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La increíble historia del cándido juez y los desalmados Begoña y Pedro

8 de junio de 2024 21:46 h

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¿Se asombran del tamaño gigantesco de los titulares de nuestros amigos con la citación del juez a Begoña Gómez? ¿Y qué creían ustedes que buscaba el titular del Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid, el ilustrísimo señor don Juan Carlos Peinado con esa llamada en la última semana de la campaña electoral para las elecciones europeas? Objetivo cumplido: a partir de ahí, la torrentera.

Abc. Editorial. ¿Para qué necesitamos pruebas? De entrada, ya emitimos nuestro juicio: “La trayectoria de Gómez resulta difícilmente verosímil a la vista de su formación. Y el peso de su agenda, así como la relevancia empresarial de sus contactos, parecen evidenciar una conducta incompatible con el decoro y con la ejemplaridad pública debida”. Y seguimos con el presidente: “El presidente del Gobierno ha vuelto a recurrir a las redes sociales (…) entraña una enorme gravedad ya que apunta de manera directa a la imparcialidad del juez que instruye la causa que investiga a su esposa por corrupción (…) Esta actitud supone una quiebra sin precedentes de la independencia judicial y constituye una amenaza a la institucionalidad democrática”. O este otro, mismo a priori: Begoña Gómez es culpable. Ahí lo tienen: “Más allá de su circunstancia judicial, la conducta de Begoña Gómez cada vez se revela menos ejemplar”; Chapu Apaolaza es muy gracioso: “De pronto, es la nueva heroína del sanchismo, una santa súbita, y Sánchez la saca en procesión a pedir el milagrillo del domingo como a la Virgen del Carmen, quizás la del Patrocinio. Le gritan su nombre y ruge la caldera con el ímpetu de dos mil Marisú”. En El Mundo se multiplican. Misma tesis que la de Abc. ¿Consigna de Génova o Puerta del Sol? Cómo se les ocurre. Editorial: “Más allá de la eventual responsabilidad penal, el proceder de la mujer de Sánchez es política y éticamente inaceptable. En cualquier país avanzado, sería inimaginable que las relaciones empresariales de la cónyuge del presidente no acarrearan una exigencia de explicaciones y, en su caso, una depuración de responsabilidades”; otro: “Entre los países avanzados, sus palabras sólo encuentran comparación en el modo en que Donald Trump presenta sus causas judiciales como una persecución política en su contra. La preocupación entre los miembros de la carrera judicial y fiscal es lógica. Ante unas manifestaciones que pueden ‘afectar a la independencia judicial’, la Comisión Permanente del CGPJ ha anunciado una reunión extraordinaria” ¿De qué Consejo del Poder Judicial me hablan en El Mundo, ¿de esos ilustrísimos magistrados que llevan cinco años fuera de la legalidad y de la Constitución? Van ahora los opinadores. Jorge Bustos: “A Pedro hay que leerle siempre al revés: si dice que él y su esposa están 'tranquilos', significa que están histéricos (…) Sus ministros saben que el jefe se ha vuelto loco, pero le deben el sueldo y el coche oficial y parecen dispuestos a sacrificar el último vestigio de vergüenza en el altar del ridículo y la sumisión, no vaya a ser que sus cabezas rueden en la rumoreada purga estival por haber titubeado en la adhesión al Puto Amo”; Maite Rico: “De Carmen Polo se contaba que iba dando sablazos por las joyerías. Begoña Gómez se pasea por el Ibex y las tecnológicas: en lugar de perlas busca patrocinios”; Emilia Landaluce. “A Pedro Sánchez le gustaría ser como el padre del Rey y estar en las agendas de los poderosos, aspirar al Nobel. La Reina Letizia es menos libre que Begoña para desarrollar una carrera profesional”. 

Cambiamos de marca, que no de aires. La Razón. Jorge Vilches: “Las imágenes que veremos el 5 de julio, con la entrada de la esposa del presidente en un juzgado investigada por corrupción y tráfico de influencias se saldaría en cualquier país de la Unión Europea con la dimisión del jefe del Gobierno. Se iría no sin antes dar explicaciones a la ciudadanía, pedir perdón por la inestabilidad que genera, y asegurar la continuidad democrática del país. Luego no tendría más que esperar la resolución del juez”. El Confidencial. Ignacio Varela: “Gómez&Sánchez, entre el presunto delito y el indecoro manifiesto. La segunda carta que ayer difundió el ciudadano Pedro Sánchez (…) es tan extravagante en la forma y en el fondo como la primera (…) Al margen de la estomagante retórica populista y la sintaxis detestable, en ella hay varios elementos que no son de recibo en la normalidad democrática: Conectar directamente la actuación del juez instructor con la votación del 9 de junio presenta al magistrado como actor electoral de parte y contiene una acusación directa de prevaricación por razones partidistas”. Hay que ver, no creerse la mera coincidencia, que el señor juez no había caído en la cuenta… 

Subimos la apuesta. Libertad Digital. Editorial: “El marido de Begoña envilece a España para no perder las elecciones”; Pablo Molina: “El gobierno de Pedro Sánchez estaba considerado hasta ahora como el más dañino de la historia reciente de España por su entreguismo genuflexo a las fuerzas separatistas. Desde hoy podemos incluirlo también entre los más corruptos debido a la imputación de su mujer por presunto tráfico de influencias, un delito que no se puede cometer sin la anuencia de un político cercano con capacidad de gestión del presupuesto público”. El do de pecho de Pilar Díez: “Lo de Begoña es insostenible, pero lo del PSOE convertido en el partido nazi al servicio del líder Hitler es más preocupante”. Ea. En The Objective, siempre tan fieros, Ignacio Ruiz-Jarabo lanza la mayor: “Sin duda, un presidente de Gobierno que en su actual situación decidiera dimitir, dejara de obstruir a la justicia y pasara a colaborar con ella, podría salvarse de una posible futura condena por complicidad y encubrimiento (…) Si, por el contrario, se atrinchera en La Moncloa y, como está haciendo hasta ahora, sigue utilizando todos los resortes del poder para intentar amedrentar a los jueces (…) pudiera acabar perdiendo primero el poder y después la libertad”. Sánchez, a la cárcel. 

Más, más, que no decaiga. OkDiario. Titular: “No hay chulo en el PSOE que se atreva a suspender de militancia a Begoña Gómez. Colección de El Debate. Alfonso Ussía: ”Doña Fundraisinga. Bolaños, Puente y Cerdán, los tres mosqueteros del enamorado, (D´Artagnan, el cuarto, es obviamente Pachi López, el Titán de Portugalete) han ideado un mitin fin de fiesta realmente espectacular. No se trata de una reina o princesa visigoda. Me refiero a la mujer del enamorado epistolar. Se ha convertido doña Fundraisinga en el ilusionante reclamo electoral del PSOE“; Ramón Pérez-Maura. ¿Recuerdan la consigna del principio?: ”Es perfectamente posible que la causa contra Begoña Gómez acabe siendo archivada. Lo que sí sabemos con total certeza es que, aunque se llegase a archivar, aquí ha habido una actuación continuada más que cuestionable desde un punto de vista ético y moral“; Gabriel Albiac: ”Las analfabetas cartas de amor del primer ministro a su providencial cónyuge serían ciertamente motivo de gozosa hilaridad, si hubieran sido redactadas por las meninges que su calidad conceptual y sintáctica sugiere: las de un adolescente de no más de trece años (…) Su resonancia resulta poco equívoca: Pedro Sánchez es una mala caricatura de Juan Domingo Perón, como Begoña Sánchez lo es de Eva Duarte“. 

Y un par de apuntes de Vozpópuli. José Alejandro Vara: “La estampa de un Gobierno desquiciado. El retrato implacable de una pandilla acabada. El reflejo de un presidente sentenciado. Si actúa en coherencia con su prédica, si asume cuanto hasta ahora ha pregonado, si cumple con sus admoniciones contra la corrupción, debe coger el portante. Por algo diez mil veces menor Rajoy perdió el cargo. Sánchez, hasta aquí has llegado”; Irene González: “Puede que el último lugar en el que desease estar en estos momentos de imputación penal a Begoña Gómez es cerca del virulento Pedro Sánchez. No puede esconder su carácter irascible e iracundo cuando algo sale de su control y daña su posición de poder absoluto al dejar alguna de sus múltiples vergüenzas al aire. De repente, el Nerón surgido del baloncesto que ocupa la presidencia del Gobierno descubre que alguien no le obedece, que no se humilla ante él, que no se somete a sus deseos. Son conocidos los gritos que en La Moncloa ha dedicado a sus sirvientes, es decir, asesores, colaboradores mediáticos y resto de miembros del Gobierno, cuando sus planes no salen como desea”. ¿Verdad que les ha gustado?

Nos vamos de espacio. Sólo una escogida selección de refinados textos en torno a la figura, demoniaca, de Pedro Sánchez. Con Trump. Se lo merece. Por canalla.

Abc. Julián Quirós, su director: “Trump y Sánchez van hermanados como líderes de un modelo agresivo y populista, de un personalismo autoritario que propicia el enfrentamiento social. Ambos han hablado de levantar muros, dos Américas o dos Españas, ambos han coincidido en la obsesión contra la prensa a la que han convertido en ‘enemiga del pueblo’ y no es que ellos vulneren el espíritu o la letra de las leyes, sino que los jueces conspiran para desalojarlos del poder”; El Mundo. Fernando Palmero: “Populismo y contubernio judeo-fascista. A su retórica populista, que lo acerca a Trump y a Orbán, Sánchez ha incorporado el elemento judeófobo (…) Pedro Sánchez entronca con las más eficaces prácticas de Trump: desprecio a los medios, comunicación directa con el 'pueblo', sin mediación, y demonización del adversario”. La Razón, Francisco Marhuenda: “No hay nada más involucionista que el falso progresismo de un socialismo sometido a los intereses de los comunistas, los antisistema, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA (…) Por ello, hay que dar la espalda a una UE en la que Sánchez y sus aliados comunistas pudieran tener un peso importante”. 

Federico Jiménez Losantos, en Libertad Digital, nunca decepciona: “El que, sin discusión, puede considerarse el gobernante más nefasto de la historia de España ha añadido a ese golpe de Estado (…) modelo comunista bolivariano que copia las leyes habilitantes de Hitler de 1934, la trapacería de no publicar la Ley de Amnistía en el BOE hasta que no pasen las elecciones europeas del 9 de junio. Sánchez tiene la maligna capacidad de mezclar grandes traiciones y pequeños desfalcos, feroces puñaladas y aviesos pellizcos, todos al servicio de su interés inmediato”. Hay más colaboradores aguerridos en el mismo medio. Mariano Yzquierdo Tolsada: “La gente está mayoritariamente aburrida del narcisista patológico que tiene como presidente del Gobierno, un mentiroso compulsivo hasta la náusea, un vendehumos tramposo y trilero que no conoce escrúpulos y cuya indigencia moral es incontestable”; Agapito Maestre: “Ni entre sus partidarios es visto con ilusión. Sánchez provoca pavor. Miedo. Y, sobre todo, desesperación en la ciudadanía democrática que no alcanza a ver dónde está la luz para esta pesadilla que es Pedro Sánchez. Un ser fuera de todo control democrático”.

Nivel, alto. The Objective. Miguel Ángel Benedicto: “Sánchez es como un hipopótamo que vive y se mueve veloz en el fango. Cuando tiene un problema en casa no duda en buscar nuevas distracciones, vengan de Argentina cuando los problemas arrecian a su esposa o de Israel cuando los inconvenientes los tiene con la ley de amnistía”; Antonio Elorza: “Traidor a sus propias convicciones y a sus palabras, desleal respecto del orden constitucional que prometió, implacable en su absurda ofensiva desde el odio contra la convivencia política, exhibiendo además un desprecio absoluto a la institución parlamentaria, la batalla para tapar los casos de corrupción que le tocan de cerca es el colofón de la deriva antidemocrática de Pedro Sánchez”; Fernando Savater: “Los españoles tenemos amplia experiencia del matonismo en política y podemos señalarlo bajo cualquier disfraz. Ayer gritaban ‘¡Franco, Franco, Franco!’ y hoy ‘¡fango, fango, fango!’ pero son los mismos abusones”. OKDiario. Editorial: “Sánchez y Maduro, como dos gotas de agua”; Eduardo Inda: “Sánchez tiene una miaja de razón cuando advierte que Franco sigue vivo. Le basta con mirarse al espejo”. Lo sé, lo sé, echaban de menos a Carlos Dávila: “Su última carta sólo la puede escribir, en opinión de mi psiquiatra conocido y reconocido, un desequilibrado, mentalmente cercano a los ataques paranoicos. Mi psiquiatra de cabecera me dice: ‘Es, cómo te diría yo, es lo más parecido a Trump’ (…) Sánchez, mentiroso compulsivo que ya está inserto en los manuales de Psiquiatría (…) Él no goza de hemisferios en sus sesos, ni izquierdo ni derecho. Está huérfano de referencias neurofisiológicas”. 

Respiren y cojan fuerzas. El Debate. Su director, Bieito Rubido: [Ley de amnistía] “Nunca se había perpetrado un ataque semejante ni a la Constitución ni al Estado de Derecho ni a la igualdad de los ciudadanos. Lo peor es que todos sabemos que este asalto a la democracia es solo por la ambición de un personaje de dudosa catadura moral que no ha aceptado perder las elecciones”; Alfonso Ussía: “La red de trampas que ha establecido el traidor cobarde siempre le facilitará que gobierne en minoría y a pachas con los enemigos de España (…) Europa calla. Ya lo decía el explosivo, sincero y magnífico escritor Rafael García Serrano. Europa es una puta (…) Hoy se ha iniciado un nuevo ciclo con España gobernada por el Frente Popular de 1936”; por ahí anda también Ignacio Sánchez Cámara: “Sánchez tiene un plan (…) El modelo es la segunda República. Difícil escoger otro peor. Un Gobierno socialcomunista (en realidad el prefijo sobra) apoyado en separatistas y terroristas”. 

Tres guindas, tres, todas de El Debate. Hermann Tertsch, número dos en la lista de Vox para las elecciones europeas de hoy: “Lo de la despreciable, ilegal y perversa Ley de Amnistía (…) es una operación criminal que viene de lejos, en el tiempo y en el espacio. La matanza que acabó con 192 vidas y truncó miles, la misma que nos trajo a José Luís Rodríguez Zapatero, fue el momento inicial para el proceso que pretende cerrarse y blindarse ahora con la exclusión del sistema, definitiva y violenta, de media sociedad española”; Juan Carlos Girauta, número tres de la misma lista: “[Los socialistas] solo reproducen frasecitas de Sánchez, un hombre que no puede decir la verdad por algún problema que no se sabe aún si requiere de psicólogo, de teratólogo o de exorcista. Segundo, porque si un socialista dijera por milagro la verdad, esta vez tendría que describir una fea bajada de pantalón y calzoncillo; entonces el interlocutor le preguntaría por qué se ha dejado dar por retambufa”. Redoble de tambor, que llega Antonio R. Naranjo: “Sánchez es un traidor congénito, cuyo único mérito ha consistido en atreverse a atropellar a una anciana en un paso de cebra y robarle la cartera, el reloj y la compra. Y ahora, además, es un traidor violento que ya ha empezado a poner en una diana a todo aquel que se atreva a recordarle lo que es y lo que hace”.

Y así, decenas. Esto no está pagado. 

¿Se asombran del tamaño gigantesco de los titulares de nuestros amigos con la citación del juez a Begoña Gómez? ¿Y qué creían ustedes que buscaba el titular del Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid, el ilustrísimo señor don Juan Carlos Peinado con esa llamada en la última semana de la campaña electoral para las elecciones europeas? Objetivo cumplido: a partir de ahí, la torrentera.

Abc. Editorial. ¿Para qué necesitamos pruebas? De entrada, ya emitimos nuestro juicio: “La trayectoria de Gómez resulta difícilmente verosímil a la vista de su formación. Y el peso de su agenda, así como la relevancia empresarial de sus contactos, parecen evidenciar una conducta incompatible con el decoro y con la ejemplaridad pública debida”. Y seguimos con el presidente: “El presidente del Gobierno ha vuelto a recurrir a las redes sociales (…) entraña una enorme gravedad ya que apunta de manera directa a la imparcialidad del juez que instruye la causa que investiga a su esposa por corrupción (…) Esta actitud supone una quiebra sin precedentes de la independencia judicial y constituye una amenaza a la institucionalidad democrática”. O este otro, mismo a priori: Begoña Gómez es culpable. Ahí lo tienen: “Más allá de su circunstancia judicial, la conducta de Begoña Gómez cada vez se revela menos ejemplar”; Chapu Apaolaza es muy gracioso: “De pronto, es la nueva heroína del sanchismo, una santa súbita, y Sánchez la saca en procesión a pedir el milagrillo del domingo como a la Virgen del Carmen, quizás la del Patrocinio. Le gritan su nombre y ruge la caldera con el ímpetu de dos mil Marisú”. En El Mundo se multiplican. Misma tesis que la de Abc. ¿Consigna de Génova o Puerta del Sol? Cómo se les ocurre. Editorial: “Más allá de la eventual responsabilidad penal, el proceder de la mujer de Sánchez es política y éticamente inaceptable. En cualquier país avanzado, sería inimaginable que las relaciones empresariales de la cónyuge del presidente no acarrearan una exigencia de explicaciones y, en su caso, una depuración de responsabilidades”; otro: “Entre los países avanzados, sus palabras sólo encuentran comparación en el modo en que Donald Trump presenta sus causas judiciales como una persecución política en su contra. La preocupación entre los miembros de la carrera judicial y fiscal es lógica. Ante unas manifestaciones que pueden ‘afectar a la independencia judicial’, la Comisión Permanente del CGPJ ha anunciado una reunión extraordinaria” ¿De qué Consejo del Poder Judicial me hablan en El Mundo, ¿de esos ilustrísimos magistrados que llevan cinco años fuera de la legalidad y de la Constitución? Van ahora los opinadores. Jorge Bustos: “A Pedro hay que leerle siempre al revés: si dice que él y su esposa están 'tranquilos', significa que están histéricos (…) Sus ministros saben que el jefe se ha vuelto loco, pero le deben el sueldo y el coche oficial y parecen dispuestos a sacrificar el último vestigio de vergüenza en el altar del ridículo y la sumisión, no vaya a ser que sus cabezas rueden en la rumoreada purga estival por haber titubeado en la adhesión al Puto Amo”; Maite Rico: “De Carmen Polo se contaba que iba dando sablazos por las joyerías. Begoña Gómez se pasea por el Ibex y las tecnológicas: en lugar de perlas busca patrocinios”; Emilia Landaluce. “A Pedro Sánchez le gustaría ser como el padre del Rey y estar en las agendas de los poderosos, aspirar al Nobel. La Reina Letizia es menos libre que Begoña para desarrollar una carrera profesional”.