Éste es el boletín personal de Ignacio Escolar, en exclusiva para socios y socias de elDiario.es: una carta semanal en agradecimiento a nuestra comunidad por su apoyo con claves, datos y recomendaciones personales del director de elDiario.es. Si tú también lo quieres leer y recibirlo cada sábado en tu buzón, hazte socio/a aquí:
Todo vale contra el Gobierno
Varios medios conservadores (El Mundo, Telemadrid, El Debate, la COPE…) publican esta semana la historia de Susana, una chica trans que empezó un tratamiento con hormonas a los 15 años, que se extirpó los pechos, los ovarios y el útero al cumplir la mayoría de edad y que, años después, se arrepintió. Ahora reclama a la sanidad pública una indemnización por los daños causados. Argumenta que padece autismo y que los médicos que la trataron no se lo diagnosticaron.
El asunto, cómo no, sale a colación de la nueva ley trans. Ya sabes: todo, y digo TODO, es siempre culpa del gobierno de coalición.
¿Es habitual que un adolescente que se somete a un tratamiento hormonal se arrepienta después? Los datos dicen que ocurre muy pocas veces. Según el estudio más serio al respecto, publicado en The Lancet, el 98% de los adolescentes trans que inician tratamiento hormonal continúan años después. Es un porcentaje muy alto, pero no absoluto. Probablemente hay otros casos como el de Susana; iniciar uno de estos tratamientos no debe de ser una decisión fácil de tomar.
Toda mi solidaridad con esta joven; desde luego lamento su situación. Pero es muy triste que dramas personales como este se utilicen como munición política, como arma para la manipulación. Porque los datos son los que son:
- Esto es algo que ocurrió años antes de que se aprobara la nueva ley.
- Con la ley trans, Susana no habría tenido que someterse a una operación quirúrgica ni a un tratamiento con hormonas para cambiar de sexo en el Registro Civil. A las personas trans no se les niegan estos tratamientos irreversibles, pero ya no son una obligación para cambiar de nombre y de sexo legal.
- Esta joven se operó en Galicia y ahora demanda a la sanidad pública gallega. ¿El máximo responsable de esa administración en esa época? Seguro que les suena el nombre: Alberto Núñez Feijóo.
- Su tratamiento en la sanidad pública fue posible gracias a la primera ley autonómica contra la discriminación LGTBI que se aprobó en España. Fue en el 2014, en el Parlamento de Galicia. En su artículo 20 garantiza la “atención sanitaria” para “las terapias relacionadas con la transexualidad”.
- Esta ley pionera salió adelante con una mayoría abrumadora en el Parlamento de Galicia: también con los votos del PP y de Feijóo.
No pidas coherencia a Feijóo
¿Cómo explicar que el mismo político que aprobó una de las primeras leyes trans de España ahora cargue contra la nueva ley trans? Con Feijóo es posible.
Son aún más toscos los bulos que despliega el líder de la oposición. “Con la nueva ley ya no seremos padres, seremos progenitores no gestantes”, dice Feijóo entre risas del público. Por supuesto, es mentira.
No te pierdas, sobre esta misma polémica, el estreno de la escritora Elizabeth Duval en elDiario.es. Duval tiene solo 22 años, pero habla y escribe con una profundidad, densidad y coherencia inusual en su edad –a mí me acompleja un poco, con 22 años yo estaba en el tecno pop–. Hace tiempo que la leo, y que intento convencerla para que escriba en elDiario.es. Al fin lo he conseguido: publicará con nosotros un artículo semanal.
La “gente de bien” (y los vagos y maleantes)
“Deje ya de molestar a la gente de bien y de meterse en las vidas de los demás”, dice también (a Pedro Sánchez) Alberto Núñez Feijóo. Analizo la frase, que le define muy bien, en este artículo que he publicado en mi blog.
También escribe sobre este asunto Iñigo Sáenz de Ugarte, que siempre titula mejor que nadie: Feijóo sólo se preocupa por la “gente de bien” entre los que seguro que no están los que lean este artículo.
La última teoría de la conspiración
“Podemita de mierda, narco de mierda, escoria sudaca, muérete, hay que ser malnacido para condenar a toda la humanidad a vivir en guetos”.
El receptor de este mensaje es el colombiano Carlos Moreno, que está estos días en España. Es asesor de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y también el creador de un interesante concepto: la ciudad de los 15 minutos. Consiste en repensar los barrios para que todo esté a mano, y no perdamos media vida en un atasco.
¿El problema? Que una parte de la derecha ultra más loca cree que eso de los 15 minutos va a ser obligatorio: que quienes buscan una ciudad más sostenible quieren encerrar a la gente en pequeños guetos y prohibirles salir. Lo explica el propio Carlos Moreno en esta entrevista que publicamos hoy: “He visto un vídeo de El Gato al Agua a un señor con un parche que dice que pertenezco a un Gobierno invisible que maneja el mundo, que el Foro Económico Mundial me dice lo que tengo que decir… Si no fuera muy serio me moriría de la risa, pero este conspiracionismo viene con amenazas de muerte”.
No sé tú, pero yo en esto veo un patrón. ¿Por qué la derecha confunde siempre abrir posibilidades (que una pareja gay pueda registrarse como progenitores en vez de como padre y madre, o que puedas ir andando a trabajar) con cercenar libertades? ¿Cuál es exactamente su concepto de libertad? ¿Por qué molesta que otros puedan elegir?
La guerra que ha cambiado Europa
Añadiría dos palabras al titular de esta crónica de mi amigo y cofundador de elDiario.es Andrés Gil, nuestro subdirector de Internacional: La guerra que ha cambiado Europa… a peor. Más armas, más OTAN, un mundo más dividido y una invasión que ya ha costado miles de muertos y cumple su primer año sin visos de pronta solución.
Nuestros compañeros Gabriela Sánchez y Olmo Calvo están estos días en Ucrania (puedes leer todas sus piezas desde el terreno aquí). Anoche durmieron en Járkov y hoy entrarán en la zona de conflicto: el Donbas. El domingo podrás leer su información de primera mano, desde Kramatorsk.
Te confieso que siempre que enviamos a alguno de nuestros periodistas a una zona de guerra estoy intranquilo, lo paso mal. Volved pronto, compañeros. Y cuidaos mucho.
Jugarte la vida por el periodismo
Tal vez no sepas quién es Lydia Cacho. Sin duda deberías conocerla. Esta periodista mexicana combatió la impunidad de una gran trama de pederastia en México y logró encarcelar a sus principales responsables: importantes políticos y empresarios. Ha pagado un precio muy alto por su trabajo. Lydia fue secuestrada y torturada, ha sufrido numerosas amenazas de muerte y desde hace unos años está exiliada en España.
Este jueves, estuve con Lydia en Santander, en las III Jornadas de Periodismo que ha organizado nuestra edición en Cantabria. Puedes ver la charla que tuvimos aquí. Mi primera pregunta fue la que tú te harías también: “¿Merece la pena, Lydia?, ¿merece la pena el coste personal que has pagado por tu periodismo?”.
“Gracias a esa investigación por la que me secuestraron logramos que se transformaran leyes y se condenara a los responsables”, me contestó Lydia: “Yo estoy muy orgullosa de lo que he hecho y no lo cambiaría por nada”.
“Claro que merece la pena”, respondió Lydia. Y tiene toda la razón.
Rebeldes y libres
Lydia Cacho acaba de publicar un último libro, escrito desde España, que os recomiendo: ‘Rebeldes y libres’ (en esta entrevista con Ana Requena lo explica en más detalle). Ha hablado con decenas de chicas de entre 11 y 17 años sobre feminismo, derechos humanos y su vida de adolescentes. Me ha parecido un trabajo brillante para entender a una generación a la que muchas veces criticamos sin conocer demasiado bien.
La X de la Kitchen
La Fiscalía Anticorrupción pide para el exministro Jorge Fernández Díaz una condena de 15 años de cárcel por el espionaje a Bárcenas. La instrucción está cerrada y ha sido un gran éxito para el PP: encapsular toda esa operación parapolicial para destruir las pruebas que apuntaban al partido y a Rajoy como una iniciativa personal del ministro y su equipo. Solo de ellos, según la instrucción judicial.
¿Nadie más sabía nada, ni en el Gobierno ni en el partido?
¿Cospedal? Desimputada.
¿Rajoy? Ni siquiera fue llamado a declarar.
Todo un triunfo de la derecha, tras la investigación judicial del juez Manuel García Castellón (ya saben: tan duro contra Podemos como laxo con el PP).
Puede que en el futuro, tal vez, nos enteremos de quién es la X de la Kitchen, como explica Pedro Águeda. Lo mismo lo descubrimos el mismo día en que sepamos quién era ese misterioso M. Rajoy.
Lo dejo aquí por hoy. Me riñen siempre mis compañeros de que me queda una carta un poco larga, pero ya sabes que me quiero esforzar para que tenga interés.
Gracias por leerme y por tu apoyo a elDiario.es. Espero que la semana haya sido buena y que este finde puedas descansar. Yo al menos lo intentaré.
Un abrazo,
Ignacio Escolar
Varios medios conservadores (El Mundo, Telemadrid, El Debate, la COPE…) publican esta semana la historia de Susana, una chica trans que empezó un tratamiento con hormonas a los 15 años, que se extirpó los pechos, los ovarios y el útero al cumplir la mayoría de edad y que, años después, se arrepintió. Ahora reclama a la sanidad pública una indemnización por los daños causados. Argumenta que padece autismo y que los médicos que la trataron no se lo diagnosticaron.
El asunto, cómo no, sale a colación de la nueva ley trans. Ya sabes: todo, y digo TODO, es siempre culpa del gobierno de coalición.