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Arranca la ILP antitaurina #NoEsMiCultura, mientras Valencia empaña sus Fallas con la sangre de la tauromaquia

13 de marzo de 2024 06:00 h

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Entre falleras, falleros y turistas, decenas de ojos de toros y caballos rogaban compasión a todo el que pasaba ante sus fotografías, expuestas este domingo en la plaza del Ayuntamiento de Valencia. Mientras la ciudad se llena de visitantes y valencianos dispuestos a disfrutar de las Fallas, las voces antitaurinas apelan a su empatía, sacando a la calle estas imágenes para reclamar el fin de las corridas de toros, incluidas en la programación oficial de la fiesta más emblemática de Valencia. Unas prácticas que no están vinculadas de ningún modo al resto de las tradiciones valencianas que conmemoran la festividad de San José, tradiciones que han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

“Una celebración como las Fallas, tan aclamada internacionalmente, no puede verse empañada por la afición de unos pocos a la sangre derramada de los animales”, afirma Aïda Gascón, directora en España de Anima Naturalis, organización que ha convocado la acción de protesta junto a CAS Internacional. No es el primer año que el activismo antitaurino sale a la calle para exigir unas Fallas libres de una crueldad disfrazada de espectáculo cultural, pero podría ser de los últimos. Y es que una nueva Iniciativa Legislativa Popular (ILP), promovida por personas que integran una comisión promotora y que empieza a recoger firmas hoy miércoles 13 de marzo bajo el lema #NoEsMiCultura, podría suprimir la ley que impide la prohibición de los espectáculos con toros a nivel estatal.

Esta ILP, admitida a trámite por la Mesa del Congreso a principios del pasado mes de febrero, cuenta con el apoyo de un importante número de organizaciones de protección animal, del medioambiente, de protección de la infancia y de asociaciones culturales. A solicitud de la comisión promotora, INTERcids -operadores jurídicos por los animales- aportó su criterio jurídico sobre el planteamiento y redactado de esta iniciativa, y una propuesta de texto a partir del cual fue presentada la ILP. Aïda Gascón, una de las personas que integran dicha comisión, confía plenamente en el éxito de esta campaña social, que promete ser la mayor y más ambiciosa para que la tauromaquia deje de ser patrimonio cultural de España. “Tenemos hasta el día 12 de noviembre para conseguir ese medio millón de firmas que se necesitan para que se pueda iniciar su tramitación en el Congreso, pero en realidad vamos a ir a por más porque creemos que somos muchas más las personas que estamos a favor de esta iniciativa,” afirma.

Las estadísticas respaldan esta idea. La encuesta de población del Ministerio de Cultura sobre hábitos y prácticas culturales de los españoles indicaba que tan sólo un 8% de las 16.000 personas entrevistadas acudió a algún festejo taurino entre 2018 y 2019. Menos del 6% asistió a uno de estos espectáculos en una plaza. Además, otros estudios reflejan que buena parte de la población cree que se debería restringir o incluso poner fin a estas prácticas. La encuesta de SocioMétrica para El Español, de 2019, mostraba que más del 50% de los españoles está a favor de prohibir o limitar las corridas de toros, y según un estudio de la Fundación BBVA de 2022, casi 8 de cada 10 españoles se manifiestan contra el uso de animales en la tauromaquia.

El reducido apoyo social a estas prácticas también se ve reflejado en la disminución de la oferta de este tipo de entretenimiento. Según el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura, la cantidad de celebraciones taurinas en las plazas se redujo a la mitad en diez años, pasando de casi 2.700 en 2009 a poco más de 1.400 en 2019. Una pérdida de popularidad que contrasta con el hecho de que la tauromaquia fuese declarada patrimonio cultural de España en 2013. Esta declaración también fue fruto de una Iniciativa Legislativa Popular. Como explica Gascón, “la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, en 2010, movilizó al sector taurino, y se organizaron para conseguir ese medio millón de firmas”. Por eso, dice, “debe ser el mismo pueblo el que pida la derogación de la ley que los taurinos promovieron”. Una norma que tuvo carácter retroactivo, por lo que anuló la prohibición de las corridas en Cataluña, y más tarde, evitó también que se eliminara en las Islas Baleares el uso de utensilios que pudieran dañar o matar al animal.

Lo que pretende ahora el grupo de activistas y juristas que promueve la ILP #NoEsMiCultura para la derogación de la Ley 18/2013 de patrimonio cultural de la tauromaquia es “devolver a los ayuntamientos y comunidades autónomas la capacidad de regular o prohibir la única expresión cultural que causa rechazo en nuestra sociedad,” según las palabras de Gascón. Por lo tanto, si la ILP es aprobada en el Congreso, en aquellas comunidades en las que la sociedad decida acabar con la tauromaquia, los gobiernos autonómicos serán libres de llevar a cabo su prohibición porque se eliminará el principal obstáculo que lo impide desde 2013. Esto incluye tanto los espectáculos en plaza con muerte del animal, como los festejos populares con toros, vacas, vaquillas y becerros. Un cambio legislativo que la directora de Anima Naturalis en España cree que podría llegar antes a las regiones donde esta tradición está menos arraigada. “Vemos que hay lugares donde va a ser más fácil y más rápido avanzar,” asegura Gascón, y pone el norte de la península como ejemplo: “Sabemos que Asturias y Galicia son sitios donde la tauromaquiano está enraizada, y en el País Vasco también vemos que cada año las plazas están vacías en la feria de Aste Nagusia de Bilbao”.

Sin embargo, prevén más complicaciones en otras zonas: “En la Comunidad de Madrid, Andalucía o las Castillas contamos con el apoyo social, pero es posible que a nivel político todavía no haya valentía suficiente para dar ese paso,” afirma. La inclusión, un año más, de las corridas de toros en la programación oficial de las Fallas ha movilizado a los defensores de los animales en Valencia, pero la lucha contra la tauromaquia se reforzará durante los próximos meses en todo el Estado ante el nuevo objetivo de promover la ILP #NoEsMiCultura. “Vamos a recoger firmas por toda España, vamos a explicar que estos espectáculos reciben más dinero público que prácticamente ningún otro, y que no podemos permitir que el maltrato animal sea considerado patrimonio cultural de nuestro país,” concluye Gascón.

Si, para noviembre, medio millón de firmas, o más, respaldan el fin de la protección especial de la tauromaquia, el año que viene por estas fechas quedarán dos meses, como máximo, (si no se ha hecho ya) para que la iniciativa sea votada en el pleno del Congreso. Si supera la primera votación, se creará una ponencia para debatir con mayor profundidad, para ser finalmente llevada de nuevo al pleno, esta vez ya como Proposición de Ley. Es posible que el proceso no culmine antes de 2026, pero los próximos nueve meses de campaña de recogida de firmas serán clave para decidir el futuro de miles de miradas que quizás ya no tengan que ser fotografiadas suplicando compasión.

Entre falleras, falleros y turistas, decenas de ojos de toros y caballos rogaban compasión a todo el que pasaba ante sus fotografías, expuestas este domingo en la plaza del Ayuntamiento de Valencia. Mientras la ciudad se llena de visitantes y valencianos dispuestos a disfrutar de las Fallas, las voces antitaurinas apelan a su empatía, sacando a la calle estas imágenes para reclamar el fin de las corridas de toros, incluidas en la programación oficial de la fiesta más emblemática de Valencia. Unas prácticas que no están vinculadas de ningún modo al resto de las tradiciones valencianas que conmemoran la festividad de San José, tradiciones que han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

“Una celebración como las Fallas, tan aclamada internacionalmente, no puede verse empañada por la afición de unos pocos a la sangre derramada de los animales”, afirma Aïda Gascón, directora en España de Anima Naturalis, organización que ha convocado la acción de protesta junto a CAS Internacional. No es el primer año que el activismo antitaurino sale a la calle para exigir unas Fallas libres de una crueldad disfrazada de espectáculo cultural, pero podría ser de los últimos. Y es que una nueva Iniciativa Legislativa Popular (ILP), promovida por personas que integran una comisión promotora y que empieza a recoger firmas hoy miércoles 13 de marzo bajo el lema #NoEsMiCultura, podría suprimir la ley que impide la prohibición de los espectáculos con toros a nivel estatal.