En ocasiones se retrata a Euskadi como un territorio al margen de la burbuja inmobiliaria. Un pequeño oasis donde en vez de apostar por el ladrillo, las autoridades prefirieron dar un empuje a la innovación en sus empresas. La realidad es que el País Vasco también tuvo su ración de especulación desmesurada y sobredosis de construcción de casas y muchas instituciones aprovecharon el boom del cemento para hacer caja y financiar grandes obras.
Quizás una diferencia con otros lugares del Estado Español fue que en algunos casos en lugar de pagar con ese dinero aeropuertos sin aviones y urbanizaciones desérticas, se prefirió emprender procesos de transformación largamente demandados por la ciudadanía. Una especie de aplicación ‘jatorra’ –adjetivo que en euskera es sinónimo de buena gente- de la burbuja. Un paradigma de esta otra manera de hacer las cosas es la sociedad pública Bilbao Ría 2000 (BR2000), motor de la transformación de la capital vizcaína durante los últimos 20 años y que ahora afronta momentos de incertidumbre debido a la crisis inmobiliaria.
Premio ‘Capital’ a la mejor transformación urbana, premio ISOCARP a la excelencia urbanística, premio por la reconversión de las márgenes industriales de la ría en la Bienal de Arquitectura de Venecia y un largo etcétera. La verdad es que al trabajo realizado por BR2000 durante estas dos décadas le sobra el reconocimiento internacional. Cualquier ciudadano bilbaíno que conozca el ‘material de partida’ no tiene más que dar un paseo por las orillas de la ría para contemplar los frutos de la transformación. Por si esto fuera poco, todo este proceso de reconversión de entornos industriales a entornos urbanos se desarrolló con una inversión económica mínima por parte de las instituciones, lo que ha venido a denominarse como ‘el milagro bilbaíno’.
BR2000 nació en el año 1992 con su accionariado repartido a partes iguales entre las instituciones del Estado y las vascas. En la parte autonómica, Gobierno vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao tienen un 15% cada una y Barakaldo, el restante 5%. En lo que concierne a Madrid, la cosa queda en el Ministerio de Fomento: Sepes, Entidad Pública Empresarial del Suelo, tiene un 25 %, Adif otro 15 % y la Autoridad Portuaria de Bilbao el 10% que queda.
Cuando se alcanzó el acuerdo inicial en 1992, el socialista José Borrell era ministro de Fomento mientras que en las instituciones vascas había una triple representación nacionalista. José Antonio Ardanza en el Gobierno vasco, José Alberto Pradera en las Juntas Generales de Bizkaia y Josu Ortuondo en el Ayuntamiento de Bilbao. El modelo de funcionamiento que eligieron no resulta demasiado complicado. Establecieron un capital económico inicial reducido (1,8 millones de euros) y dotaron a la sociedad de gran cantidad de suelo perteneciente a todas las instituciones. Este terreno era herencia de la crisis de la industria pesada del los años 80, la mayor parte en desuso y con altos niveles de contaminación. BR2000 se encargaba de diseñar proyectos de limpieza y reurbanización de todo ese patrimonio y vendía parcelas a empresas para financiar las obras.
Con los compromisos adquiridos con hoteles, universidades, eléctricas, centros comerciales y demás promotores privados conseguía liquidez con la que pagaba a las ingenierías y constructoras que se encargaban de los trabajos. Y durante años este modelo ha funcionado con éxito contando, además, con un consenso interinstitucional inédito en Euskadi. Cuando resultaba imposible que las formaciones políticas alcanzaran el mínimo acuerdo en cualquier institución, en el consejo de administración de BR2000 las discrepancias eran pequeñas.
En estos 20 años, la sociedad pública ha invertido un total de 985 millones de euros en las diferentes obras en las que ha participado. En su época de mayor apogeo, entre 2006 y 2010, empleó 361,68 millones.
Un presente complicado
En sus dos décadas de historia, BR2000 ha ejecutado actuaciones muy importantes para cambiar la cara del Bilbao metropolitano hasta adecuarla a la imagen que tiene actualmente. El eje de todas estas operaciones ha sido siempre poner las márgenes fluviales “al servicio de una estrategia ordenada de mejora urbanística, medioambiental y económica”. El primer paso fue trasladar la línea de Renfe-Cercanías que circulaba por Abandoibarra, en paralelo a la Ría, a un nuevo trazado rompiendo de esta manera la barrera industrial que separaba la ciudad del cauce del Nervión.
A partir de ese momento, se pudo comenzar a trazar el plan de reurbanización de la zona comprendida entre el museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna. Un proyecto diseñado por el arquitecto Cesar Pelli y que con el tiempo se ha convertido en una de las estampas más emblemáticas de la reconversión de la ciudad. Esta actuación fue acompañada del soterramiento de las vías de Renfe en la zona de Ametzola, con lo que se consiguió unir el antiguamente aislado barrio de Rekalde con el resto de la villa. En lo que respecta a Barakaldo, antigua cuna de los Altos Hornos de Bizkaia, la actuación más importante se centró en la reurbanización de todo el área de Urban Galindo, una zona industrial de 50 hectáreas, que ahora alberga plazas, parques, instalaciones deportivas y multitud de viviendas. Ahora es una de las zonas de nueva extensión para la urbe más importante de Bizkaia después de Bilbao.
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria y su inexorable viaje hacia Euskadi, BR2000 vio como su actividad se ralentizaba. El número de proyectos que las administraciones le encargaban se vio considerablemente reducido, especialmente a partir del año 2010. Actualmente sólo tiene dos actuaciones en cartera, ambas arrancadas hace tiempo. Se trata del soterramiento de la línea de mercancías de Adif a su paso por Rekalde e Irala, una actuación fruto de un acuerdo interinstitucional suscrito por el Ministerio de Fomento, la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao, Adif y BILBAO Ría 2000, y la urbanización de Garellano.
Más decisivo aún de cara al futuro de la sociedad es el estado actual de sus cuentas. En plena burbuja inmobiliaria, BR2000 era capaz de financiarse prácticamente a coste monetario 0 para las instituciones gracias a la venta del patrimonio público. Con la crisis del ladrillo, la sociedad ha empezado a acumular deuda para poder hacer frente a sus compromisos. Actualmente acarrea unas obligaciones de 195,7 millones de euros con un pool de bancos cuyos principales agentes son el BBK y el BBVA. En 2014 tendrá que hacer frente al pago de 45,7 millones de euros, en 2015 a otros 100 y entre 2016 y 2017 a los restantes 50.
En total, instituciones como el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación o el Gobierno vasco tendrían que aportar cerca de 30 millones de euros para saldar esta deuda, mientras que al Ministerio de Fomento tendría le tocaría pagar casi 100 millones. Una alternativa es vender las tierras que todavía le quedan a BR2000, pero en el actual estado de crisis y con el precio del suelo bajo mínimos las expectativas no son muy halagüeñas.
Hacia la liquidación
En esta situación, el debate reinante actualmente entre políticos e instituciones gira en torno a la idoneidad de ejecutar la liquidación de BR2000. Aunque con diferentes matices en función de la institución por la que hablen y cada uno por razones completamente dispares, el resumen de la opinión de los principales partidos es el siguiente: PP, PNV y Bildu están a favor de una liquidación ordenada, mientras que el PSE le sigue viendo utilidad a la sociedad.
Cristina Ruiz, portavoz municipal del PP en Bilbao, y miembro del consejo de administración de BR2000 en nombre del Ministerio de Fomento, cree que “no están las cosas para hacer castillos en el aire”. “A todos nos gustaría que las circunstancias fueran otras, pero no parece razonable continuar apoyándola”, argumenta. La concejal popular hace hincapié en el déficit que actualmente acumulan las empresas dependientes del Ministerio de Fomento como Adif, de varios cientos de millones de euros, y no cree que se puedan permitir cargar con el coste de otra sociedad en números rojos. Por eso, cree que “hay que hacer una liquidación con dignidad y con reconocimiento a la historia de BR2000”. “Que los árboles no nos impidan ver el bosque: el enorme trabajo y consenso que ha habido detrás de ella durante todos estos años”, apunta.
Ibon Areso, concejal encargado del área de urbanismo en el Ayuntamiento de Bilbao prefiere centrarse en la historia de la sociedad, “cuyo trabajo en todos estos años ha inspirado a muchas ciudades en proceso de transformación en todo el mundo”. “Pero lo mejor de BR2000, ha sido su capacidad para sentar las bases de futuras colaboraciones interinstitucionales basadas en el respeto y en la confianza mutua, con el objetivo común de mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía”, detalla. Los responsables municipales del PNV prefieren no valorar todavía la liquidación. Sin embargo, otros compañeros de partido como el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, tienen menos miramientos. En una reciente entrevista concedida al periódico Deia, Bilbao decía estar a favor de un “proceso ordenado” de liquidación.
Alfonso Gil, portavoz municipal del PSE en la capital vizcaína, cree que “hay un interés, fundamentalmente por parte de Fomento, para acabar con BR2000”. “Nosotros creemos que podría seguir siendo un instrumento valioso para seguir desarrollando el concepto de Bilbao metropolitano”, contrapone. En su opinión, BR2000 tiene actualmente un problema económico debido al estado del mercado inmobiliario. “Pero ha sido un proyecto donde todas las administraciones nos hemos puesto de acuerdo y a nada que la situación mejore sigue teniendo mucha viabilidad”, argumenta. Al edil socialista le preocupan especialmente los compromisos que la sociedad todavía no ha cumplido con la villa “como su proyecto para las laderas del monte Irala”. “¿Quién se hará cargo de esas operaciones que Bilbao todavía necesita?”, se pregunta.
Para Aitziber Ibaibarriaga, portavoz municipal de EHBildu, la situación actual de BR2000 es “consecuencia lógica del fracaso de un modelo urbanístico basado en la especulación”. “Es mentira que la sociedad se financiara a coste 0, la venta sin límite de patrimonio público ha sido la gasolina de la transformación”, critica. Ante la liquidación, EHBildu ha pedido “luz y taquígrafos” para “garantizar que se respeten los derechos de la ciudadanía”. La coalición abertzale ha presentado iniciativas en todas las instituciones para estar presente en los consejos de administración de la sociedad que se celebren a partir de ahora.