Los padres y madres de Bilbao llevan años peleando para que se amplíe la oferta de educación pública en la villa. La escasez de plazas escolares afecta especialmente al distrito de Ibaiondo y concretamente a los barrios de Miribilla y la Mina del Morro donde la tasa de natalidad es la más alta de toda la capital vizcaína. La plataforma Ibaiondo, compuesta por padres, vecinos y docentes del distrito cree que los acuerdos alcanzados con el Gobierno vasco y el Ayuntamiento podrían solucionar los problemas para los niños de primaria en un plazo de 3 o 4 años. Sin embargo, siguen reclamando un nuevo instituto público para los estudiantes de secundaria de la zona.
A día de hoy un niño bilbaíno podría llegar a tener un itinerario educativo que le mueva por media ciudad en función del nivel en el que se encuentre. Podría realizar la primaria en alguna de las codiciadas plazas de Miribilla, pasar a realizar la secundaria en Rekalde y completar el Bachillerato en Txurdinaga. Es un reflejo del desigual crecimiento que ha tenido la capital vizcaína durante la última década, especialmente en barrios como Miribilla donde el equipamiento docente no ha aumentado acorde con la población.
La plataforma Ibaiondo lleva años reclamando la ampliación de la oferta educativa en el distrito 5 y parte de sus peticiones se han atendido, aunque la respuesta no haya sido de su gusto en todos los casos. La principal medida ha sido la ampliación del colegio de infantil y primaria Iruarteta para absorber el exceso de alumnos de Miribilla. Se trata de un proyecto que va ahora mismo contrarreloj porque el centro ya tiene cuatro aulas diferentes en sus niveles iniciales cuando originariamente se había ideado para dos. A pesar de eso, las obras todavía no han empezado. “En dos años no van a caber los niños y desde la Delegación de Educación ya nos han dicho que no terminarán a tiempo”, revela Jokin Alberdi, representante del distrito Ibaiondo en el consejo escolar de Bilbao y portavoz de la plataforma.
La solución, además, no les convence porque creará un ‘macrocentro’ de más de 1.000 alumnos “en el que es muy difícil sacar adelante un proyecto educativo”. Algo que ha soliviantado a muchos de los padres que en su día matricularon a sus hijos en lo que creían que iba a ser un colegio de dos líneas.
Sin embargo, Alberdi admite que una vez que esté terminado aliviará en gran medida los problemas de exceso de alumnos en primaria que tiene ahora Miribilla. Este compromiso del departamento de Educación, junto a la ampliación del colegio San Adrián y la introducción de la secundaria en Pagasarribide, solventarían los problemas de la zona que queda al oeste del barrio y hasta Rekalde. Sin embargo, la plataforma Ibaiondo cree que todavía quedan carencias si se mira en dirección contraria.
Concretamente, haría falta otro centro de secundaria para dar respuesta a los alumnos del Casco Viejo y al exceso de estudiantes que dentro de poco saldrá de Iruarteta. La Ikastola Karmelo, recientemente reinaugurada en Bolueta y que el año que viene tendrá oferta de secundaria, les queda lejos y no podría absorber a todos los alumnos. Desde su punto de vista, la solución ideal sería construir un nuevo instituto en Miribilla, pero la Administración no parece estar por la labor.
“El Ayuntamiento reservó una parcela hace años y no se ha hecho nada”, señala Alberdi. “Siempre tienen alguna excusa como que el suelo está contaminado, pero al final es cosa de ver cual de las dos instituciones –Ayuntamiento o Gobierno- se hace cargo de los gastos”, añade. “Para hacer el Bilbao Arena no hubo ningún problema así que yo creo que es una cuestión de prioridades políticas: ¿preferimos las grandes infraestructuras y los espectáculos o los equipamientos educativos?”, se pregunta.
Recientemente, les han presentado un proyecto alternativo que consistiría en ampliar el centro de FP Emilio Campuzano en Atxuri. Toda la propuesta, sin embargo, está todavía en pañales y no queda claro si tendrá viabilidad. La ampliación se llevaría a cabo dentro de un proyecto urbanístico que prevé usar la parcela que se encuentra detrás del instituto actual para construir un nuevo edificio con dos plantas dedicadas a un parking y otras dos para uso docente.
El problema es que varios de los parkings que ya hay construidos en Bilbao no destacan precisamente por su rentabilidad, por lo que no parece una inversión que se pueda acometer a corto plazo dada la situación económica actual. Además, el mismo Emilio Campuzano también tiene problemas con su equipamiento actual y necesitaría usar parte del espacio para acomodar mejor a sus alumnos. En cualquier caso, lo que piden los padres y vecinos es que se concrete el proyecto y se empiece a tramitar cuanto antes.
En el lado positivo de las cosas, el portavoz de la plataforma Ibaiondo celebra que el nuevo departamento de Educación haya decidido tener una interlocución directa con ellos frente al tratamiento individual de cada problema al que estaban acostumbrados. “Esto a la larga va a facilitar que se den soluciones integrales y no quede ninguna zona descolgada”, apunta. “Somos moderadamente optimistas porque en los últimos 3 o 4 años se ha hecho algo, pero todavía faltan cosas por hacer”, concluye Alberdi.