En las últimas elecciones catalanas el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) cosechó 38.743 papeletas, un 0’89% de las emitidas. Aunque hasta ahora siempre han tenido suficiente músculo a la hora de reunir los avales para presentarse a las elecciones, esta vez las restricciones de movilidad lo han impedido. Sus responsables alegaron ante el Tribunal Constitucional que se vulneraba su derecho a la participación política, pero el recurso no ha prosperado y la papeleta de PACMA no estará en las polémicas mesas electorales del 14F.
Con cerca de 40.000 votos en 2018, el partido animalista se quedó muy lejos de ese anhelado 3% que algún día podría abrirle las puertas del Parlament. Ahora bien, como en las elecciones catalanas cada voto cuenta −que se lo digan a ERC, que se quedó sin la presidencia de la Generalitat al quedar detrás de Junts por un puñado de votos− veamos qué aportan en materia animal los partidos que, según las encuestas, podrían estar en el próximo Parlament.
Sirva este artículo como guía para los 38.743 votantes animalistas huérfanos de partido y para aquellos simpatizantes del animalismo que siguen indecisos. Aviso: éste será un viaje comentado que irá de la desesperación a la esperanza.
Partit Demòcrata Català (PDeCat): Suspenso total
Se deduce rápidamente de su programa electoral que les da absolutamente igual todo aquello relacionado con la lucha animalista. Me parece hasta poco serio dedicar 132 páginas a dibujar “un país mejor” y no mencionar ni siquiera algo fácil y amable para todo el mundo como la protección de los “animales de compañía” o la prohibición de según qué espectáculos con animales.
Para empezar, el programa de Àngels Chacón es probablemente el más sólido en cuanto a la protección del modelo de ganadería que hemos visto en los últimos años. Y ahí, aunque sea con intereses antropocéntricos y de mercado, en un párrafo desangelado de la página 66 dice que “el PDcat se compromete a (…) potenciar los sectores agrario y forestal bajo criterios de calidad y bienestar animal”.
Ese concepto tan devaluado estará en boca de casi todos los partidos, pero conviene recordar que el 'bienestar animal' tal y como lo entendemos hoy no es más que una etiqueta fraudulenta que aprovecha la industria para lavarse la cara y posponer el debate moral sobre si como sociedad debemos seguir basando nuestra alimentación en una estructura inevitablemente violenta que gira en torno al embarazo forzoso de animales para comernos a sus crías, por mucho que puedan pastar ocho horas en vez de cuatro. Eso se aplica al PDeCat y al resto de partidos.
De todas formas, la neopostconvergencia quedará fuera del Parlament, según la última encuesta del CIS. Ahora bien, tal y como ha ordenado la Junta Electoral, TV3 está obligada a ampliar la cobertura del PDeCat y, por lo tanto, podría llegar a rascar uno o dos escaños gracias a los votos de las zonas rurales más conservadoras y poco amigas, claro está, del animalismo.
Partit Popular: Suspenso total
Como si se acabaran de enterar de que hay elecciones en Catalunya, el PP no ha preparado ni siquiera un programa electoral maquetado y pulido. Una triste web noventera encabezada con el título: 'Principales propuestas para una Cataluña mejor' nos hace sospechar de entrada que todo irá mal. Y así es.
Los de Alejandro Fernández –el político– dedican un solo párrafo a la cuestión animal, el punto 31 dentro del apartado Medio Ambiente: “Mejoraremos el apoyo a las entidades protectoras de animales. Renovaremos los centros de acogida existentes, ampliando sus instalaciones y garantizando su financiación. Y pediremos la rebaja del IVA a los tratamientos veterinarios”. Para ser justos con ellos, debemos decir que son los únicos que defienden explícitamente este último aspecto. Para ser justos con sus votantes, habría que añadir que la regulación del IVA no es competencia autonómica.
Y, en fin, ya estaríamos, no hay más propuestas. Bueno, miento. Hay algo que suena un poco a amenaza: “Apoyaremos al sector primario (agricultura, ganadería y pesca) a través de planes de fomento del consumo (…)”. Más carne para el cuerpo, ¡eso es lo que necesitamos!
Junts per Catalunya: Suspenso y bronca por vagos
Un documento de lectura densa que tiene 342 páginas y que explica en siete frases una postura bastante vaga –en todos los sentidos– sobre qué opina el partido de Carles Puigdemont y Laura Borràs respecto a los derechos de los animales. Se trata de la página 260 de su programa electoral, que tiene algunos claros y muchas sombras.
Proponen “modificar la ley de protección de animales para garantizar la convivencia responsable” aunque no añaden exactamente qué quieren: multas más altas, penas de prisión, fomentar la educación en la empatía animal… nada. De hecho, el último punto de esta página es un auténtico brindis al sol: “velaremos por el respecto responsable a los animales de compañía”. Ahí es nada.
Son ambiguos, además, con los 'correbous' –la tradición taurina que se repite unas 450 veces al año en Catalunya– y su ¿prohibición? Dicen: “Revisaremos el cuadro normativo sobre actividades públicas y espectáculos con animales para que la celebración de estos no suponga sufrimiento o maltrato animal”. Los partidos que de verdad quieren prohibirlos lo dicen y no pasa nada.
Tal vez el mayor claroscuro de Junts con la cuestión animal sea el tema de la caza. Se comprometen a “buscar otros mecanismos alternativos de control de fauna que respeten los animales y el medio ambiente”. Hasta ahí, genial, bastante valientes. Pero, ah, ¿qué les dicen a los cazadores? Dos páginas más abajo: “difundiremos la importancia de la caza como activo necesario en equilibrio de las poblaciones de fauna cinegética”. Un juego de trileros.
DLC gratuito: Junts per Catalunya publicó un resumen de su programa electoral un poco más digerible llamado 50 medidas principales para un gobierno fuerte y eficiente. Ahí ni siquiera aparece escrita la palabra 'animal'.
Ciudadanos: Suspenso, aunque se esfuerza un poco
Curioso programa el del partido de Inés Arrimadas. Por algún motivo, las propuestas sobre animales están en el punto 6: 'Por unas políticas públicas de familias para todas las edades: fomento de la natalidad y apuesta decidida por la conciliación' y luego, en el último apartado, que se llama 'Animales de compañía, miembros más de nuestras familias'.
Con una sola excepción, el partido de Carlos Carrizosa se centra exclusivamente en la protección de perros y gatos. A decir verdad, recogen propuestas bien detallada y más que razonables que debería impulsar inmediatamente quien sea que ocupe la Generalitat.
Por ejemplo, un sistema de adopción unificado para todo el territorio y ayudas que cubran el 100% de los costes asociados a la adopción suenan bien. Incorporar los servicios veterinarios al Sistema Integrado de Salud suena incluso mejor −aunque esta última idea está precedida de un poco esperanzador “estudiaremos fórmulas para-…”.
Proponen otras ventajas para los animales con los que vivimos, como que haya más pipicanes o que podamos subirlos al transporte público y “una nueva Ley Integral de Protección y Bienestar Animal que (…) prohíba el sacrificio de animales sanos” -deduzco que se refiere solo a animales que no se comen- así como “las mutilaciones con fines estéticos, la exposición de animales en escaparates −me pregunto qué es un zoo− y su entrega en premios”.
Ciudadanos comete el error de limitar los derechos de los animales solamente a aquellos que tenemos en casa. Proteger exclusivamente a los seres que queremos es peligrosamente egoísta, pues entonces siempre habrá otros, explotados y miserables, que no tengan quién los proteja. Este argumento se aplica a los animales rehenes de la industria, a las personas que viven en la pobreza y en general, a toda víctima del sistema económico depredador que defienden los liberales a capa y espada.
De vuelta al plano animal, si sus propuestas fueran las que hasta ahora hemos comentado, Ciudadanos se llevaría un cuatro e iría directo a recuperación. Pero hay cierto optimismo en una última propuesta -estamos todavía con las medidas para el fomento de la natalidad y apuesta por la conciliación, en el subapartado de animales de compañía- que dice así:
“Pondremos fin a la cría en cautividad y los espectáculos recreativos de delfines y otros cetáceos en parques acuáticos en Cataluña. Siguiendo el ejemplo de Francia, los parques acuáticos no podrán adquirir nuevos cetáceos (delfines, orcas, marsopas) para su cría en cautividad y se preverá el traslado de los animales que actualmente se encuentran en los parques acuáticos a santuarios marinos”.
De nuevo, para terminar con la injusticia de los zoológicos, no basta con “liberar” a los cetáceos, sino que hay que admitir que, desde el mono hasta el cocodrilo, pasando por el flamenco, la iguana y el suricato, esos animales no deberían vivir en cautividad. Pero bueno, menos es nada: tomamos nota del compromiso de la derecha liberal para con los delfines y los animamos a seguir mejorando.
Un breve apunte: La esterilización de animales que defiende Ciudadanos ya es obligatoria en Catalunya –artículo 11 de la Ley de Protección Animal – y los animales en escaparates están prohibidos –artículo 5–. Se le puede exigir un poquito más de rigor al partido que ganó las elecciones de 2017.
Partido de los Socialistas Catalanes: Aprobado justito
El programa del PSC-PSOE, disponible en catalán y en castellano, coloca sus propuestas animalistas en la página 123 –de 148–, al final del apartado 'Biodiversidad, espacios y recursos naturales y derechos de los animales'. Los puntos que nos interesan son los que van del 104 al 112 y, a decir verdad, empezamos a ver un rayo de luz entre tanta dejadez.
El primer punto probablemente sea el más importante. Los socialistas se comprometen a “crear una Dirección General de Protección y Bienestar animal que englobe todas las especies comprometidas con el cambio climático.” Eso es un avance considerable, pues se reconoce a los animales no domesticados como potenciales víctimas del cambio climático y pone énfasis en unos intereses no antropocéntricos.
Sus propuestas para los “animales de compañía” están bien –son parecidas a las de Ciudadanos, aunque menos detalladas– e incluyen una base de datos de personas condenadas por maltrato animal para que no puedan tener otro a su cargo, así como una curiosa “regulación del bienestar y protección de los perros que trabajan con el personal de seguridad en metro y trenes”.
Un par de pinceladas sobre las que no se suele hablar y que el equipo que ha escrito el programa de Salvador Illa ha hecho bien de tener en cuenta: “Un protocolo para dar atención a los animales, tanto domésticos como salvajes, víctimas de accidentes en las carreteras de Cataluña” y “la inclusión de los animales en los Planes de Emergencia”, una necesidad que se hizo más evidente que nunca tras el lamentable ‘sálvese quien pueda’ del temporal Filomena.
No hay menciones a la regulación de la compraventa de animales “de compañía”, ni a los espectáculos con animales –ni mu sobre zoológicos, ni mu sobre ‘correbous’– ni tan siquiera al “bienestar animal” de aquellos que malviven en granjas. Y, sobre la caza, hacen lo mismo que Junts. Una frase para contentarlos a todos: “P95. Elaborar una nueva Ley de caza de Cataluña”. Nada más.
En general, las propuestas son originales en algunos aspectos, pero muy pobres en cuestiones clave en las que la equidistancia del silencio es sintomática de conformidad con el statu quo.
Esquerra Republicana de Catalunya: Notable raso, con margen de mejora
El programa del vicepresidente –con funciones de presidente– es bastante caótico en su diseño, pero en materia de protección animal es el mejor que hemos visto hasta ahora. Sitúa en las páginas 138, 139 y 140 los temas que nos interesan, en una sección propia llamada 'Una República para los derechos de los animales'. Empieza así:
“La República Catalana debe asumir la responsabilidad de diseñar una sociedad con una escala de valores diferente, respetuosa con los animales de compañía, de granja y salvajes, en entornos rurales y urbanos”. De hecho, el equipo de Pere Aragonès dedica 'mucho texto' a justificar porqué promueven según qué medidas. Esto es algo que reconforta, pues parece evidente que conocen muy bien el tema y que no han abordado la cuestión animal 'porque toca hacerlo' y ya, como ha pasado con otros partidos.
Llama la atención –en el buen sentido– que afirmen que “al igual que el feminismo y el ecologismo, hay corrientes y movimientos sociales que se van abriendo paso y sensibilizando la ciudadanía, como es el caso del animalismo”. En este sentido, celebramos el ejercicio de pedagogía y felicitamos a quien haya redactado este largo preámbulo por hacerlo claro y entendedor.
Dicho esto, vayamos a los compromisos, lo que de verdad importa. Se dividen en una “propuesta destacada” y cuatro subtemas. La promesa que destacan –y hacen muy bien de subrayarla– es la siguiente: “Elaborar (…) una ley que conciba los animales de compañía como parte de la familia, que los haga centro de imputación de derechos para protegerlos del maltrato y a una alimentación, cuidados veterinarios y entorno adecuado a su bienestar”.
Eso abre un melón interesante y hay que reconocer la valentía de los republicanos al sugerir que la tenencia de animales implique obligaciones legales para con ellos, no porque es lo que toca, sino porque deben respetarse los derechos que estos deben tener reconocidos por ley. Este cambio en la consideración legal nos llevaría al siguiente nivel en lo que a la lucha contra el maltrato se refiere.
El primer subtema es el de los animales 'de compañía'. Todas las propuestas suenan bien –aunque sigue habiendo partidos que las han concretado mejor– y defienden –como la CUP– que, en caso de divorcio sin acuerdo, sea un juez quien decida sobre la tenencia del animal en función de sus intereses.
Los siguientes dos subtemas son 'ganadería sostenible' y ‘alimentación’. En el primero abogan por ese mainstream “reforzar el bienestar de los animales” y, aunque sí mencionan en qué aspectos actuarían, no concretan demasiado. Ejemplo: ¿reforzar el bienestar de los animales en el momento del sacrificio es instalar cámaras en los mataderos o prohibir totalmente la matanza sin aturdimiento previo? Otros partidos sí se mojan.
Decepción con la tauromaquia: “Respecto a los ‘correbous’ [ERC] reguló la celebración del evento para procurar que los animales no sean maltratados durante el transcurso del espectáculo”. Vamos, que se conforman con lo que ya hay.
Esquerra también pretende dar un empujón a la ganadería extensiva en detrimento de la de “alta carga ganadera” –eufemismo, entiendo, para ‘ganadería intensiva’– aunque no podemos pasar por alto que, bajo el mandato de la actual consellera de Agricultura, Teresa Jordà, de ERC, se ha criminalizado el activismo que denuncia el maltrato en las granjas, así como la labor imprescindible de los y las periodistas que nos explican qué ocurre con los animales “de granja” cuando nadie mira.
Dicho esto, aplaudimos una de las frases más brillantes de todo el análisis: “Promover (…) la diversificación de proteínas a través de una nueva ley de la dieta que garantice un modelo de alimentación equilibrada y saludable”. A largo plazo esto es vital para dejar atrás el tic de sociedad nuevo-rica que consume productos de origen animal de forma compulsiva.
En fin, buen trabajo de los republicanos, pero con cierto margen de mejora. Además, las de Junqueras llevan en la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca desde principios de 2016. Se podría haber hecho mucho más y mucho mejor. Veremos qué ocurre si repiten en el cargo.
CUP-Un Nou Cicle per Guanyar: Notable alto, 'clar i català'
El programa animalista de la izquierda anticapitalista es completo y cumple holgadamente las expectativas que puede tener uno de esos 40.000 votantes de los que hablábamos al principio.
La CUP habla sin tapujos en su recóndito punto 2.3.11 sobre “la defensa de los derechos de los animales no humanos” como “asignatura pendiente (…) dentro de la lucha por una sociedad más justa”. Abordan la causa antiespecista desde –casi– todos los frentes de forma clara y concisa.
Dedican las páginas 88 y 89 de su programa a esta cuestión y su lectura es de sumo interés. El preámbulo ya avisa con una declaración de intenciones: “se debe romper la falacia que respetar los derechos de los animales amenaza formas tradiciones y rurales de vida”.
Así, empiezan con “no permitir los espectáculos y fiestas que impliquen el sufrimiento físico y mental de los animales” –sin mencionar los ‘correobous’– defienden la promoción de los santuarios y proponen su financiación basada en un impuesto anual a la compraventa de animales –aunque se deduce que prefieren abolirla–.
El programa animalista de la lista de Dolors Sabater flojea en cuanto al abuso de proteína animal, un punto que solo ERC enfoca con acierto. De hecho, su defensa de la ganadería extensiva resulta decepcionante porque desaprovechan una buena oportunidad para plantear modelos agroalimentarios verdaderamente alternativos.
Propuestas originales: videovigilancia en los mataderos como en Inglaterra y Bélgica, sacrificio con aturdimiento sin excepciones –o sea, coto a la matanza halal y kosher– y una declaración oficial que reconozca, como hicieron en Nueva Zelanda, que los animales tienen sentimientos.
Y, por último, dos propuestas exclusivas: “prohibición de los zoológicos, colecciones, espectáculos y exhibiciones de animales” y una polémica e interesante medida: “solo se permitirá la experimentación animal que forme parte de un proyecto autorizado por una comisión ética”.
Emplazo a los lectores a leer todo el texto relacionado con la limitación de la experimentación con animales. Y, por cierto, para todas aquellas voluntarias que colaboran con las colonias de gatos ferales “bajo la lluvia, con frío y calor”, los 'radicales' ofrecen facilidades y ayudas.
En resumen, enhorabuena por la valentía, variedad y claridad en las propuestas. Algunas de ellas se pueden llevar a cabo desde el Parlament. Para el resto, habría que ir pensando en asumir responsabilidades desde el Gobierno de la Generalitat.
En Comú Podem: Notable en propuestas, excelente en contexto
El equipo de Jéssica Albiach ha escrito un programa, en lo que respecta a los derechos de los animales, muy sólido. Lo he leído varias veces y no le veo errores graves, aunque sí algunos puntos que deben mejorar. Invito a que las personas interesadas lo lean, pues contiene información muy completa sobre el punto de partida de la situación de los animales en Catalunya y las propuestas están sobradamente detalladas.
Empezamos regular al encontrar las medidas en el poco glamuroso apartado 2.5.7, el último de los aspectos dedicados a la ‘aceleración de la transición ecológica'. Su nombre es ‘Defensa y protección de los animales’ y enseguida mejora la impresión inicial:
“Los zoos, los espectáculos con animales, la ganadería intensiva, la caza deportiva, la compraventa de animales son actividades que debemos ir erradicando de nuestra sociedad”. Las intenciones quedan claras, aunque luego en la práctica hay algunos fails. En cuestiones de protección de animales “de compañía” proponen ideas interesantes –como reconvertir las tiendas de mascotas en centros de adopción– pero que luego son contradictorias: “se creará un impuesto sobre la compra de animales domésticos para potenciar su adopción”. ¿En qué quedamos?.
Valientes –a medias– al poner fecha a la prohibición de los ‘correbous’. Máximo dos años. Y no todos, solo las tres modalidades más crueles. Por otro lado, es el único partido que defiende en su programa que se debe hablar del “bienestar animal” en los colegios, algo básico que nadie más ha tenido en cuenta.
En definitiva, propuestas excelentes, multidisciplinares y originales. Si al final vuelve el tripartito de izquierdas en la Generalitat, sería bueno para los animales ver a los comunes en áreas que decidan sobre ellos.
En resumen: opciones, hay
Los dos-tres últimos partidos ofrecen opciones consistentes con la defensa de los derechos de los animales y otras medidas que no hemos analizado, más o menos de izquierdas, con las que se puede o no estar de acuerdo.
Por supuesto usted, votante animalista, está en su derecho de quedarse en casa para prevenir la Covid-19, de aprovechar el domingo para ir a pasear perros abandonados o de meter un trozo de chorizo –vegano, por favor– en un sobre electoral. Haga lo que le parezca mejor.
Nota: Casi me olvido. En este viaje por los programas electorales se ha obviado al partido de ultraderecha que se presenta a las elecciones (hay otro más, pero no parece que tenga opciones de entrar en el Parlament) al considerar este autor que la cobertura mediática del fascismo debe tender a cero“.
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