Barbijaputa es el seudónimo de la articulista que encontrarás bajo estas líneas. Si decides seguir leyendo darás con artículos y podcasts sobre el único feminismo sensato que existe: el radical.
Dinero y mujeres
De todo lo que pasó en este vídeo, el programa de Manolo Lama y Jesús Gallego deciden poner en redes sólo este texto:
Micromachismos sí denunció lo que el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, le dijo a una reportera: “yo de dinero no hablo y menos con una mujer”.
Que este señor haya dicho tal cosa en público, con cámaras enfocándole y para toda España, no tiene mayor importancia para nadie. Calló la boca a la reportera, y sus “compañeros”, como aguilillas, aprovecharon el hueco para seguir haciendo preguntas. A ninguno se le pasó por la cabeza dar un paso atrás.
En el programa de Lama y Gallego, por su parte, hicieron su particular mutis por el foro porque, al igual que el propio Cerezo, no verían ninguna problemática en las declaraciones.
Esto es tan sólo un ejemplo de la discriminación machista que las mujeres soportamos día a día, en nuestra vida social y laboral. No nos escapamos ninguna.
Esto no sería posible sin la inestimable ayuda de los hombres como él y de los hombres que, aunque no dirían nunca algo así, se quedan callados y hacen como si nada hubiera pasado.
Y cuanto más ahondas en mundillos masculinizados, como es el caso del fútbol, más se percibe lo aplastante que es esta realidad. Somos intrusas en tantos espacios y tantos gremios, en tal cantidad de lugares y posiciones, que cada vez se hace más difícil responder con educación cuando te preguntan “pero ¿dónde y cuándo se os discrimina a las mujeres?” o cuando te sueltan esa frase rancia y manida de “Ya tenéis igualdad ante la ley” (eso los que se han quedado ahí, y no han pasado en los últimos tiempos a asegurar que somos privilegiadas para la ley, gracias a la Ley de Violencia de Género).
Todos los que se quedan callados y le ríen las gracias a los misóginos que nos violentan, que nos agreden verbalmente, que nos discriminan y nos sacan de las conversaciones, son la base indispensable para que los Cerezo del mundo digan impunemente con medio país viéndolo que no habla de ciertas cosas con mujeres.
Este tipo de comentarios no son inocuos, ni tampoco las situaciones parecidas que vivimos cada día: son el caldo de cultivo perfecto para que siga floreciendo la violencia contra nosotras. Una violencia imparable hasta el momento, que sigue dejando víctimas porque desde cualquier rincón llegan miles de mensajes que le dicen a la sociedad que las mujeres somos sólo semipersonas, seres que no sienten exactamente como los hombres, entes que están habituados a la opresión, al dolor, a la humillación.
Para que exista una lacra como la violencia de género y los feminicidios son necesarios muchos Cerezos -que los hay, y todas conocemos personalmente a unos cuantos- acunados por un sistema con miles de tuercas, que en este caso han sido todos los periodistas de dentro y fuera de ese corrillo y el propio club, que han participado en la humillación y posterior menosprecio al no tomar ninguna medida.
Se empieza por el ninguneo y la condescendencia, como en cualquier base de la pirámide de opresión que miremos: racista, xenófoba, homófoba, y sobre eso se construye todo lo demás: normalización de la discriminación, del acoso, de la violencia psicológica... y de los feminicidios que la encumbran.
No se desmarquen de las noticias que contienen violencia contra una mujer ninguno de los que participan en este tipo de situaciones, directa o indirectamente. Ninguno. Porque todos y cada uno son necesarios para que la violencia de género siga viva y coleando.
Escucha el último programa de Radiojaputa
Escucha el último programa de RadiojaputaCada lunes, un nueva entrega del podcast de Barbijaputa, en eldiario.es.
De todo lo que pasó en este vídeo, el programa de Manolo Lama y Jesús Gallego deciden poner en redes sólo este texto: