📩 BOLETÍN | Freno y traición

23 de septiembre de 2024 09:12h Actualizado el 24/09/2024 08:17h

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Antes de empezar, una novedad. Los lectores de elDiario.es estáis demostrando que los boletines son un formato estupendo para relacionarse con la actualidad de otra manera. Así que nuestra familia de boletines crece. Si cada sábado los socios y socias de elDiario.es ya reciben la carta de Ignacio Escolar, los domingos tendremos a partir de ahora ‘Política para supervivientes’, la mirada única de Iñigo Sáenz de Ugarte. Aquí la primera entrega, por si se te traspapeló ayer.

Por dónde va el día

Freno y traición

Cada vez que se vota en Europa es ya una batalla de todos. El auge de la extrema derecha en países que creíamos vacunados convierten cada elección regional, cada batalla por una alcaldía, en una noticia que nos incumbe. De Alemania nos llega algo de alivio. El partido ultra que encendió las alarmas internacionales ganando, por primera vez desde tiempos de Hitler, en unas elecciones del estado de Turingia, no pudo repetir victoria ayer en otro estado. El partido socialdemócrata (SPD) consiguió ganar en Brandeburgo, el ‘land’ que rodea Berlín. Pero vamos, tampoco es que sea para tirar cohetes: los ultras (AfD) son segunda fuerza. La participación fue del 74%, casi 13 puntos por encima de los últimos comicios de 2019.

Pero hablemos de Francia. Porque allí también dijimos hace dos meses que la izquierda había ganado las elecciones y frenado a la ultraderecha y, sin embargo, lo que tenemos ahora es una situación en la que el Nuevo Frente Popular ha sido marginado del juego: Macron ha obviado el resultado electoral y acaba de designar un gobierno de derechas con ministros que buscan complacer a la extrema derecha en materia, por ejemplo, de inmigración. La izquierda francesa, que llegó a un acuerdo con Macron para coordinarse en la segunda vuelta contra Le Pen, se siente traicionada.

Hoy en el podcast, hablamos de Macron. Intentamos entender a un líder cuya carrera política ha sido, básicamente, una sucesión de alianzas interesadas y traiciones.

Un boom silencioso

El discurso de la libertad a toda costa tiene sus grietas y hasta el alcalde de Madrid es capaz de verlas. Martínez Almeida está empezando a revertir sus propias políticas de vivienda o movilidad. Acaba de anunciar que limitará los pisos turísticos, ha decidido prohibir los patinetes eléctricos de alquiler y ha acabado defendiendo las zonas de bajas emisiones de coches después de básicamente convertirse en alcalde atizando a Carmena por ‘Madrid Central’. Hasta ha tenido que aceptar, aunque solo sea para defenderse en los juzgados, que los macroconciertos en el Bernabéu hacen ruido.

Es importante lo que diga Almeida porque luego ya sabemos que Madrid crea mucha tendencia en la derecha. Por ahora, la realidad no ha calado por ejemplo en Andalucía, donde la Junta dice que el problema del precio de los alquileres es culpa de la ocupación. Venga, todos a aplaudir a Manu Tenorio.

En realidad las razones hay que buscarlas en otro sitio, y muchas veces no se habla absolutamente nada de ellos. Este dato por ejemplo me ha pillado por sorpresa: el 30% de los pisos en alquiler que se anuncian en Idealista se ofertan bajo la fórmula de “alquiler de temporada”.

¿Qué significa eso? Que no son pisos turísticos, pero tampoco alquileres normales. Son alquileres “por meses”, una figura que legalmente existe y que está pensada por ejemplo para profesores que cada curso están en una ciudad y que solo necesitan alquilar de septiembre a junio. O camareros que están de junio a septiembre en una zona de costa, por ejemplo. Pero no es que se haya multiplicado el trabajo temporal en España. ¿Qué está pasando entonces? Pues hacer contratos “de temporada” es un truco que usan propietarios (empujados por inmobiliarias, en muchos casos) para eludir los límites a la subida de precios (y a las comisiones inmobiliarias) que establece la nueva ley para alquileres ‘normales’. Consecuencia: precios un 35% más caros.

Te decía que la media en las grandes ciudades está en el 30% de la oferta. Pero mira los números de Cádiz, Barcelona o San Sebastián.

Tienes todo y mucho más en este reportaje de datos.

En Reino Unido han tenido una (vieja) idea: construir ciudades nuevas.

Que no se te pase

Encuesta Simple Lógica. Tenemos nuevo sondeo en elDiario.es: el PP mantiene los tres puntos de ventaja sobre el PSOE, pero el bloque de la izquierda retrocede por la bajada de Sumar, que encadena seis meses de caída.
Israel-Líbano. El fin de semana ha sido un ir y venir de ataques entre Israel y Hizbulá. La milicia ha lanzado cohetes contra el norte de Israel. Y el Ejército israelí ha bombardeado posiciones en el sur del Líbano. La escalada después de las explosiones en remoto de dispositivos móviles no se detiene. Y en Gaza, Israel sigue matando. En una escuela.
Suicidio a la vejez. La mayor tasa de suicidios en España se da entre las personas mayores de 80 años. La mayoría, hombres. ¿Sorprendido? ¿Puede que no? Son muertes invisibles, que a veces se maquillan para vincularlas a otras causas, para aliviar el tormentoso sentimiento de culpa de los hijos, pero ahí están. Aquí un reportaje con datos.

Cosas que no sabía

No conocía las muchas historias que esconden los pueblos sumergidos por los muchos pantanos construidos en España. No sabía, o más bien no me había parado a pensar, que en aquellos pueblos no solo había casas de las que la gente se pudo mudar (traumáticamente). Había cementerios, cuyas tumbas hubo que sellar para que no salieran con el tiempo ataúdes y huesos a flote en el embalse. Un libro trata de recuperar esa violencia y aquí se reseña.
No sabía que la palabra “tío/tía” como término para referirnos informalmente a alguien (“qué pasa, tía” o “ese tío quién es”), surge hace relativamente poco, en los años 70. Es la evolución de un uso más formal para denotar respeto por alguien mayor en los pueblos. Es decir, usar un “buenos días, Tío Juan” sin que ese Juan sea tu tío sino tu vecino. La migración del campo a la ciudad, del respeto a la rebeldía, transformó la jerga juvenil y “tío” pasó a ser cualquiera, bro.
No conocía la historia del equipo de fútbol brasileño que decidió en 1981 tomar sus decisiones (fichajes, administración, etcétera) por voto igualitario entre jugadores, entrenadores y trabajadores. No era un club cualquiera: el Corinthians, un clásico del país, que tenía jugadores de élite con convicciones políticas como Sócrates. El equipo, en horas bajas, recuperó su mejor nivel, ganó campeonatos y consiguió sanear toda su deuda. Todo esto durante una dictadura militar. La fuerza para ir contracorriente les aguantó tres años.

Hasta aquí llegamos por hoy.

Un abrazo,

Juanlu.

Sobre este blog

'Al día' y 'Un tema Al día' son el boletín y el podcast de elDiario.es para mantenerte informado con las claves de actualidad cada mañana. Con Juanlu Sánchez, subdirector de eldiario.es, y las aportaciones de toda la redacción.

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