Lantegi Batuak evaluará el envejecimiento de sus empleados

Lantegi Batuak lleva ya tres décadas funcionando como iniciativa de trabajo protegido en Bizkaia y cuenta actualmente con más de 2.300 trabajadores, el 63% de los cuales tienen discapacidad intelectual, y 20 centros de trabajo que prestan servicio a 1.000 clientes públicos y privados. Un estudio realizado en 2010 puso de manifiesto que la edad media de su plantilla ha ido creciendo. En 2006 la cantidad de personas con discapacidad intelectual que estaban por encima de los 40 años rondaba el 35%, en octubre del año pasado ya había superado el 54%. Ante esta situación y ante el importante aumento de profesionales de más de 60 años, de 12 a 41 en el mismo periodo de tiempo, la organización de talleres protegidos ha diseñado un protocolo para detectar el deterioro o envejecimiento de sus trabajadores.

El protocolo establece varias líneas de actuación, todas ellas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus trabajadores y paliar el deterioro causado por el envejecimiento. Para empezar, establece perfiles en función del grado de dependencia de cada una de las personas con discapacidad intelectual con el objetivo de determinar los apoyos que necesitarán. Para ello fija unas variables clasificadas en tres grupos (críticas, de media intensidad y de baja intensidad) y analiza cada una de ellas. Entre los conceptos más importantes están la capacidad de cada trabajador para seguir relacionándose con normalidad, su estado de salud física y mental o su movilidad. En la escala menos determinante se encuentran su capacidad de adaptación a nuevas situaciones o las ayudas técnicas que necesitan.

Cuando uno de los profesionales con discapacidad intelectual supera los 40 años o cuando aunque sea más joven presente algún signo de deterioro, sus monitores ejecutarán una primera evaluación de su situación para asignarle un perfil. A partir de ese momento, cada dos años se llevará a cabo una reevaluación de su estado. Cada persona recibirá un mayor o menor grado de apoyo en función del perfil que le sea asignado. Estas ayudas pueden abarcar desde el bienestar físico y material de cada profesional hasta su integración dentro de la comunidad, pasando por sus relaciones interpersonales o su desarrollo laboral.

Lantegi Batuak es un conjunto de talleres cuyos orígenes datan del año 1964 cuando al amparo de la asociación vizcaína a favor de las personas con discapacidad intelectual, Gorabide, un grupo de padres crearon las primeras iniciativas de trabajo protegido del territorio. En 1983 adoptan el nombre de Lantegi Batuak y crean una estructura empresarial para los centros de trabajo que ya estaban funcionando. Su principal objetivo es dar a las personas con discapacidad psíquica una oportunidad para formarse, trabajar y desarrollar una vida lo más independiente posible.

Actualmente son la iniciativa de empleo protegido más importante de Bizkaia y dan trabajo a más de 2.300 personas con discapacidad física, sensorial o algún trastorno mental, aunque el colectivo más numeroso al que prestan apoyo sigue siendo el de las personas con discapacidad intelectual, que forman un 63% de su plantilla. Sus 20 centros de trabajo, repartidos por toda la geografía de Bizkaia tienen más de 30.000 metros cuadrados. Sus empresas prestan servicio a más de 1.000 clientes públicos y privados y están presentes en sectores como el marketing, la jardinería, la automoción, la limpieza, la electrónica o el equipamiento eléctrico.

Sus centros de trabajo y ocupación se ubican en Abadiño, Zornotza, Basauri, Bilbao, Derio, Erandio, Etxebarri, Gernika, Getxo, Loiu, Markina, Sestao, Sondika y Zalla.

Para facilitar la aplicación del protocolo y la detección de estos casos, Lantegi Batuak ha elaborado también un mapa del estado del envejecimiento en sus centros de trabajo. En el mismo se revelaba que en sus talleres de Sestao, Otxarkoaga y Rekalde hay en estos momentos más de 50 personas que superan los 40 años. Mientras que Sondika es el único por ahora que tiene más de 30 trabajadores que superan los 50 años.

En 2012, para diseñar el protocolo, la red de empresas protegidas confeccionó una muestra de 82 personas de varios de sus centros, usuarias del servicio ocupacional y trabajadores del centro especial de empleo. De dicho trabajo proviene el documento final que han publicado recientemente.