Este especial, respaldado por la Diputación de Jaén, centra el interés en el aceite temprano y la celebración de la undécima edición de la Fiesta del Primer Aceite que tendrá lugar en Andújar y Sabadell.
Oleoturismo o el aceite de oliva como excusa para conocer Jaén
Uno de los mayores placeres es la buena gastronomía. Disfrutar de un plato que esté elaborado desde el respeto es una actividad deseada por casi todo el mundo. Por eso, cuando una tierra como Jaén ofrece la posibilidad de una visita a través de su principal producto culinario, el AOVE, conviene aprovechar la ocasión. En eso consiste el oleoturismo.
El oleoturismo es una actividad para visitar lugares de interés relacionados con el AOVE y adentrarse en la cultura del aceite. Recorriendo la geografía jiennense será inevitable querer detenerse en una de las almazaras que decoran el campo de olivos. Almazaras como la de Florencio Aguilera, la de Picualia o Aires de Jaén son ejemplos de tradición e innovación en el turismo. En estas almazaras, los oleoturistas podrán conocer el proceso de producción del aceite de oliva -desde la cosecha de las aceitunas hasta la extracción y embotellado del aceite- al tiempo que degustan algunos de los mejores aceites del mundo. Es más, en algunos casos los viajeros pueden participar directamente en la recolección manual de aceitunas en temporada, lo que les acerca al valor del producto, les sirve para apreciar la tecnología moderna utilizada en el proceso de extracción y conocen la importancia de la temperatura y el tiempo en la producción de aceite.
Muchas de estas almazaras -y sus peculiaridades- estarán representadas en la X Fiesta del Primer Aceite de Jaén que se celebra este fin de semana en Linares (4 y 5 de noviembre) y la semana que viene, en Vitoria. Una feria para adentrarse en las peculiaridades del AOVE y conocer mejor las más de cien variedades que se fabrican en la provincia. Con expositores en plena calle o mediante clases magistrales como la que dará el chef Álvaro Salazar, cualquiera puede aprender más.
Una provincia completa
Más allá de visitar almazaras, el aceite nos puede guiar también por el patrimonio de la provincia. Los campos de olivos nos llevarán entonces a la casi obligatoria parada en Úbeda y Baeza, ciudades Patrimonio de la Humanidad, con calles de encanto medieval que nos invitarán a conocer sus bodegas, bares y restaurantes.
Y si la cosa va de patrimonio, no hay que olvidar que Jaén es la provincia española con más castillos y la segunda de Europa, como el Castillo de Santa Catalina en la capital, para disfrutar de platos tradicionales como el ajo blanco, las migas, el gazpacho y las tortillas, todos condimentados con aceite de oliva local.
En todo caso, convendría no quedarse con la idea de que el aceite solo combina en salado. Y buenas plazas para comprobarlo son, además de las almazaras donde se pueden encontrar chocolates y otras viandas, los conventos de la provincia: arquitectura y dulce en un mismo espacio.
Para rematar siempre se puede dar un paseo por los olivares, ya sea a pie o en bicicleta, para meditar o hacer fotografías, a través de alguna de las visitas guiadas en la zona.
Uno de los mayores placeres es la buena gastronomía. Disfrutar de un plato que esté elaborado desde el respeto es una actividad deseada por casi todo el mundo. Por eso, cuando una tierra como Jaén ofrece la posibilidad de una visita a través de su principal producto culinario, el AOVE, conviene aprovechar la ocasión. En eso consiste el oleoturismo.
El oleoturismo es una actividad para visitar lugares de interés relacionados con el AOVE y adentrarse en la cultura del aceite. Recorriendo la geografía jiennense será inevitable querer detenerse en una de las almazaras que decoran el campo de olivos. Almazaras como la de Florencio Aguilera, la de Picualia o Aires de Jaén son ejemplos de tradición e innovación en el turismo. En estas almazaras, los oleoturistas podrán conocer el proceso de producción del aceite de oliva -desde la cosecha de las aceitunas hasta la extracción y embotellado del aceite- al tiempo que degustan algunos de los mejores aceites del mundo. Es más, en algunos casos los viajeros pueden participar directamente en la recolección manual de aceitunas en temporada, lo que les acerca al valor del producto, les sirve para apreciar la tecnología moderna utilizada en el proceso de extracción y conocen la importancia de la temperatura y el tiempo en la producción de aceite.