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El victimismo de Ayuso, o cómo convertir un privilegio en un agravio
Hola. ¿Cómo ha ido tu semana? Yo te escribo esta carta desde un tren. Volviendo a Madrid desde Barcelona, donde ayer celebramos la tercera edición de nuestra jornada de Movilidad Sostenible. Entre otras cosas, entrevisté al nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, y le pregunté por una de las polémicas más ridículas de esta semana: sobre el enorme enfado de Isabel Díaz Ayuso, por no haber sido invitada a la inauguración de la nueva línea de alta velocidad entre León y Asturias.
Repito: el tramo entre León y Asturias. Estaban por tanto invitados dos presidentes autonómicos: el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el de Asturias, Adrián Barbón. Pero a la gran diva de la política nacional le parece un agravio brutal no haber sido invitada ella también, con el peregrino argumento de que ese tren sale de Madrid.
Los datos. En los últimos años, se han inaugurado otros tramos de otras líneas de AVE a los que nunca fue invitada la presidenta de Madrid con el mismo criterio que que se empleó esta vez: porque eran tramos ferroviarios de Burgos, de Galicia, de Murcia… No de Madrid. Aunque la línea –como todas, igual que buena parte de las autovías– empezara en la capital.
“En España hay un ecosistema dentro de la M30 que se cree que Madrid es todo”, me respondió el ministro Puente, y no le falta razón. Porque esta anécdota de Ayuso simboliza muy bien cierta cosmovisión madrileña: el pensamiento de unas élites políticas y económicas que ven agravios donde solo hay privilegios. Que se consideran víctimas del resto de España cuando es justo al revés.
El privilegio es muy evidente: todas las líneas de alta velocidad españolas –todas ellas, sin excepción– nacen y mueren en Madrid. Una realidad que hemos naturalizado, pero que a estas alturas no debería ser así. El AVE no ha nacido anteayer: empezó en 1992. Hoy somos el país del mundo donde estas líneas de alta velocidad están más desarrolladas. En kilómetros totales (más de 4.000) solo nos gana China. Pero, respecto a nuestra población, no hay otro país del mundo con más porcentaje de sus habitantes conectados por alta velocidad.
Conectadísimos, claro está, si quieres ir a Madrid. O si vives en Madrid. O si tienes suerte y la red radial se solapa con tu viaje, y vas de Zaragoza a Lleida, o de Asturias a León. ¿Quieres viajar de Barcelona a Valencia, en ese famoso eje Mediterráneo aún pendiente? ¿O de San Sebastián a Gijón? ¿O de cualquier otro lugar a Extremadura? Pues mejor olvídate del tren.
Aún está por estrenar un solo tramo de alta velocidad que no beneficie directamente a Madrid. Un claro privilegio donde Ayuso ve el agravio de que no le inviten a la inauguración.
El mismo día en que se quejó de “haber sido vetada por Pedro Sánchez”, Ayuso también denunció que el Gobierno “se lleva sedes fuera de Madrid”. Lo cual es falso, para no variar. No se ha trasladado a ningún organismo público, ministerio o institución. Prácticamente todo sigue en Madrid, como siempre. La única novedad es que algunas sedes nuevas han ido a otras ciudades, como la de la Agencia Espacial Española, que tendrá sus oficinas en Sevilla. El matiz es importante: para Ayuso, el “agravio” es que haya inversión pública en cualquier otra ciudad. Para ella, solo se lo merece Madrid, y nadie más.
Otro ejemplo. ¿Recuerdas todo lo que dijo el PP cuando se conoció el pacto entre el PSOE y ERC para que el Gobierno asumiera la deuda de las autonomías? Pues varios estudios apuntan a que las comunidades más beneficiadas van a ser tres gobernadas por el PP: Andalucía, Comunitat Valenciana y Madrid. No solo Catalunya. No les escucharás rectificar.
La legislatura acaba de empezar y va de mal en peor. Los creadores del “que te vote Txapote” han convertido el “qué hijo de puta” de Isabel Díaz Ayuso en un nuevo meme viral: “Me gusta la fruta”. Una bromita que ya usa hasta el alcalde José Luis Martínez Almeida en los plenos del Ayuntamiento de Madrid, degradando a nuevos mínimos el decoro institucional. Y cuando pensábamos que hacer chanzas con un insulto al presidente del Gobierno ya era un límite imposible de superar, va el PP y acusa a Pedro Sánchez de ser cómplice del terrorismo de Hamás. Por decir exactamente lo mismo que defiende Naciones Unidas (¿terroristas también?). Mientras Israel reanuda los bombardeos en los que han muerto ya miles de víctimas inocentes.
Aunque el premio al político más cínico de la semana se lo lleva Antonio Tajani, líder de Forza Italia –el partido que fundó Silvio Berlusconi– y vicepresidente del Gobierno que preside Giorgia Meloni. El jueves, puso este tuit.
La traducción, por si te pierdes con el italiano. “En España gobierna la extrema izquierda. En Italia les hemos derrotado. Nosotros respetamos el Estado de derecho. ¿Ocurre lo mismo en Madrid? En Italia gobierna el PP Europeo, en España los secesionistas”.
Los datos. Tajani no es el único vicepresidente italiano ni allí gobierna en solitario Forza Italia, que forma parte del PP europeo. Hay un segundo vicepresidente, Matteo Salvini, que es líder de un partido de extrema derecha que ahora se llama “La Liga” pero que durante décadas se llamó “La Liga Norte”. Un partido secesionista que, entre 1996 y 1997, puso en marcha una declaración unilateral de independencia y un referéndum de autodeterminación para crear la República Federal de Padania; para separar la parte norte de Italia, la más rica, de los “parásitos” del sur.
En aquel referéndum de autodeterminación votaron cerca de cinco millones de personas. Ganó el ‘sí’ a la independencia por abrumadora mayoría, aunque con una participación muy baja. La Liga Norte creó un nuevo gobierno, un nuevo parlamento de Padania, y arrió la bandera italiana –que mandó “de vuelta a Roma”–. Incluso diseñaron su propia moneda –la lira padana– y redactaron una nueva constitución. El intento independentista no prosperó: el gobierno italiano ignoró todos estos pasos y ningún país reconoció a la República Federal de Padania. Hubo incluso algunos enfrentamientos con la policía, pero ni uno solo de los organizadores acabó en la cárcel. Solo se juzgó a algunas personas –la mayoría por desórdenes públicos– y todos fueron absueltos.
Este es Matteo Salvini, en una foto de 2015.
Hoy Salvini es vicepresidente de Italia, igual que Antonio Tajani, ese líder del PP europeo que da lecciones sobre secesionismo a los demás.
Al hilo de esto, dos preguntas retóricas.
¿Cuántos problemas se habría evitado España si el procés catalán hubiera acabado de la misma forma que el referéndum de Padania, sin ningún condenado a prisión?
La segunda. ¿Cuánto tiempo crees que tardaremos en ver al PP pactando con Junts? ¿Por mucho que ahora los llamen “terroristas” (aunque en verano decían que era un partido cuya “tradición y legalidad no está en duda”)?
Lo dejo aquí por hoy. La próxima semana es posible que no te mande el boletín: me cojo el puente, que los últimos meses han sido muy intensos de trabajo y necesito descansar.
Un abrazo. Y gracias por tu apoyo a elDiario.es
Ignacio Escolar
Hola. ¿Cómo ha ido tu semana? Yo te escribo esta carta desde un tren. Volviendo a Madrid desde Barcelona, donde ayer celebramos la tercera edición de nuestra jornada de Movilidad Sostenible. Entre otras cosas, entrevisté al nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, y le pregunté por una de las polémicas más ridículas de esta semana: sobre el enorme enfado de Isabel Díaz Ayuso, por no haber sido invitada a la inauguración de la nueva línea de alta velocidad entre León y Asturias.
Repito: el tramo entre León y Asturias. Estaban por tanto invitados dos presidentes autonómicos: el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el de Asturias, Adrián Barbón. Pero a la gran diva de la política nacional le parece un agravio brutal no haber sido invitada ella también, con el peregrino argumento de que ese tren sale de Madrid.