“La alegría que demuestra mi nieto al subirse en la bicileta es muy grande”. Así resume José Muñecas, el abuelo de Asier, el cúmulo de sensaciones que experimentan, la primera vez que suben al sillín de un vehículo adaptado, las personas privadas de la posibilidad de practicar el ciclismo debido a sus problemas de movilidad. Este verano, gracias a la empresa de Turismo Activo Burdinkleta, sociedad enlcavada en las Encartaciones, y la Fundación También, han sido muchas las personas que han vivido la experiencia del pequeño Asier. “Incluso los que no pueden pedalear, disfrutan de otros estímulos como dirigir ellos mismos la bici con el manillar, moverse a cierta velocidad o descubrirse capaces de hacer lo que el resto”, explica Rubén Rodrgiuez, uno de los socios de Burdinkleta.
El éxito de la iniciativa, no tanto en cantidad de usuarios como en la satisfacción generada en cada uno de ellos, ha animado a los promotores a extender la oferta de forma continua durante todo el año. La primera etapa a superar, la adquisición de varios modelos adaptados para sustituir a los cedidos temporalmente por la fundación, marcha a buen ritmo. La falta de recursos no les frenó. A través de una campaña de crowfunding iniciada a primeros de septiembre financiarán la compra de varios modelos de vehículos adaptados.
“Queremos llenar ese hueco. Hay una carencia de servicios para estas personas que sufren alguna discapacidad física o psíquica. Nosotros aspiramos primero a volver a ofrecerles la oportunidad de practicar el ciclismo en la medida de sus posibilidades y a la larga, nos gustaria posicionarnos como centro de referencia de turismo accesible, ofertando un amplio abánico de actividades abiertas a todos, hasta a los que padecen patologías más severas. Se pretende que esta iniciativa constituya un elemento tractor de cara a la puesta en marcha de otras actividades variadas que doten de alternativas de ocio a personas con estas características”, cuenta Rodriguez. Por ello han iniciado esta campaña de crowfunding, para recaudar microdonaciones con el objetivo de hacerse con su particualr flota de y cederla gratuitamente a los usuarios. El planteamiento inicial es que puedan usar las dos ruedas en la vía verde Montes de Hierro, lugar donde se ubica la empresa. Esta vía verde está catalogada como accesible por la Federación Vasca de Deporte Adaptado. Además el local de Burdinkleta esta situado en una estación de tren por lo que llegar allí resulta “cómodo, fácil y barato”.
Tandem para personas con discapacidad visual
Los promoteores del proyecto quieren hacerse con modelos que permitan cubrir todo tipo de necesidades de movilidad. Para empezar dos ejemplares del triciclo Mycah, adecuado para niños y adolescentes con parálisis cerebral o discapacidad equiparable. Su uso promueve el crecimiento y aprendizaje del niño de una manera saludable, divertida y segura. Otros dos de Handbike, diseñada para proporcionar a los usuarios con alguna discapacidad en las extremidades inferiores el modo más sencillo de pedalear, dirigir y frenar la bicicleta solamente los brazos, dándoles la posibilidad de mantenerse en forma, a la vez que disfrutan del ciclismo y el deporte al aire libre. Y por último cuatro tandem para personas con discapacidad visual. La dirección de la bicicleta queda en manos de la persona con visibilidad, quien ocupa el asiento delantero, y en el asiento posterior la persona con discapacidad visual aporta tracción y equilibrio, realizando así ejercicio físico.
El ciclismo adaptado es una práctica costosa, inasumible para muchos bolsillos. Algunos de los modelos cuestan cerca de los tres mil euros. Los promotores de la campaña de crowfunding no quieren dejar en la cuneta a estas personas y apelan a la colaboración colectiva para hacer realidad su deseo: que la condición física no sea un freno para moverse sobre ruedas.