi un 30%. También hemos enseñado a los usuarios a reducir un 20% en el uso de la electricidad con pequeños cambios que apenas requieren inversión. A través de las pequeñas acciones puedes reducir de manera considerable el uso de la energía.

Pero también trabajamos con grandes compañías presionando para que se les concedan ayudas e incentivos. Muchas empresas tienen voluntad de hacer cambios hacia modelos más sostenibles y hay que buscar maneras de ayudarlas.

Pero ¿no piensa que al final para poder resolver el gran problema del cambio climático tendrá que haber una solución internacional?

Muchas personas defienden que solo puede producirse un cambio si se hace a escala mundial, pero eso consigue que al final nadie se decida a hacer nada. Yo creo que simplemente debemos empezar y hacer lo máximo que podamos. Con suerte, eso creará un impulso para que se tomen más medidas internacionales, pero no podemos esperar a que el otro se levante antes porque si no lo que es seguro es que nadie empezará.

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