Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Sánchez busca impulsar la legislatura con el plan de regeneración democrática
La economía española abre una nueva etapa de crecimiento y sin 'burbujas'
OPINIÓN | 'EREs: Punto final a una ignominia', por Javier Pérez Royo
Sobre este blog

Barbijaputa es el seudónimo de la articulista que encontrarás bajo estas líneas. Si decides seguir leyendo darás con artículos y podcasts sobre el único feminismo sensato que existe: el radical.

La niña en la ciencia

Barbijaputa

  • Iniciativas como las del 11 de febrero llegan a los ojos y a las mentes de esas niñas a las que la sociedad sigue diciendo que es mejor soñar simplemente con ser princesas. Soñar con príncipes que las rescatan porque ellas, por sí mismas y a solas, no deben ni salir a pasear

Este 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia.

¿Por qué es importante celebraciones y tomas de iniciativas como ésta? O lo que muchos se preguntan siempre en días como este: ¿por qué no hacer entonces un Día del Niño y el Hombre en la Ciencia?

Básicamente, al igual que todos los eventos que ponen en valor a las mujeres, este día pretende visibilizar lo invisibilizado, dar a conocer a todas las mujeres que el Patriarcado fue enterrando por el camino, y que eliminó de libros de Historia y de texto.

Porque a pesar de que sólo estudiamos los logros de hombres científicos, lo cierto es que muchos de ellos no serían nadie hoy sin la ayuda de sus compañeras. De hecho, bastantes hombres laureados durante siglos robaron directamente el trabajo a mujeres de su entorno.

La divulgadora de ciencia Beatriz Sevilla tiene una charla imperdible acerca de esto mismo, con algunos ejemplos de Nobeles que ellas “perdieron” por el camino y que acabó en manos de ellos:

La historia está llena de mujeres que ignoraron los mandatos de género que las obligaban a dedicarse a “las labores propias de su sexo”, pero sus vidas, sus descubrimientos e investigaciones, sus inventos y sus logros, o llevan hoy día el nombre de un hombre o directamente desconocemos que fueron obras de ellas.

Aún en 2019 el pensamiento predominante sigue siendo que si las mujeres deciden dedicarse en menor medida a la ciencia es porque “lo prefieren así”, o porque “no les gusta”. Como si los cerebros de hombres y mujeres fueran diferentes y determinaran en cada caso qué nos va a gustar o a disgustar. Como si las preferencias estuvieran más unidas a nuestros genitales que a lo que nos enseñan durante toda la vida.

El patriarcado no sólo ha robado a las científicas, también las ha invisibilizado, privándonos a las demás de referentes indispensables para formarnos. Esto, que niega el propio machista medio, lo ve claro cuando se da la vuelta, como es el caso por ejemplo del Consejo de Colegio de Médicos de Castilla y León, que hace unos días decía que la feminización de la medicina es un problema muy grave. ¿Por qué? Porque tenemos útero. Tal cual. Es tan grave que el simple hecho de que dos de cada tres colegiados en Castilla y la Mancha sean mujeres hizo que este Consejo mandara una carta alertando a partidos políticos, sindicatos y asociaciones relacionadas con el gremio. Dos de cada tres. No parece que sea un problema para nadie que la enfermería, sin embargo, sea una profesión con muchas mujeres que hombres, no sólo en Castilla y la Mancha, sino en toda España. Mucho menos problema el hecho de que las camareras de piso en hoteles sean todas mujeres.

Se alerta de que hay mujeres (con la capacidad reproductiva por bandera) cuando se trata de según qué profesiones, está claro. Esto también es patriarcado, y esta forma de actuar y de pensar aumenta la brecha salarial, gracias a la cual nosotras siempre tenemos más problemas y trabas para llegar a los trabajos mejor pagados.

Que ser mujer trabajadora (fuera de casa) es una carrera de obstáculos no es nada nuevo, pero tampoco es un hecho inamovible o un caso perdido con el que tengamos que comulgar siempre. Iniciativas como las del 11 de febrero llegan a los ojos y a las mentes de esas niñas a las que la sociedad sigue diciendo que es mejor soñar simplemente con ser princesas. Soñar con príncipes que las rescatan porque ellas, por sí misma y a solas, no deben ni salir a pasear.

Escucha el último programa de Radiojaputa

Cada lunes, un nueva entrega del podcast de Barbijaputa, en eldiario.es.

Sobre este blog

Barbijaputa es el seudónimo de la articulista que encontrarás bajo estas líneas. Si decides seguir leyendo darás con artículos y podcasts sobre el único feminismo sensato que existe: el radical.

Etiquetas
stats