El 9 de abril de 2021, a través de un artículo publicado en elDiario.es, se destapó una investigación encubierta llevada a cabo por Carlota Saorsa y difundida por la ONG Cruelty Free International (CFI) en la que, mediante pruebas videográficas, se puede observar al personal del laboratorio de Vivotecnia mofándose y burlándose del sufrimiento de los animales con los que experimentan, aumentando ese sufrimiento consciente y deliberadamente con el único fin de divertirse a su costa, a través de comentarios y expresiones insultantes, así como de prácticas contrarias a la buena praxis. Se burlan de ellos mientras están estresados, se mata individuos en presencia de otros, se realizan pruebas sin anestesia, les niegan la sedación compasiva y les infligen un sufrimiento infinitamente mayor del necesario (como si no tuvieran suficiente con ser un animal de laboratorio).
En el vídeo, aparte de monos, cerdos, conejos o ratones, se puede observar perfectamente que también había perros Beagle, y cómo los cogen de las orejas, los lanzan a las jaulas, los encierran en una caja de cartón y les dan golpes, etc. Actos que, a juicio de cualquiera con sentido común, serían claramente reprobados. Acciones que sobrecogen a cualquiera con un mínimo de sensibilidad y empatía, y que horrorizan a toda persona que ve el vídeo.
La actuación es contraria a los principios de ética y refinamiento que deben regir la experimentación con animales
La propia Comunidad de Madrid decidió suspender la actividad investigadora del laboratorio Vivotecnia, al constatarse claros indicios de maltrato animal en ese laboratorio, ratificados por informes del Seprona y de un técnico veterinario de la Comunidad de Madrid que han concluido que se producía dicho maltrato.
Actualmente, se encuentra en curso el procedimiento judicial contra el laboratorio Vivotecnia por presunto delito de maltrato animal.
A pesar de toda esta información, la Universidad de Barcelona, a través de Parc Científic, ha contratado los servicios de este laboratorio a través de una licitación pública por valor de 255.648,8 euros I.V.A incluido. En esta ocasión, van a testar un fármaco en Beagles durante 28 días mediante dosis únicas y repetidas. Ya es inconcebible que una empresa pública con dinero de todos contrate a Vivotecnia, pero es que además en el vídeo se demostró claramente que los perros eran víctimas de la crueldad y el ensañamiento del personal del laboratorio que los estaba utilizando.
A 38 cachorros de 8 meses se les ha obligado a ingerir una dosis de un nuevo fármaco
Encerrados en diminutas jaulas, enfermando cada día más y más, y sin ningún medicamento que palie su dolor. Y sin ninguna garantía de que no se están repitiendo las terroríficas imágenes del vídeo. Si lo llevan haciendo impunemente durante años, ¿qué razón hay para que dejen de hacerlo de repente? Ni siquiera Vivotecnia se comprometió a despedir a esos trabajadores. ¿Cómo sabemos que no lo siguen haciendo? La Universidad de Barcelona dice que está velando por el bienestar de los animales. ¿Cómo pueden hacerlo en la distancia? Los perros están en Tres Cantos y ellos, en Barcelona. ¿Qué o quién garantiza que no se esté repitiendo lo mismo? Nada ni nadie. Recordemos además que, según datos de la FDA, el 92% de los resultados fracasarán en las fases clínicas (humanos).
Algunas revistas científicas hablan de 96%. Desde la Universidad de Barcelona nos han dado dos argumentos para la contratación de Vivotecnia. El primer argumento es que Vivotecnia tiene certificado de Buenas Prácticas de Laboratorio. Puede sorprender. Pero es cierto. Lo que pasa es que el nombre de este certificado confunde mucho, ya que no tiene nada que ver con el Bienestar Animal, puesto que el trato que se dé a los animales es totalmente irrelevante para la obtención de dicho certificado. Solo se refiere a la calidad de las instalaciones y de los equipos/instrumentos de investigación, así como a la calidad de los datos obtenidos en los experimentos; en esto último sí que sorprende la concesión del certificado de buenas prácticas, puesto que Carlota Saorsa ha declarado en el juicio que Vivotecnia falsea datos para conseguir que los fármacos pasen a la fase clínica en humanos.
El segundo argumento es que necesitan realizar la necropsia de los cachorros. Recordemos que Carlota Saorsa comentó en el juicio que a algunos Beagles les realizaban la necropsia cuando todavía estaban vivos. Además, ¿por qué han escogido 38 cachorros? ¿En qué se basan para decir que necesitan la necropsia de los 38? Hay 8 cachorros que están en el denominado 'grupo control' y otros 8 que están en el denominado 'grupo dosis bajas', que tenemos la seguridad de que mantienen un buen estado de salud.
Tanto el artículo 30 del RD 53/2013, de 1 de febrero, como la Directiva 2010/63/UE, establecen que al final del procedimiento se realoje y dé en adopción a los perros y gatos que hayan sido utilizados con fines de investigación, puesto que, tal y como señala la directiva, es obligación evitar la muerte como punto final y debe favorecerse su realojo en familias. ¿Por qué la UB y su rector no están dispuestos a liberar a estos Beagles?
Su ejecución está prevista para el 24 de enero, quizás un día antes o un día después. Pero no existe ninguna razón científica ni ética para que no se produzca su liberación. Lucharemos hasta el final, no tienen a nadie. Seamos su voz y démosles una vida digna.
¡Que nos den a los Beagles usados y que cumplan la Ley!
El 9 de abril de 2021, a través de un artículo publicado en elDiario.es, se destapó una investigación encubierta llevada a cabo por Carlota Saorsa y difundida por la ONG Cruelty Free International (CFI) en la que, mediante pruebas videográficas, se puede observar al personal del laboratorio de Vivotecnia mofándose y burlándose del sufrimiento de los animales con los que experimentan, aumentando ese sufrimiento consciente y deliberadamente con el único fin de divertirse a su costa, a través de comentarios y expresiones insultantes, así como de prácticas contrarias a la buena praxis. Se burlan de ellos mientras están estresados, se mata individuos en presencia de otros, se realizan pruebas sin anestesia, les niegan la sedación compasiva y les infligen un sufrimiento infinitamente mayor del necesario (como si no tuvieran suficiente con ser un animal de laboratorio).
En el vídeo, aparte de monos, cerdos, conejos o ratones, se puede observar perfectamente que también había perros Beagle, y cómo los cogen de las orejas, los lanzan a las jaulas, los encierran en una caja de cartón y les dan golpes, etc. Actos que, a juicio de cualquiera con sentido común, serían claramente reprobados. Acciones que sobrecogen a cualquiera con un mínimo de sensibilidad y empatía, y que horrorizan a toda persona que ve el vídeo.